Un grupo de investigadores de la UNAM (Universidad Nacional Autónoma de México), está tratando de desarrollar una variedad de maíz resistente a las aflatoxinas, sustancias tóxicas que son generadas por distintos tipos de hongos que proliferan en los cultivos que sufren sequías persistentes o en el caso contrario, periodos prolongados de alta humedad, condiciones que se dan especialmente en aquellos países cuyo clima es húmedo y cálido.
Recordemos el post aflatoxinas para facilitar el comercio internacional, en él destacábamos que se habían incrementado los niveles permitidos de aflatoxinas en Europa con el fin de potenciar el comercio y no vetar la producción de cereales u otros alimentos como las oleaginosas de países en los que el nivel de aflatoxinas es mayor de lo que la UE permitía. Esta variedad de maíz podría ser una solución ante los pronósticos científicos que indican que el cambio climático incrementará la presencia de los hongos en estos alimentos y por tanto, el contenido de estas sustancias tóxicas.
Unos niveles elevados de aflatoxinas pueden provocar en el ser humano todo tipo de problemas de salud, alteraciones del sistema digestivo y de la metabolización de los nutrientes, cáncer de hígado, cirrosis, etc. Los investigadores de la UNAM intentan desarrollar una variedad de maíz que sea resistente a la contaminación por aflatoxinas provocada por hongos como el Aspergillus flavus, hongo alergénico que aparece sobre todo en las plantaciones de cacahuetes o maíz, y a la contaminación producida por el Aspergillus parasiticus, hongo de similares características al que hemos mencionado anteriormente.
Los investigadores indican que la toxina es acumulativa y podría terminar facilitando la aparición de tumores cancerígenos, lo que obliga a intentar tomar medidas para que el maíz o cualquier otro alimento pueda estar libre de la contaminación de este agente tóxico. Los expertos trabajan desde el año 2003 en la mejora genética del maíz, mediante la selección genética de plantas de maíz que son más resistentes a la contaminación, para posteriormente realizar cruces a fin de obtener una variedad altamente resistente a las aflatoxinas de forma natural.
Según los expertos la investigación promete y se han logrado grandes avances durante los últimos tres años. Por cierto, hay que destacar que la EFSA (Autoridad Europea de Seguridad de los Alimentos) y concretamente la Unidad de Riesgos Emergentes, está realizando un estudio para determinar la relación entre las aflatoxinas presentes en los cereales y el cambio climático. Los resultados, y las posibles soluciones del problema,a serán presentados por la comisión científica el próximo 7 de septiembre.