A través de una entrevista realizada al profesor de Investigación de Mercados de la Universidad Carlos III, Julio Cerviño, nos enteramos de que los vinos españoles son los otros en el mercado de Estados Unidos. Al parecer, si acudimos a un restaurante estadounidense y pedimos la carta de vinos, lo primero que nos podemos encontrar es la etiqueta “Californian Wines», algo lógico, ya que lo primero que debe hacer un país es potenciar sus propios vinos.
Después nos encontraríamos “French wines” (vinos franceses), seguidamente “Italian wines” (vinos italianos) y finalmente la etiqueta “Others” (otros), los vinos españoles se encuentran en esta etiqueta. Si realmente esto es así, nos causa una profunda decepción, el vino español tiene el suficiente nombre y calidad para presentar su propia etiqueta. Según el experto, esta es una barrera que debe romperse si se pretende competir en el mercado americano con los demás vinos procedentes de otros países, por desgracia la etiqueta “Spanish wines” no existe y la popularización del vino español todavía no se está consolidada.
La ponencia realizada por Julio Cerviño en el VI Foro Mundial del Vino celebrado en La Rioja, ha sido bastante criticada, sus palabras han causado malestar entre algunos de los asistentes.
Cerviño realizó un examen sobre el modo de actuación de las Denominaciones de Origen, las iniciativas, las campañas promocionales y todas aquellas iniciativas de marketing que están desarrollando para dar a conocer los vinos españoles. Al parecer, el análisis realizado era bastante crítico, el experto pretendía convencer a la audiencia de que es más importante tener una buena marca de país que un producto exclusivo. Da la impresión de que sea la marca algo mucho más importante que el contenido de la botella.
Recordemos, por ejemplo, el modo de actuar del sector enológico italiano, Made in Italy es una marca que muestra la unión de los productores italianos y la utilizan como estrategia promocional de la imagen de sus productos. La imagen de calidad del producto está asociada a esa marca y ha sido fruto de una estrategia desarrollada hace años cuyos resultados han sido muy satisfactorios. Así nos lo muestra un artículo publicado en Agrodigital del año pasado.
No sólo el vino, el aceite, el queso… muchos productos italianos se encuentran bajo esta marca y además, para mayor refuerzo promocional, la mitad de las Denominaciones de Origen Europeas se encuentran en Italia. Decididamente, sería interesante tener en cuenta el modo de actuar italiano para potenciar nuestra marca nacional en el mundo.
Quizás la ponencia de Julio Cerviño ha caído como un jarro de agua fría, pero tras conocer el ejemplo italiano, creemos que tiene bastante razón. Sin embargo, en una ponencia realizada por expertos estadounidenses del sector, se afirmaba todo lo contrario, es decir, es mejor la promoción de la calidad que la promoción de la marca. En realidad debería ser una conjugación de ambos conceptos y la marca debería ser referente de calidad.
El experto manifiesta que para el ámbito nacional, las D.O. son algo adecuado, pero en los mercados exteriores, la marca se la lleva el país, por eso es tan importante potenciar la marca. Como dice el experto, ¿por qué una misma marca no puede tener un buen Ribera, un buen vino Albariño o un buen Rioja?, con distintas variedades se puede igualmente generar confianza logrando una unión muy interesante. Con todo lo mencionado, no se quiere decir que la calidad no sea importante, de hecho, es la calidad la que respalda una marca y viceversa.
Os recomendamos leer la entrevista que el Correo Digital ha realizado al experto, resulta interesante y nos proporciona otro modo de ver la situación.
Vía | El Correo Digital
En Gastronomía & Cía | Lucas Payá, un embajador del vino español en Nueva York
1 comentarios
Tengo la suerte de haber sido alumno de el Sr. Cerviño, y creo que es bastante acertado en sus argumentos. Primero su visión del negocio de la exportación del vino es acertada porque lo compara con otros sectores. En segundo lugar, no creo que él haya dicho en ningún momento que tengamos que descuidar, más bien seguir aumentando, la calidad del producto que hay dentro de la botella.
La cuestión es que mientras sigamos pretendiendo atacar mercados como el americano, el chino o cualquier otro, batallando individualmente desde las pequeñas empresas o desde denominaciones de origen o comunidades autónomas, estaremos perdiendo el tiempo y la batalla…y nos la estarán ganando otros.