Con el inicio del nuevo año se ha puesto en marcha la iniciativa Meat The Change, se trata de una campaña de Slow Food para reducir el consumo de carne, cuyo cometido es explicar a los consumidores cuál es el impacto del consumo de carne, cómo influyen las granjas animales industriales en el cambio climático, y cómo los consumidores pueden contribuir con pequeñas acciones a que el sistema alimentario cambie, contribuyendo a frenar el calentamiento del planeta y preservar el medio ambiente.
La campaña no persigue eliminar la carne de la dieta, pero sí reducir su consumo y elegir sólo la que procede de animales que han sido criados respetando su bienestar y en un marco de sostenibilidad. Slow Food comenta que cada vez hay más consumidores que son conscientes de la importancia de las elecciones sostenibles que realizan a la hora de comprar, asegurando que cuando se trata de alimentos, la sostenibilidad ambiental y social son cada vez más relevantes.
Pero lo cierto es que esta tendencia no se refleja directamente en las compras relacionadas con la carne, la organización comenta que este alimento sigue estando en la parte superior de la lista de la compra, a pesar de que tiene un enorme impacto negativo tanto por las emisiones de dióxido de carbono, como por el consumo de agua del ganado, además de otros recursos que no se nombran, como puede ser la tierra que se destina al ganado. Curiosamente, en la campaña no se nombran los productos lácteos, recordemos que varias investigaciones e informes han concluido que también es necesario reducir el consumo de estos productos.
Es necesario realizar cambios en la dieta, ya que el actual nivel de consumo de carne en el mundo es insostenible. Hace ya algunos años, expertos como Jeremy Rifkin comentaban que la carne era el alimento menos eficiente para alimentar a la humanidad. Slow Food argumenta que desde hace tiempo ha pedido a los consumidores que tomen decisiones conscientes sobre los alimentos que introducen en la cesta de la compra, esto puede ayudar a cambiar las políticas globales y en consecuencia, beneficiar al planeta. Considera que no es necesario cambiar completamente el estilo de vida y de alimentación, pero sí se puede empezar poco a poco mediante la elección consciente de alimentos, hacia un estilo de vida más sostenible y “lento”.
Como decíamos, Slow Food argumenta que no hay que renunciar completamente a la carne, por ello, la campaña que ha puesto en marcha resultará (según la organización) una herramienta de interés para cambiar los hábitos sin tener que cambiar por completo nuestra forma de vida. Invitan a participar a los consumidores en un cuestionario concebido para quienes se han preguntado hasta qué punto afecta su consumo de carne al medioambiente. En este cuestionario se pregunta cuál es el consumo semanal de carne, qué cortes de carne se suelen adquirir, si la carne procede de un tipo de animal o de varios, en qué criterios nos basamos para comprar la carne, si estamos dispuestos a pagar más por la carne si los animales han sido criados de forma sostenible y en el marco del bienestar animal, si la carne cuenta con un certificado o marca de garantía y calidad, etc.
También se pregunta cuál de las formas propuestas sería la más efectiva para combatir la crisis climática, por ejemplo, dejar de comer carne, comprar carne en envases biodegradables y compostables, elegir carne de animales que contaminan menos, u obviar estas opciones y apostar por reducir el uso del coche. El caso es que, tras finalizar el cuestionario, se proporciona una respuesta de lo que sería nuestro perfil de consumidor para, posteriormente, ofrecer una serie de consejos para realizar compras más sostenibles de carne. A estos consejos se suma información sobre el consumo anual mundial de carne, las previsiones de consumo, el por qué es necesario reducir el consumo de carne, por qué hay que apostar por la carne procedente de la ganadería ecológica, etc. Hablando de ganadería ecológica, merece la pena retomar la lectura de este estudio, en el que se concluía que el método de producción intensivo y el método de producción por pastoreo, son contraproducentes para el medio ambiente, tanto por el gasto de recursos como por la liberación de gases de efecto invernadero.
Es otra organización más que se suma al consejo de reducir el consumo de carne, la información que proporciona es algo escueta y el hecho de que en el cuestionario incluyan algunas preguntas y respuestas algo absurdas, no hace que sea más divertido como se asegura, además, no creemos que las preguntas en sí puedan inspirar a los consumidores a reflexionar sobre los hábitos alimentarios tal y como comentan en la campaña. En nuestra opinión, Slow Food quiere recuperar protagonismo con la campaña y sumarse de una forma más notoria a la tendencia actual de reducir o eliminar la proteína de origen animal de la dieta.
A través de esta página se puede acceder a una guía de consejos para realizar un consumo más consciente, guía que no aporta nada nuevo a la mayoría de consumidores, ya que estos consejos los han proporcionado desde hace años diferentes organizaciones. A través de este enlace podréis acceder a la campaña Meat The Change, al cuestionario y a la información antes comentada.