Al parecer, la Secretaría de Comercio Exterior (SECEX) y el Ministerio de Fomento, Industria y Comercio Exterior (MDIC) de Brasil, iniciaron hace unas semanas una investigación para intentar aplicar un paquete de medidas proteccionistas para salvaguardar el vino de Brasil. Como sabemos, el proteccionismo en el marco de la política económica es un sistema que permite proteger los alimentos que produce un país imponiendo limitaciones a la entrada de productos similares procedentes de otros países, es decir, las limitaciones son un conjunto de impuestos y aranceles elevados que se aplican a los productos importados con el propósito de que resulten muy caros y no merezca la pena importarlos.
El proteccionismo pretende salvaguardar el vino que se produce en Brasil y por ello, en los próximos meses los vinos procedentes de otros países podrían estar en las estanterías de los comercios a precios excesivamente elevados. La diferencia de precios de los vinos de importación con respecto al vino nacional, beneficiaría a las bodegas nacionales y en teoría promovería el consumo de sus vinos. También se ha contemplado la posibilidad de limitar la importación de vinos, evidentemente este tipo de medidas se han criticado y más sabiendo que el proteccionismo, en teoría va contra la corriente del comercio mundial.
Para el gobierno brasileño parece que se trata de la mejor solución que se puede adoptar para salvaguardar la industria vitivinícola del país. Se habla de la globalización de los mercados y la eliminación de barreras, como los aranceles, para fomentar el comercio internacional, política que siguen muchos países y como ejemplo podemos citar la eliminación de las tasas que gravaban el vino en China, algo que propició el incremento significativo de las importaciones de vino a este país. Podemos citar también la reducción de los aranceles en el aceite que se exporta a la India, o recordar como la Comisaria Europea de Agricultura, hablando sobre la introducción de los alimentos de Marruecos en Europa, declaraba que era algo inevitable dado que los tiempos del proteccionismo habían pasado a la historia y en cierto modo amparaba la entrada libre de los productos hortofrutícolas marroquíes sin tener en cuenta el problema que ello causaba a los productores europeos.
Sin embargo, el gobierno de Brasil nadando contra las corrientes y tendencias actuales, quiere aplicar medidas proteccionistas para proteger el vino brasileño, es una petición que se realizó el año pasado por diferentes asociaciones e instituciones como Uvibra (Unión Brasileña de Vitivinicultura), Fecovinho (Federación de Cooperativas de Vino), Sindivinho (Sindicato de la Industria del Vino del Estado de Rio Grande do Sul) o Ibravin (Instituto Brasileño del Vino) entre otras. Contrariamente a lo que esperarían estas asociaciones e instituciones, e incluso el propio gobierno, se ha empezado a promover en el propio país el boicot al vino de Brasil, al respecto, os recomendamos leer el artículo publicado en Wine Report del periodista especializado en el mundo del vino Alexandre Lalas.
El vino brasileño tiene que evolucionar, sus productores no están unidos, salvo en la promoción de aplicar altos aranceles en los vinos de importación, medidas que no benefician a la industria internacional del vino, a los consumidores y tampoco a los productores, ya que con el amparo del proteccionismo quizá no trabajarían con mayor énfasis la calidad y la competitividad. El periodista invita a decir basta ya, e incita a que no se compre vino nacional, un boicot con el que se pretende evitar la política proteccionista.
Parece que el llamamiento ha tenido su efecto y el boicot se ha iniciado, tiendas y restaurantes de Rio de Janeiro y Sau Paulo eliminan marcas de vino brasileño de sus cartas y estanterías. En general, los vinos producidos en el país son de peor calidad que los vinos importados, aunque los especialistas reconocen que durante los últimos años se ha mejorado. A través del artículo de BBC podemos saber que el director ejecutivo del Instituto Brasileño del Vino (Ibravin), asegura que durante los últimos años los vinos nacionales han experimentado un estancamiento en las ventas, lo que podría facilitar el desplome del sector, dice que es cuestión de supervivencia y por ello avala el proteccionismo para salvaguardar el vino brasileño.
El consumo de vino aumenta y el sector enológico brasileño no quiere que el país se convierta en la tabla de salvación para los vinos procedentes de otros países, parece que quieren ser los únicos que dominen el mercado, eliminando la competencia y por tanto la calidad. Actualmente el vino importado ya es mucho más caro, pero se pretende gravar entre un 27% y un 55% el precio para que no merezca la pena importarlo, algunos empresarios del mundo de la gastronomía sostienen que es una mala política, la oferta y la variedad se reducirán y por tanto también el consumo, un paso atrás en la joven cultura del vino brasileño.
Alexandre Lalas ha puesto en marcha un llamamiento que invita a los consumidores a boicotear el vino nacional firmando esta petición. Resulta curioso que se pretendan aplicar medidas proteccionistas en la actualidad, ¿qué ocurriría si los países que importan todo tipo de productos de Brasil hicieran lo propio? La Comisión Europea ya ha dado a conocer formalmente a Brasil su preocupación por el paquete de medidas proteccionistas, otros países exportadores van a proporcionar argumentos para defenderse, se dice que incluso podría implicarse la Organización Mundial de Comercio, no tardaremos mucho en conocer el desenlace, ¿dará marcha atrás Brasil, o mantendrá las medidas tomadas?
Foto | Leana