Hace un par de años la compañía Biotecnológica Monsanto y Dow Chemical, una de las empresas químicas más grandes del mundo, llegaban a un acuerdo de colaboración para desarrollar la nueva variedad de maíz transgénico SmartStax. Se trata de un maíz que incorpora hasta ocho genes distintos aportados por ambas compañías y con los que lograría soportar la acción de los herbicidas, los diferentes insectos y las distintas enfermedades que atacan al maíz, se podría decir que se trata de un super maíz.
Pues bien, ahora el maíz transgénico SmartStax ha sido aceptado por la Agencia de Protección Ambiental estadounidense y la Agencia de Inspección de Alimentos Canadiense para que este producto transgénico pueda comenzar a comercializarse el próximo año. El siguiente paso es evidente, Monsanto y Dow Chemical intentarán introducir la nueva variedad de maíz en la Unión Europea y en el resto de países del mundo.
El maíz transgénico SmartStax es un coctel genético que lo diferencia de otros productos alimentarios transgénicos, hasta la fecha lo habitual era la incorporación de un máximo de tres genes, los ocho genes del Genuity SmartStax lo colocan a la cabeza de la combinación genética. Según ambas compañías, el rendimiento del maíz es significativamente mayor y representará una nueva era en la carrera de los alimentos modificados genéticamente.
Una mayor carga genética puede representar un mayor riesgo para el medio ambiente y la humanidad, además de la tolerancia al glifosato, incorpora rasgos que le otorgan tolerancia al glufosinato de amonio. De este último componente estuvimos hablando en el post Arroz transgénico LL62, el glufosinato es un componente químico que se considera peligroso para los seres humanos y para el medio ambiente, de hecho, en breve será un elemento químico prohibido en la Unión Europea. Algunas pruebas toxicológicas ponían al descubierto que el arroz contenía restos de glufosinato incluso después de la cocción, algo que podemos trasladar al nuevo maíz modificado genéticamente SmartStax.
Dow AgroSciences y Monsanto manifiestan su satisfacción indicando que con el maíz transgénico SmartStax los agricultores se convierten en verdaderos ganadores, cultivando el maíz no tendrán que utilizar la mayoría de productos fitosanitarios que actualmente se utilizan y garantizarán menores esfuerzos y mayor rentabilidad económica.
Según las agencias medioambientales que hemos citado, el maíz presenta un mínimo riesgo para el medio ambiente, pero hay que tener en cuenta que el riesgo de los alimentos transgénicos son aquellos efectos impredecibles y desconocidos fruto de la carencia de estudios a largo plazo. Nuevamente se pone al descubierto que la biotecnología está al servicio de la productividad y la rentabilidad, y no de la salud medioambiental o humana, ninguno de los genes que incorpora el nuevo maíz ofrece mejoras nutricionales u organolépticas.
Será interesante recordar el post Nuestra alimentación no es natural, ¿qué opinará del nuevo maíz Francisco García Olmedo, Catedrático en Bioquímica y Biología Molecular de la Escuela Superior de Ingenieros Agrónomos de Madrid? pronto tendremos más noticias sobre el nuevo producto transgénico.
Foto | Zanastardust