El pasado mes de agosto, el Gobierno de Malasia anunció que estaba considerando introducir el impuesto del azúcar y como en la mayoría de países donde se ha introducido este gravamen, el argumento para poner en marcha esta medida es mejorar la dieta y la salud de la población. Pues bien, la intención se convierte en realidad, Malasia introduce el impuesto del azúcar y anuncia su puesta en marcha para abril de 2019.
Según las estadísticas del Ministerio de Salud del país asiático, casi uno de cada dos ciudadanos tiene sobrepeso u obesidad, el porcentaje es muy elevado y es necesario adoptar medidas drásticas, como el impuesto de los refrescos, para intentar revertir las cifras. Se ha decidido introducir un gravamen de 0’40 ringgits malayos (0’084 euros) en los refrescos azucarados, bebidas con sabor y otras bebidas no alcohólicas de un litro que contengan más de 5 gramos de azúcar por cada 100 mililitros de producto. En zumos y otras bebidas vegetales, se aplicará el mismo gravamen cuando superen los 12 gramos de azúcar por cada 100 mililitros.
Se considera que el impuesto del azúcar en las bebidas azucaradas es un primer paso al que le seguirán otras acciones orientadas a reconducir a la población hacia una dieta más saludable, por ejemplo, enseñar a cocinar utilizando menos azúcar, practicar una alimentación consciente… El Gobierno considera que una de las formas efectivas para alentar a la población a consumir menos azúcar es aumentar el precio de las bebidas azucaradas, aunque quizá la medida no sea muy efectiva teniendo en cuenta el importe del impuesto.
La decisión ha sido recibida con satisfacción, pero muchos se muestran escépticos sobre su efectividad y algunos tachan la medida de puramente recaudatoria y que no tendrá apenas efecto para frenar el creciente índice de sobrepeso y obesidad, así como las enfermedades derivadas como la diabetes, cuya tasa es muy elevada debido al excesivo consumo de azúcar. Pero lo cierto es que centrarse en los refrescos azucarados es un error, ya que representan sólo una pequeña parte de la gran cantidad de alimentos y bebidas que se consideran poco saludables y que están cargados de azúcares, grasas y sal. Se puede citar como ejemplo el Teh Tarik, una bebida elaborada con té negro y leche condensada que se ofrece en los puestos de comida callejera y en algunos restaurantes, y que contiene un elevado nivel de azúcar.
Otra cuestión a destacar es el propio impuesto de los refrescos, su valor es reducido por lo que su impacto podría ser mínimo en la reducción del consumo, algo que beneficiaría al Gobierno si la medida es puramente recaudatoria. Recordemos que algunos expertos consideran que para que una medida de estas características sea efectiva se debería introducir un gravamen del 40%, un aumento de precio significativo sí tendría el efecto deseado. Sin embargo, y según leemos aquí, dependiendo de los resultados, es probable que en un futuro a corto o medio plazo, se incremente dicha tasa.
En principio se pretende aplicar el gravamen a los fabricantes y no al punto de venta al por menor, considerando que de este modo se obliga, en cierto modo, a los fabricantes a reformular sus bebidas reduciendo el porcentaje de azúcar. Pero es probable que una buena parte del impuesto o su totalidad, sea asumido por las empresas, por lo que su impacto entre los consumidores sería nulo, no así para las arcas del estado. Dado que se reconoce que son muchos los productos cargados de azúcar en el mercado, se debería pensar en introducir un impuesto generalizado y no demonizar al sector de los refrescos y bebidas azucaradas, algo que recomiendan muchos expertos en salud, como una estrategia más coherente en beneficio de los consumidores.
En todo caso, sigue aumentando la lista de países que optan por introducir la tasa del azúcar, a lo largo de los últimos tres años este gravamen ha sido noticia constantemente, recordemos los datos de 2016 y 2017, y este año ha seguido la misma dinámica, aunque es cierto que se ha hablado menos y que no han sido tantos los países que han decidido aplicarlo o planean su introducción.