El auge de los cultivos transgénicos parece imparable, aunque en nuestro país este año se hayan reducido las hectáreas destinadas a este tipo de alimentos, en el cómputo mundial crece a una manera vertiginosa. En el año 2010 se incrementó la superficie de cultivo hasta alcanzar los 148 millones de hectáreas, gracias a ello en un periodo acumulativo durante los últimos 15 años, se ha superado la barrera de las mil millones de hectáreas destinadas a los alimentos transgénicos.
En total 29 países en los que 15’4 millones de agricultores han apostado por la producción de alimentos biotecnológicos, en una comparativa de datos entre el año 1996 y el año 2010, la superficie de cultivo se ha incrementado 87 veces, con respecto al año 2009, en el año 2010 se incrementó la superficie total en un 10%, situando la superficie de cultivo total en unos 148 millones de hectáreas. Estados Unidos lidera el ranking de cultivos transgénicos con una superficie cultivable de 66’8 millones de hectáreas, le siguen Brasil con 25’4 millones, Argentina con 22’9 millones, la India con 9’4 millones, Canadá con 8’8 millones, China con 3’5 millones, Paraguay con 2’6 millones, Pakistán con 2’4 millones, Sudáfrica con 2’2 millones y Uruguay con 1’1 millones de hectáreas destinadas al cultivo de transgénicos. La suma total de los 10 primeros países es de 145’1 millones de hectáreas transgénicas, el resto lo cultivan países como España, Portugal, Rumanía, Polonia, etc.
El informe facilitado por el Servicio Internacional para la Adquisición de Aplicaciones Agro-biotecnológicas (ISAAA) nos indica que se ha incrementado el número de países productores de 25 en el 2009, a 29 en el 2010 (se incorporaron a la carrera de cultivos biotecnológicos (Pakistán, Myanmar y Suecia). Se destaca que de los 29 países productores, 19 son países en desarrollo y 10 son países industrializados, hay que añadir que 30 países importan alimentos transgénicos, los resultados por tanto, indican que 59 países aprueban este tipo de cultivos, países que representan el 75% de la población mundial.
Podríamos decir que esta es una carta de presentación que pretende convencer de que los cultivos transgénicos son aprobados mayoritariamente y que su avance es imparable. El informe nos ofrece cifras sobre el incremento de superficie en los países y la cantidad de agricultores que apuestan por esta tecnología, cifras significativas cuyo aumento asocian a que los agricultores constatan la rentabilidad de sus cultivos modificados genéticamente. De hecho, el crecimiento se ha acelerado especialmente durante los últimos cinco años, algo que ha permitido un volumen acumulativo que supera los mil millones de hectáreas de alimentos modificados genéticamente.
Es innegable que cada año se destinan más tierras a la producción de alimentos transgénicos, pero paralelamente también crece la desconfianza y la oposición a este tipo de cultivos. En la página oficial de ISAAA nos ofrecen un informe que pretende convencernos de que la agrobiotecnología no tiene vuelta atrás y para ello nada mejor que ofrecer una visión de la superficie acumulada en el periodo 1996-2010. Son 148 millones de hectáreas las que se cultivan y por supuesto, los alimentos producidos han sido desarrollados por las empresas biotecnológicas como Monsanto, Bayer, Syngenta, compañías que sólo persiguen la rentabilidad económica dejando en un lugar secundario la mejora de la salud o un mayor aporte nutricional. Por cierto, el tema de la rentabilidad económica es discutido, recordemos que sin enfermedades, los cultivos transgénicos tienen la misma rentabilidad.
Recordemos también el post Ventajas e inconvenientes de los alimentos transgénicos (III), Pere Arús, investigador agroalimentario del IRTA (Instituto de Investigación y Tecnología Alimentaria), explicaba que el maíz transgénico es hasta un 15% más productivo, especialmente en aquellas zonas donde existe taladro, sin embargo, el investigador también declaraba que en aquellos campos de cultivo donde no hay plaga de taladro, los alimentos transgénicos no son más productivos.
Como no podía ser de otro modo, para rematar el informe se ensalzan y alaban los cultivos transgénicos, se destaca el respeto medioambiental, el aumento de la eficiencia en el uso del agua, la capacidad para poder reducir el hambre y la pobreza en el mundo(que se lo digan a los agricultores que se suicidaban en la India, podéis leer la información en el post Consecuencias del cultivo de transgénicos en los países en vías de desarrollo), ayudar a conservar la biodiversidad, obtener ahorro energético, ofrecer un desarrollo más sostenible, en resumidas cuentas, a qué esperamos, ante tantas bondades hay que abocarse al cultivo de alimentos transgénicos (evidentemente es una ironía). Como apunte nos gustaría reflexionar y sopesar el riesgo de los alimentos transgénicos que desarrollan estas empresas, nada que ver con alimentos como el maíz transgénico vitamínico que persigue mejorar la alimentación y la salud humana en vez de la pura y dura rentabilidad económica.
Foto | Vitalacharya
1 comentarios
La lectura del artículo produce escalofríos, nos sentimos indefensos ante el egoismo y la rapacidad de las grandes firmas que sólo piensan en llenarse los bolsillos y que además tiene el cinismo de presenter sus tecnologías como un progreso para la humanidad. Sí, en efecto, como lo dicen en su artículo, que se lo pregunten a los productores de algodón indio a quienes, la aplicación de tal tipo de cultivo, los llevó a la ruina y empujó al suicidio.
Sería urgente que en todos los países la lucha ecológica contra los OGM fuera más virulenta, como es el caso en Francia.