La Mona de Pascua es una dulce tradición que comparten Cataluña y la Comunidad Valenciana desde varios siglos atrás, pero cada una tiene su particular expresión de lo que simboliza el fin de las abstinencias de la Cuaresma.
Empecemos por saber que la palabra “mona” proviene del árabe “munna”, lo que significa obsequio, la tradición dice que los padrinos regalan la mona a su ahijado para degustarla en familia el Lunes de Pascua. También se dice que proviene de los romanos, ellos se regalaban “monus”, pasta de pan con huevo duro.
Esta era la tradicional Mona de Pascua de Cataluña, una masa de pan dulce que se decoraba con un huevo duro. Pero empezó a modificarse, primero cambiando el huevo de gallina por uno de chocolate, llegando a ser hoy en día tartas o pasteles muy elaborados y decorados, dándole colores y adornándolos con los elementos que más gustan a los niños.
El chocolate ha adquirido la mayor importancia en las monas, ahora es el ingrediente que caracteriza a este dulce tradicional en Cataluña, realizan verdaderas esculturas con chocolate y los grandes pasteleros seducen a grandes y pequeños con sus obras de arte, incluso se hacen exposiciones y concursos de figuras de chocolate, una tendencia iniciada en 1904 en el Parque de la Ciudadela.
En la Comunidad Valenciana, sin embargo, la tradición es más conservadora, la Mona de Pascua es un bollo dulce que se conoce como Panquemado (Panquemao) o Panou, se pone en su base una oblea y lo corona una flor de merengue o un huevo.
Pero en muchas zonas se mantiene la elaboración de las Monas de Pascua de masa de pan dulce con huevos de gallina. Éstos se ponen crudos sobre la masa cruda y ambas cosas se cuecen a la vez, incluso se ha extendido esta tradición a otras regiones de España, y es que somos un país de golosos.