La cadena de supermercados Mercadona baja precios, es una de las medidas más efectivas frente a la crisis económica en la que nos encontramos sumidos. El precio de los productos es un importante condicionante del cambio de los hábitos consumistas, basta con dar un vistazo al significativo incremento de la venta de productos de marcas blancas.
La compañía española Mercadona baja precios con el propósito de frenar la caída del consumo y por tanto de sus ventas, bajo la premisa de ‘trabajar mejor y más’, Mercadona está realizando una revisión estructural y generalizada para intentar reducir costes, una optimización que trasladan a los consumidores a través de la reducción de los precios.
Las mejoras productivas no se trasladan al beneficio de la compañía sino a los consumidores, algo que también debería haber ocurrido con numerosos productos de alimentación cuyo coste de productores a intermediarios se ha reducido significativamente, pero que no se ha terminado trasladando a los consumidores, basta con dar un vistazo al Índice de Precios en Origen y Destino de los alimentos (IPOD) que nos proporciona mensualmente COAG.
El pasado mes de octubre comenzó la mencionada revisión para empezar a reducir costes de producción y desde entonces se han logrado revisar los costes de 800 referencias (un 9% de los productos que comercializa Mercadona), el resultado se ha traducido en un ahorro de 40 millones de euros, la consecuencia de ello ha sido una reducción de los precios de productos como las conservas, el aceite o pan en un 13%. Todavía queda mucho por hacer, ya que se contabilizan un total de 9.000 referencias, pero una vez se haya acabado el trabajo y el ahorro de costes se traslade al consumidor, la bajada de precios será muy significativa en vista de esos primeros resultados.
No sólo se intenta ahorrar desde la propia compañía, también se han realizado reuniones con los proveedores de Mercadona para analizar la situación de algunos productos e intentar reducir costes. Cada céntimo cuenta y más si es en beneficio de los consumidores. Posiblemente otras cadenas comiencen a adoptar la misma política, quizá la mayor preocupación podría ser un nuevo pulso con los productores por parte de aquellas cadenas que quieren reducir costes pero que pretenden mantener sus márgenes comerciales, algo que podría elevar todavía más la actual crispación de los primeros.
Para ahorrar costes productivos Mercadona tiene en cuenta todos los aspectos, el simple hecho de eliminar la serigrafía de las latas de tomate sustituyéndola por papel supondría un ahorro de casi ½ millón de euros anuales. Evidentemente la presentación del producto eleva su coste, pero también mejora su apariencia y seduce al consumidor, pero nos encontramos en una época en la que nos importa mucho más el contenido y su precio que la belleza del continente. En este caso, se puede citar que de nuevo Mercadona volverá a vender la fruta y la verdura a granel, olvidándose de la actual presentación de bandejas, esto supone un ahorro económico significativo que se traduce en un 15% menos en el precio de venta, además se estará reduciendo la contaminación ambiental y ayudando a los ciudadanos a preciclar.
Nos quedamos con una frase ofrecida por los responsables de la compañía, “En tiempos de abundancia, nos habíamos distraído”. No ha sido la única compañía que ha ‘crecido’ alegremente, que tomen nota el resto de empresas.