El pasado mes de abril la Comisión Europea presentó un conjunto de reglas que tienen como objetivo acabar con los alimentos de doble calidad, es decir, productos alimenticios que, dependiendo del país en el que se comercializan y a pesar de que son homónimos en otros países, pueden variar en su composición, siendo de peor calidad. La nueva legislación prohíbe estas prácticas llevadas a cabo por la industria alimentaria a fin de garantizar que todos los consumidores de la Unión Europea tengan acceso a los mismos productos con las mismas condiciones y se beneficien plenamente de sus derechos.
Recordamos esto porque recientemente se ha publicado una metodología común para comparar la calidad dual de los productos alimenticios en la UE que ha sido desarrollada por el Centro Común de Investigación y el servicio de Ciencia y Conocimiento de la Comisión Europea. Con esta nueva metodología se facilita que en cada país se puedan realizar pruebas que comparen las características y composición de los productos alimenticios presentados en envases similares (homónimos) de toda la UE.
Esta metodología complementa las medidas que se presentaron para acabar con estas prácticas, como la iniciativa “Nuevo acuerdo para los consumidores” que tiene el cometido de aclarar y reforzar los derechos de los consumidores, facultar a las entidades cualificadas para poner en marcha acciones en nombre de los consumidores, introducir mayor poder de sanción para las autoridades de los consumidores en todos los estados de la UE, prohibir las prácticas de doble calidad en los alimentos que induzcan a error, etc. En apenas un año, la Comisión Europea ha pasado de asegurar que no existían evidencias significativas de diferencias en la calidad de los alimentos, a reconocer que sí existen y poner en marcha una legislación contra esta práctica.
En el cambio de postura ha tenido mucho que ver la presión por parte de los países afectados (principalmente países de Europa del Este), las asociaciones de consumidores, miembros del Parlamento Europeo, así como la Comisaria de Justicia, Consumidores e Igualdad de Género de la Comisión Europea, de lo contrario, posiblemente la situación se mantendría. Recordemos que las compañías multinacionales han estado comercializando productos de marca de una peor calidad en Europa del Este, productos con un menor contenido en frutas, carnes o verduras, productos que tenían más grasas, azúcares y sal que los productos homónimos que se comercializaban en Europa Occidental, etc. Para agravar más la situación, además de ser productos alimenticios de peor calidad, se comercializaban a precios más elevados.
Con las medidas que se han adoptado, se pretende poner fin a este “apartheid alimentario” que se ha mantenido durante muchos años, dando la impresión de que los ciudadanos de los países del este de Europa, han sido tratados como ciudadanos de segunda. La Comisión Europea explica que todos los productos alimenticios que se comercializan en la UE deben cumplir estrictas normas de seguridad, los consumidores deben ser informados sobre las características clave establecidas según la legislación del etiquetado de los alimentos, y en ningún caso deben ser confundidos o engañados. En este sentido, las autoridades competentes de cada país son responsables de garantizar que los alimentos presentes en el mercado único cumplen con la legislación.
La metodología es una herramienta de ayuda que se basa en la transparencia, las comparativas entre productos, el muestreo de productos similares y las pruebas de producto. Bajo la coordinación del Centro Común de Investigación, diferentes laboratorios de los países comunitarios van a aplicar la nueva metodología en una campaña de pruebas, a fin de recopilar datos sobre el alcance de la doble calidad alimentaria. Claro que, posiblemente, esas diferencias ya se hayan reducido, a raíz de las denuncias y del cambio de postura de la CE, algunas compañías ya habrán estandarizado sus formulaciones alimentarias a nivel comunitario.
Se espera que para finales de este año, los resultados de las campañas de prueba estén disponibles, la CE considera que esta campaña debería ser una guía para las autoridades que investigan las prácticas engañosas. Estaremos atentos a los resultados, suponemos que se informará sobre compañías y productos, aunque también es probable que no se dé a conocer la información debido a intereses económicos u otras cuestiones. Podéis conocer más detalles de la metodología a través de la página oficial de la Comisión Europa.