Sin duda, más de un millón de firmas contra el hambre recogidas a través de la campaña Mil millones de hambrientos, podría resultar una cifra satisfactoria para la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación), recordemos que la finalidad de la campaña es que los Gobiernos del mundo prioricen en la erradicación del hambre en el mundo. Más de 1.100.000 personas se han suscrito a la petición y con motivo de la inminente celebración del Día Mundial de la Alimentación 2010 se le da el bombo, platillo y la difusión oportuna como si se tratara de un gran logro.
En realidad, conseguir algo más de un millón de firmas contra el hambre es una cantidad realmente deprimente si tenemos en cuenta el número de habitantes de los países en los que se ha difundido la campaña, recordemos el siguiente texto: “Los que apoyamos esta campaña consideramos inaceptable que casi mil millones de personas vivan en condiciones de hambre crónica. A través de las Naciones Unidas hacemos un llamamiento a los Gobiernos para que den la máxima prioridad a la eliminación del hambre hasta cumplir la meta.”
En su momento, en el post Moratoria para los cultivos transgénicos aplaudíamos el logro de Avaaz y Greenpeace al conseguir que un millón de ciudadanos europeos apoyarán una petición para solicitar a la Comisión Europea una moratoria para los cultivos transgénicos, pero contrariamente lamentábamos la cifra, dado que representaba el deseo de sólo un 0’2% de la población total de los 27 países de la UE, cifrada en 501.259.840 millones de personas. Entonces, el logro de la FAO es significativamente menor dado que la campaña abarca a un mayor número de países y se trata un tema en el que supuestamente la mayoría de habitantes del planeta estamos de acuerdo, la necesidad de erradicar el hambre a toda costa.
Las actuales 1.100.770 firmas obtenidas son en realidad una gota de agua en el mar, qué presión se puede realizar a los Gobiernos ante tan lamentable participación. Parece evidente que la FAO tiene cada vez menos credibilidad, y como ya hemos destacado en otras ocasiones, esta organización gasta demasiado dinero en designación de comisiones, preparación de informes, cumbres mundiales, papeleo y demás cuestiones que alejan el horizonte de la ansiada seguridad alimentaria.
Continuamente se solicitan más fondos para luchar contra el hambre y el número de hambrientos crece sin parar, claro, que en el problema todos participan, el G8 (los líderes de los ocho países más industrializados del mundo) que parece estar indiferente ante el problema, al menos en lo que a acciones se refiere, ciudadanos que ven el problema alejado de ellos y no terminan de solidarizarse con la situación, organizaciones que bajo el estandarte de erradicar el hambre recaudan fondos para otros propósitos, la impasibilidad o la corrupción de algunos Gobiernos de los países hambrientos que utilizan los fondos obtenidos para otros usos que no son alimentar a la población, la crisis económica, el problema de los alimentos subsidiarios, el cambio climático, se podrían argumentar todo tipo de razones.
En el Día Mundial de la Alimentación 2010 deberíamos solicitar a la FAO que realice una profunda reflexión, sus iniciativas no logran los objetivos marcados, un ejemplo es la ridícula cifra de la campaña pidiendo firmas contra el hambre. La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación es como un pozo sin fondo, cada vez pide más dinero y el problema continúa agravándose. Por el contrario, hay que destacar la loable labor que realizan algunas organizaciones no gubernamentales y personas que con pocos recursos logran contribuir con más notoriedad a reducir el hambre, a mejorar la educación o las condiciones sanitarias, etc., nosotros celebramos el Día Mundial de la Alimentación 2010 alabando el trabajo que desarrollan y apoyando sus acciones en la medida de lo posible.
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