Un grupo de investigadores de la Universidad Jiao Tong (China) ha dado a conocer un revolucionario y nuevo test para detectar alimentos modificados genéticamente con una fiabilidad del 97%. El método se denomina MACRO y combina dos métodos de análisis genético es uno solo, gracias a este sistema se podría controlar mejor la liberación al mercado de alimentos transgénicos no autorizados.
Los expertos explican que el nuevo test para detectar alimentos transgénicos se ha desarrollado en respuesta a la creciente introducción en el mercado de alimentos que contienen materias primas modificadas genéticamente, con métodos analíticos como Macro se podrán detectar rápidamente y evitar que se puedan introducir en el mercado si no cuentan con la correspondiente aprobación. Los investigadores consideran que es necesario utilizar sistemas efectivos capaces de monitorear con precisión la presencia de transgénicos, esta prueba tiene una alta tasa de acierto, es económica y capaz de controlar la mayoría de los productos transgénicos que se han desarrollado.
Hasta la fecha se han desarrollado diferentes metodologías para realizar un seguimiento del contenido de materias primas transgénicas, pero parece ser que sólo sirven para un número limitado de pruebas y no son lo suficientemente eficaces y fiables, esto es algo que se logra superar con la combinación de los dos métodos analíticos. Con Macro han conseguido una tasa de detección del 97%, casi el doble que pueden arrojar otras pruebas y análisis, pero además hay que decir que el nuevo test permite ir introduciendo nuevas variables para que pueda detectar los nuevos alimentos modificados genéticamente que se desarrollen en el futuro.
MACRO utiliza una metodología de seguimiento transgénico basado en tres pasos principales, la extracción de ADN, su amplificación y la lectura cualitativa o cuantitativa de la muestra genética. Este sistema se basa en la reacción en cadena de la polimerasa, técnica de biología molecular que permite la rápida replicación del ADN, su clonación y secuenciación, realizar un análisis funcional de los genes, etc. El test se compone de un microchip de ADN que contiene diferentes muestras de material genético relacionado con los transgénicos, en total integra 91 muestras, genes exógenos (material genético insertado en los alimentos), genes procedentes de los virus y bacterias que se han utilizado para el desarrollo de estos alimentos, etc.
Recordemos que en el desarrollo de los alimentos modificados genéticamente, como el maíz Mon 810, se empleó material genético procedente de la bacteria Bacillus thuringiensis, un gen responsable de la producción de la proteína tóxica que afecta al gusano barrenador o taladro. Macro contiene además otros elementos que permiten la lectura de los fragmentos de ADN amplificados, pudiendo dar respuesta a si un alimento contiene material genético modificado.
En los ensayos realizados con muestras ciegas complejas, el nuevo test demostró su capacidad y grado de fiabilidad establecido en un 97’1% sobre todos los organismos genéticamente modificados que se han desarrollado hasta el año 2012, los posteriores será necesario incluirlos para su detección, pero como explican los investigadores, eso no sería un problema.
Según leemos aquí, los expertos consideran que dada su capacidad, rapidez, tasa de efectividad y coste, MACRO será utilizado en un futuro a corto plazo, para realizar las inspecciones alimentarias rutinarias de las importaciones. Es necesario contar con métodos que sean fiables y capaces de detectar alimentos transgénicos aprobados o prohibidos, además estos sistemas pueden facilitar poner en marcha una legislación más estricta en este campo.
Podéis conocer todos los detalles de la investigación a través de este artículo publicado en la revista científica Analitycal Chemistry.
Foto | Basheertome