En el mes de mayo se aprobó en Brasil el nuevo maíz transgénico PowerCore, un producto desarrollado conjuntamente por Dow AgroSciences LLC. y la compañía biotecnológica Monsanto. Ahora este maíz ha sido aprobado por el Gobierno argentino para que sea cultivado y comercializado, a diferencia de otras variedades, el PowerCore contiene cinco nuevos genes, tres para soportar las plagas de aquellos insectos que representan una amenaza potencial contra los cultivos, y dos genes de tolerancia a herbicidas cuyo principio activo es el glifosato y el glufosinato. En este caso se habla de un maíz modificado genéticamente que incluye cinco genes, se podría decir que se trata de un paso intermedio entre el maíz transgénico convencional y el maíz transgénico SmartStax, variedad desarrollada por Monsanto y Dow Chemical, una de las empresas químicas más grandes del mundo.
Esta es una carrera complicada y con poco sentido, a medida que los insectos logran desarrollar resistencia al maíz transgénico, las compañías biotecnológicas se apresuran a lanzar variedades más complejas y con nuevos genes, lo que puede facilitar que poco a poco se incremente la resistencia de los insectos, malas hierbas o enfermedades, es decir, poco a poco se están creando enemigos más poderosos contra los cultivos. Cambiando de país, recordemos que en Estados Unidos se puso en marcha un plan para frenar la resistencia de los insectos a este tipo de cultivos, el plan consiste en cultivar maíz tradicional sin modificaciones genéticas a modo de refugio, es como poner un comedero a los insectos para que no intenten comer el maíz modificado genéticamente.
En este caso, los refugios deben abarcar un 20% del total de la superficie cultivada, aunque esta cifra depende del tipo de maíz, si contiene dos genes diferentes el porcentaje se reduce a un 5%. Los investigadores han advertido que los insectos evolucionan rápidamente y son capaces de adaptarse a condiciones muy adversas, la lucha por poder comer, y sobre todo por la supervivencia, se impone. Por ello, advirtieron que en este tipo de modificaciones con la inclusión de más de dos genes, deberían contemplar refugios de hasta un 20%, en el caso de que el maíz contenga un solo gen, el refugio de maíz tradicional cultivado debería ser de hasta el 50% de la extensión cultivada. Ante estas cifras, es difícil creer en la rentabilidad de estas variedades de alimentos transgénicos dada la extensión de cultivo que se debe ofrecer a modo de buffet.
Ahora, tanto en Brasil como en Argentina se liberaliza este nuevo producto indicando que su rendimiento es hasta un 10% mayor, por otro lado se promete a los productores otro tipo de rentabilidad, no será necesario cultivar un área de refugio superior al 5% del terreno cultivado, en lugar de otras tecnologías que recomiendan un 10% o un 20%, según algunos expertos en la materia. Se asegura que el maíz PowerCore será capaz de soportar la acción del taladro o barrenador, insecto responsable de las mayores plagas que atacan el maíz y que provocan pérdidas millonarias, concretamente se indica que la nueva variedad puede soportar el ataque del cogollero del maíz (Spodoptera frugiperda), un lepidóptero que ataca diferentes cultivos entre ellos el maíz, el gusano de la mazorca de maíz (Helicoverpa zea), considerado una de las peores plagas en la agricultura, el gusano cortador negro (Agrotis ípsilon), larva de una polilla que se alimenta de diferentes variedades de verduras y granos de importancia económica, barrenador del tallo (Diatraea saccharalis), insecto que en estado de larva realiza galerías en los tallos de los cultivos destruyendo el desarrollo biológico de la planta.
Con respecto a los herbicidas, la nueva variedad soporta la acción del glifosato, principio activo del Roundup, producto muy utilizado en todo el mundo y especialmente en los cultivos transgénicos, al respecto sería interesante retomar la lectura de este artículo para conocer algunos de sus efectos secundarios o daños colaterales. El otro herbicida que soporta el PowerCore es el glufosinato, herbicida del que hablábamos al tratar el arroz transgénico LL62, se trata de un producto considerado peligroso para los seres humanos, un estudio de la EFSA del año 2005 determinaba su riesgo potencial especialmente en los niños, además, la Agencia Sueca de productos químicos propuso su prohibición ante los diferentes estudios que mostraban su peligrosidad, sea en otros insectos beneficiosos u otros mamíferos. Por otro lado hay que destacar que en varias pruebas toxicológicas se pone de manifiesto que este herbicida se integra en el alimento (arroz) y que incluso después de la cocción se han encontrado restos del producto. A pesar de estas pruebas, la EFSA afirmaba que se trataba de un arroz tan seguro como el tradicional.
Por tanto, se desarrolla y aprueba una nueva variedad de maíz transgénico que puede representar un peligro en muchos sentidos, como siempre, se promete gran rentabilidad, algo que suele tentar a los agricultores. El uso de nuevos alimentos modificados genéticamente más complejos, crece paralelamente al incremento de la resistencia de insectos y malas hierbas, es una carrera por etapas sin un claro vencedor, aunque sí hay perdedores, los cultivos tradicionales. Por otro lado, teniendo en cuenta que estos alimentos serán exportados como la mayoría de las producciones de Argentina o Brasil, se estará introduciendo en otros mercados esta variedad con sus posibles complicaciones. Ya veremos cuál es la respuesta de los mercados europeos y si permitirán la introducción del maíz transgénico PowerCore para la alimentación animal y quizá humana.
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