Acabamos de conocer un estudio desarrollado por la Organización de Consumidores y Usuarios, en el que se concluye que sólo un 5% de las frutas y hortalizas que se comercializan en ciudades como Valencia, Barcelona, Sevilla o Madrid, tienen unas cualidades organolépticas favorables, las frutas y verduras son frescas, dulces, jugosas, etc. Pero es lamentable, tan sólo un 5%, ¿qué ocurre con el resto?, la tónica dominante es la mala calidad de frutas y verduras, pero hablamos de las características organolépticas, ya que estos alimentos se presentan en los comercios con una imagen deseable que hace pensar que su sabor es igualmente atractivo.
A muchos consumidores les pasa continuamente, adquieren estos alimentos por su aspecto y tras probarlos, descubren que son insípidos, faltos de sabor y aroma, incluso la textura parece ser diferente en algunos casos. Para poder constatar la pésima calidad de frutas y verduras, la OCU procedió a adquirir en 54 comercios de las ciudades mencionadas, diferentes frutas y verduras, manzanas Golden, plátanos de Canarias, Lechugas romanas, naranjas de mesa y tomates Daniela. Además de catar 350 kilos de estos alimentos, también se procedió a analizar la colocación de frutas y verduras en el expositor, la apariencia que tenían, el etiquetado correspondiente y la atención que ofrecían los responsables de las tiendas.
Las conclusiones obtenidas son bastante deprimentes, como decíamos, tan sólo un 5% de los productos catados podían considerarse muy satisfactorios, el resto eran alimentos insípidos y sin aroma, pero además hay que destacar que una de cada cuatro piezas, tenía defectos en el sabor y la textura. Seguro que os ha ocurrido en más de una ocasión, adquirir un kilo de manzanas que en apariencia son espectaculares, y al cortarlas están estropeadas desde el interior. Otro ejemplo son las fresas, esta es una fruta más perecedera, y nos encontramos con cajitas con fresas o fresones espectaculares, sin embargo, una buena parte de ellas, sobre todo las que no se ven, ya han entrado en proceso de descomposición leve, si hablamos de tomates… ni aroma, ni dulzor… es una tónica dominante, termina siendo complicado encontrar buenos tomates, a las variedades comerciales les falta química. Podríamos ir citando muchos ejemplos sobre la precariedad y mala calidad de frutas y verduras.
Otro problema a destacar es la falta de maduración, es lo que tiene cortar en verde, recordemos que se realizan campañas para que los alimentos del campo se recolecten maduros, es el mejor modo de brindar calidad y que los consumidores se sientan satisfechos con la compra realizada. Según la OCU, la valoración más común realizada por los consumidores es que ni gustan, ni disgustan, algo que evidentemente no facilita el aumento del consumo de frutas y verduras. Como han apuntado algunos estudios, una fruta madura con dulzor y aroma tiene más posibilidades de conquistar el paladar de los niños, con respecto a los adultos, nos sorprende ese tedio y aceptación de la calidad del producto que adquieren.
Ante este panorama, resulta más complicado seguir las recomendaciones de los expertos en nutrición, como sabemos indican que hay que tomar 5 raciones de frutas y hortalizas al día. Los estudios muestran que la media de consumo de estos alimentos se sitúa en unos 280 gramos al día, cuando en realidad se deberían consumir unos 400 gramos tal y como se recomienda desde la OMS (Organización Mundial de la Salud). ¿Qué ha pasado?, parece que la mayoría de los adultos hemos olvidado el verdadero sabor de frutas y verduras, aceptamos las variedades que, aunque son interesantes para la industria por su rapidez de crecimiento, productividad o resistencia a plagas e inclemencias medioambientales, son de una calidad organoléptica lamentable y deprimente. La alternativa sería poder disfrutar de los alimentos ecológicos, tienen más sabor y nos hacen disfrutar más de la comida.
Pero volviendo a las frutas y verduras de producción industrial, muchos alimentos no se cultivan en condiciones naturales, se utilizan diferentes técnicas e invernaderos para asegurar una gran producción, además algunos alimentos se cortan en verde y se dejan madurar en cámaras refrigeradas. Hemos podido ver como las naranjas o mandarinas se recolectan en verde y se almacenan en grandes frigoríficos, a medida que maduran, sacan las cajas para la selección y envío a otros países o para quedarse en el nuestro. Frutas y verduras se diseñan para que soporten la actividad industrial y garantizar la rentabilidad, y para que los consumidores las adquieran, las variedades desarrolladas tienen un aspecto impecable que capta a aquellos que suelen «comer con los ojos». Como dice el artículo de la OCU, es raro ver piezas que sean irregulares, estén manchadas, o muestren signos evidentes de haber recibido un golpe. Por otro lado, se disponen de un modo que los posibles defectos pueden pasar inadvertidos y si no miramos una a una cada pieza, terminamos adquiriendo alguna en mal estado.
El tendero es una pieza clave para poder adquirir las frutas y verduras en mejores condiciones, asesora sobre las mejores frutas y piezas, advierte sobre aquellas que están más o menos maduras, etc., claro que todo este trato conlleva un incremento en el precio, según la OCU. Nuestra recomendación es que si hay posibilidad (quizá no es fácil en grandes ciudades), se acuda al mercado tradicional o a las tiendas de los propios agricultores, no todo lo que tengan será de su huerta, posiblemente, pero sí buscan completar su oferta con productos de kilómetro cero, es decir, de los campos de sus vecinos. Además de los beneficios de disfrutar de productos de cercanía y de temporada, los precios no son más elevados que en grandes superficies, al contrario, cuando algunas frutas o verduras están empezando a ‘decaer’, rebajan el precio para conseguir venderlas y no sufrir pérdidas.
La OCU nos facilita cifras sobre la cata que ha realizado, parece ser que en Sevilla y Valencia la calidad de las frutas es mejor que en Barcelona y Madrid, además en estas dos ciudades el precio de compra es más elevado. Pero este resultado es una media y engloba tanto a fruterías de barrio, como supermercados o cadenas de distribución. Lo más sorprendente es el alto porcentaje de personas que manifiestan que ni les gusta, ni les disgusta, la media se encuentra entre el 60 y el 70% en todos los casos. Finalmente y para concluir, del estudio se desprende que en Barcelona los mercados son muy caros, con respecto a la mejor relación calidad/precio, la ofrecen supermercados como Mercadona o Caprabo-Eroski, los alimentos cuestan la mitad de precio que en los mercados.
En Madrid, los supermercados Caprabo-Eroski son los que ofrecen la fruta y verdura de mejor calidad y a un precio competitivo, en calidad también destaca Hipercor, pero el precio es más elevado. Con respecto a las tiendas de barrio, hay que tener cuidado con las que ofrecen los productos especialmente baratos. Finalmente de Valencia, Hipercor es el que ofrece mejor calidad en frutas y verduras, lamentablemente a un precio más elevado, con respecto a la relación calidad/precio, vuelve a destacarse Mercadona. Mucho hay que hablar de este tema, la calidad no está asociada al aspecto, y esto es un inconveniente para promocionar el consumo de estos alimentos.