El pasado mes de febrero se abrió la convocatoria de un nuevo premio creado por el Basque Culinary Center con el objetivo de reconocer la labor de los cocineros profesionales al demostrar que la gastronomía puede convertirse en una fuerza transformadora, que sus conocimientos, su posición, su situación, su talento y sus inquietudes, entre otras cosas, le lleven a hacer algo por la sociedad más allá de su trabajo en los fogones, hablamos del Basque Culinary World Prize.
Tras el periodo de envío de candidaturas, con la recepción de 110 candidatos procedentes de unos 30 países, se realizó una selección de 20 finalistas, éstos se dieron a conocer el pasado mes de mayo, os recordamos sus nombres y países en los que desarrollan su labor: Alberto Crisci (Reino Unido), Alicia Gironella (México), Ángel León (España), Ann Cooper (EEUU), Carlos Zamora (España), Daniel Boulud (Francia/Estados Unidos), David Hertz (Brasil), Gabriel Garza (México), Jessamyn Rodriguez (Canadá / Estados Unidos), José Andrés (España/Estados Unidos), Joshna Maharaj (Sudáfrica/Canadá), Leonor Espinosa (Colombia), Manoela Buffara (Brasil), Margot Janse (Holanda), Maria Fernanda Di Giacobbe (Venezuela), Massimiliano Alajmo (Italia), Nani Moré (España), Rodolfo Guzmán, (Chile), Teresa Corçao (Brasil). Además de Kamilla Seidler (Dinamarca) y Michelangelo Cestari (Venezuela), en una misma nominación, por su trabajo, juntos, en Bolivia.
Pues bien, ayer domingo se reunieron los miembros del jurado que, como os comentamos en su momento, está compuesto por algunos de los chefs y profesionales del sector de la alimentación más relevantes a nivel internacional, ellos son Joan Roca, del Celler de Can Roca (España), que además preside el jurado, Ferrán Adrià (España), Dominique Crenn (Estados Unidos), Heston Blumenthal (Reino Unido), Massimo Bottura (Italia), Yoshihiro Narisawa (Japón), Enrique Olvera (México) y como invitados especiales el escritor e investigador estadounidense Harold McGee, el historiador, profesor y gastrónomo Massimo Montanari, la escritora mexicana Laura Esquivel, autora de Como agua para chocolate y Cristina Franchini, experta en Ley Internacional y Acción Humanitaria, parte del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).
Juntos tomaron la decisión de nombrar a Maria Fernanda Di Giacobbe, ganadora del Basque Culinary World Prize, y así se ha hecho saber esta mañana en un encuentro que ha tenido lugar en el Museo Balenciaga, en Guetaria (Guipúzcoa). Según declaró Joan Roca, “La ganadora refleja el valor que puede dar la cocina de la ciencia a la conciencia. En torno a un símbolo gastronómico como el cacao, articula esfuerzos que inciden positivamente en toda la cadena que involucra el chocolate. Es además, un ejemplo inspirador, que refleja el poder que puede ser la gastronomía, independiente de cuan complejo sea el contexto. Los chefs sí pueden marcar la diferencia”.
Los impulsores del premio explican que Maria Fernanda Di Giacobbe se alzó como candidata por sus proyectos Kakao y Cacao de Origen, entre otras cosas, porque ha conseguido articular una red de educación, entrenamiento, emprendimiento, investigación y desarrollo en comunidades productoras en torno al cacao criollo como fuente de identidad, cultura y riqueza económica. Brinda oportunidades a mujeres en situación de vulnerabilidad económica, las capacita y convierte en pequeñas empresarias del chocolate, todo un logro conociendo la situación política de Venezuela…
Con los 100 mil euros de este premio, la ganadora del Basque Culinary World Prize 2016 podrá hacer mucho más, al ser un dinero que se debe donar a algún proyecto de su elección y que, por supuesto, debe expresar el poder transformador de la cocina. Según la cocinera, llevará la luz a cientos de emprendedoras, productores y chocolateros de Venezuela, abriendo nuevos horizontes para conectar con el mundo, por lo que está tremendamente agradecida.
Más información | Basque Culinary World Prize