En este vídeo humorístico del programa de televisión «El Hormiguero» que se emite en Cuatro, se muestra cómo aparecer ante las cámaras puede condicionar la opinión. Es una muestra de las mentiras en los anuncios publicitarios de alimentación, aunque no deberíamos llamar a esta situación mentiras, quizá coacción, ya que son niños quienes lo protagonizan y los nervios de aparecer en un medio público sumados a la obediencia de lo que les indican desde detrás de las cámaras, les obliga a no decir lo que realmente piensan.
Es sorprendente comprobar cómo tras probar un yogur salado, los niños ofrecen su beneplácito y pretenden transmitir a la audiencia lo bueno que está, pero la cara «canta». Algunos son buenos actores y no se nota que no les gusta el yogur, pero podemos apreciar que todos se sorprenden del sabor y un par de segundos de duda aparecen en el semblante.
En este caso podríamos recordar el dicho aquel que indica que «los borrachos y los niños son los únicos que dicen la verdad», nada más lejos de la realidad. El poder de la televisión cambia la convicción, al menos la de estos niños.