El pasado sábado quisimos estrenar la carta regional primavera-verano del Restaurante de El Corte Inglés de Castellón, que como sabéis, es uno de nuestros restaurantes habituales, donde en cada ocasión podemos degustar nuevos platos, sea por la carta que ofrecen o por las jornadas gastronómicas que no cesan de celebrarse.
Y aunque esta primavera está siendo un tanto movidita en cuanto a la climatología, veréis que dentro de los platos de la carta regional de primavera-verano del Restaurante El Corte Inglés de Castellón, pudimos seleccionar platos más que adecuados, disfrutando así de un menú muy completo, variado y rico.
Las sopas frías son lo que más empezamos a necesitar en esta época, así que empezamos con un Gazpacho de bogavante con verduritas, un suculento cuenco en el que abundaba este crustáceo y con una emulsión de tomate y los vegetales habituales del gazpacho muy correcta.
Continuamos unas Habitas salteadas con juliana de sepia y virutas de ibérico, un plato excepcional a pesar de su sencillez. Las habitas tiernísimas, jugosas y muy sabrosas, con el perfecto matrimonio del jamón, ligeramente plancheado y crujiente, y una juliana de sepia muy tierna. También los brotes de cebolla que hacían de cama de las habitas, aportaban su punto de sabor y frescura al plato.
El plato principal de pescado fue la Merluza asada con pisto y jamón, un plato muy puro en sabores. El pisto totalmente integrado en la carne del pescado respeta el equilibrio de la fusión, la merluza, con una cocción correcta, resultaba muy jugosa, posada sobre una rodaja cremosa de berenjena y coronada con las verduritas impregnadas del tomate con el punto de acidez muy controlado. Un muy buen plato para los amantes de los sabores tradicionales.
El Solomillo de buey con salsa de uvas cerró la parte salada del menú con medalla de oro, un contrapunto excelente el que ofrece la uva con esta carne. Una vez más, el chef Manuel Moreno nos demuestra el control de las cocciones y la maestría que le lleva a trabajar la materia prima con respeto y mucha elegancia, ésta la traslada al plato y se puede apreciar con todos los sentidos, difícil definir si primero la percibe el olfato o la vista, de lo que no hay duda es de que en paladar, todos los sentidos se activan.
El postre que degustamos en esta ocasión fue la Torrija de horchata con helado de leche merengada y praliné de chufas, y qué decir, una torrija que se convertía en una crema en el paladar, plancheada con mantequilla antes de servirla, ofrecía sabores propios de la chufa y de frutos secos. Fue imposible dejar rastro del postre en el plato.
La recomendación del vino fue de Gregorio Anaya, Gerente de Hostelería y además un gran amante de los vinos, conociendo nuestro gusto por los vinos con variedad de uva mencía, apostó por el Lalama (D.O. Ribeira Sacra), un tinto con crianza de Dominio de Bibei, con un coupage de mencía, garnacha, mouratón y brancellao. Acompañó muy bien a todos los platos, incluso continuamos con su degustación al finalizar.
Tras el paso por el aireador y su apertura, el vino emana aromas balsámicos, frutos rojos y algo florales, de color rojo picota con ribetes granates, ofrece lágrima fluida, con muy buen paso en boca, suave y de acidez ligera, taninos muy moderados en retronasal.
Sobre los precios de la nueva carta regional para esta temporada, se puede elegir a la carta, o solicitar un menú degustación de la misma por un precio de 27 euros (Iva incluido).