Melocotón, durazno, presco…, varios nombres para denominar a un fruto aromático, sabroso y delicado, no sólo nos seduce con estas características, también es una fuente de salud que debemos tener en cuenta y de ello queremos hablar. El melocotón es una fruta que nos aporta grandes cantidades de vitamina A, C y E, vitaminas que contribuyen a evitar la incidencia de varias enfermedades degenerativas como el Alzheimer o reducir el ataque de los radicales libres sobre las células de nuestro organismo.
Los radicales libres son moléculas oxidantes que provienen principalmente de los distintos agentes contaminantes que se encuentran en el medio ambiente, la contaminación atmosférica, las grasas de determinados alimentos, los productos fitosanitarios empleados en el sector de la agroalimentación, etc. A través de estas vías acceden a nuestro organismo atacando a las células, aunque en realidad no es esa la finalidad, los radicales libres buscan su estabilidad electroquímica que sólo consiguen si captan los electrones de las moléculas estables de nuestro cuerpo, con esta acción degradan la membrana celular de nuestras células, inevitablemente éstas se destruyen o en su defecto, la información genética que contienen muta.
Las consecuencias son el aumento de que padezcamos un gran número de enfermedades, cáncer, degeneración de tejidos, enfermedades cardiovasculares, etc. No comer frutas y verduras contribuye a que se aceleren los procesos de envejecimiento y la aparición de algunas de estas enfermedades.
Pues bien, el melocotón o durazno es ideal para luchar contra estos problemas mejorando el funcionamiento de nuestro sistema inmunológico, su aporte en potasio permite regular nuestra tensión arterial. También aporta fósforo, elemento necesario para el buen funcionamiento de nuestro cerebro y nuestro sistema nervioso y el magnesio que contiene esta fruta, previene que podamos padecer estrés.
Son tantos los beneficios de incluir melocotones en la dieta, que no deben ser obviados y hay que disfrutar de ellos cuando comienza la temporada. Para terminar de convencernos sobre por qué debemos comer melocotones, añadiríamos que contribuye a mejorar la digestión, ya que facilita la producción de los distintos líquidos que intervienen en su proceso, mejora el funcionamiento de nuestros riñones evitando que se formen los temidos cálculos renales, combate el estreñimiento gracias a la fibra que contiene, y se podrían nombrar más beneficios, pero hemos resumido los principales.
En el mundo existe una gran variedad de melocotones, uno de nuestros preferidos es el melocotón de Calanda, por su sabor, suavidad y por las extremas precauciones que se tienen con la fruta, presentándolo generalmente de manera inmaculada y en un estado óptimo de maduración. Claro, que hay otras variedades que también resultan muy ricas, el melocotón rojo, el melocotón de viña, el melocotón de agua, etc. pero independientemente de la variedad o el sabor, prácticamente todos ofrecen los mismos beneficios saludables a nuestro organismo.
¿Se nota que estamos esperando ansiosos que comience la temporada de los melocotones?
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Más información | Melocotón de Calanda