Más que explicaros cómo hacer esta receta de Mozzarella de búfala con salmorejo, casi tenemos que deciros directamente que vayáis a la cocina para prepararla, es una elaboración muy fácil y no importa que no sea hora de comer o de cenar, lo ideal es prepararla con tiempo para que el salmorejo repose en el frigorífico y servirlo bien fresquito.
Como detalles de esta receta, podéis hacer salmorejo con mozzarella de búfala (en lugar de mozzarella de búfala con…) si ponéis más cantidad por plato de salmorejo, nosotros en este caso hemos hecho protagonista a la mozzarella, utilizando esta sopa fría cordobesa como si fuera una salsa que la acompaña. Una delicia.
Ingredientes
- 500 gramos de tomates (hemos utilizado tomate pera maduro)
- 100 gramos de pan sentado
- 2 dientes de ajo
- 30-40 gramos de aceite de oliva virgen extra
- 5 gramos de sal
- 4 bolas de mozzarella de búfala
- una ramita de albahaca fresca
- flores de orégano frescas (opcional)
- 1 loncha de jamón serrano.
Elaboración
Para preparar el salmorejo, si tienes un robot de cocina no hace falta que peles los tomates. Lávalos bien y retira el pedúnculo. Trocea los tomates y ponlos en el vaso del robot o batidora.
Añade el pan salpicado con agua, para que se ponga más tierno, y troceado. Pela los dientes de ajo, retira el germen del interior y añádelos también, a continuación incorpora el aceite de oliva virgen extra y la sal.
Tritura hasta emulsionar y obtener un salmorejo espeso y homogéneo. Reserva en el frigorífico bien tapado.
Prepara el jamón para hacer el polvo crujiente, ponlo en un plato e introdúcelo en el microondas para secarlo. Cuando esté crujiente, quítale la grasa que ha soltado y pícalo en el mortero hasta convertirlo en gránulos crujientes.
Escurre las bolas de mozzarella, sécalas bien con papel absorbente y procede a emplatar.
Emplatado
Reparte el salmorejo en platos hondos y coloca en el centro la mozzarella de búfala, practícale un corte para abrirla y apreciar la cremosidad de su interior a primera vista. Coloca las hojas de albahaca, si son grandes pícalas en chiffonade, las flores de orégano y adereza con un hilo de aceite de oliva virgen extra. Para terminar, añade el jamón crujiente como si fuera la sal. ¡Buen provecho!