Ferrán Adrià fue un año más la estrella del programa de la Cumbre Mundial de la Gastronomía Madrid Fusión 2011, y eso que en esta ocasión no vino a mostrar su cocina, sino su proyecto, elBulli Foundation. Durante tres jornadas, el congreso gastronómico de repercusión mundial se centró en la Gestión del Talento (y II) clasificadas en Innovación y Tendencias, Ciencia y Cocina, y Negocios de Éxito. Así, a razón de lo que cada ponente iba a presentar, se incluía en uno de los programas, en una de las jornadas.
Hasta hoy os hemos mostrado algunas de las ponencias a las que asistimos en esta novena edición de Madrid Fusión, Eneko Atxa y sus guarniciones aromáticas, Jacques Decoret con Cocina y Diseño, Xevi Ramón y Marc Martí con La pureza de las masas madres, Quique Dacosta y Las mil caras del arroz, Nuno Mendes con Provocación Vegetal, Ángel León y sus Embutidos del mar, Flavio Morganti con El Vapor: Nuevas tecnologías aplicadas, Dani García con las Salsas Microemulsionadas, además de talleres como el de la Tecnología de los sabores de Sosa o la Cumbre del Poder Gastronómico: Encuentro Internacional de Guías.
Evidentemente hubo mucho más (quizá aún podamos desgranar algo interesante), aunque es materialmente imposible disfrutar de todo el programa del congreso y en ocasiones difícil elegir entre dos actividades paralelas. Si habéis seguido las crónicas que hemos compartido con vosotros, podréis opinar sobre lo que consideráis más destacado de esta breve muestra de Madrid Fusión 2011. Pero comentamos lo mismo que en el post Madrid Fusión en imágenes (I), la sensación generalizada de esta edición del congreso ha sido de un nuevo descenso en el camino desangelado que pesa sobre este tipo de eventos en los últimos años.
Resulta imposible saber por qué, se habla de cocineros que no innovan por falta de presupuesto, de tiempo o de ideas, pero luego vemos que sobre el escenario el cocinero tiene que pisar el acelerador a la hora de explicar o mostrar su cocina. En 15 minutos es imposible mostrar cómo se elabora un plato, por lo que Madrid Fusión es cada vez más una sala de audiovisuales.
Nos hubiera encantado, por ejemplo, tener más tiempo para conocer a Rodrigo de la Calle (hizo tres arroces en 15 minutos), que junto a Quique Dacosta sólo pudieron ocupar media hora del apretado programa. Si realmente lo que se quiere es mostrar cocina, no hace falta que vayan tantos cocineros, sino que se les dé tiempo a unos pocos que tengan algo que contar, para que los congresistas, estudiantes de hostelería y restauradores en su mayoría, salgan de la ponencia con la satisfacción de haber aprendido o descubierto algo nuevo que les ayude a mejorar en su profesión.
Y de eso se trataba Madrid Fusión, dedicado a la Gestión del Talento, el potencial y el rendimiento, a pesar de tener un atractivo programa, escasearon las anunciadas ‘aportaciones inéditas en el campo de la técnica, la creatividad culinaria, el marketing y la gestión hostelera’. Lo que sí hubo, y a nadie le pasó desapercibido, es marca y marketing, pero también muchas otras cosas buenas. Madrid Fusión indudablemente es un punto de encuentro con profesionales del sector del que hay que disfrutar, en ellos siempre hay algo que aprender, y con todo eso nos vamos a quedar, esperando un décimo aniversario del congreso brillante, ya queda menos de un año para ir preparándolo.
