Los agricultores y ganaderos de nuestro país están en una lucha que tenemos que apoyar, nos sigue pareciendo mentira que tengan que trabajar en las condiciones que les imponen, injustas totalmente, y que lo haga quien debería estar trabajando para ellos y para todos los españoles, pues no hay que olvidar que los políticos trabajan para nosotros (o deberían), no para llenar sus bolsillos y asegurar su futuro, caiga quien caiga, que somos muchos.
Cada día vemos en las noticias cómo van las protestas de agricultores y ganaderos por la crisis del sector y por las políticas agrarias, por lo que nosotros os vamos a comentar una protesta que posiblemente no llegue a los grandes medios informativos, y es que la están impulsando desde La Unió Llauradora i Ramadera, la organización de agricultores y ganaderos de la Comunidad Valenciana. Os contamos lo que sucede.
Las empresas alicantinas que producen los turrones de Jijona y de Alicante, que cuentan con Indicación Geográfica Protegida (I.G.P.), modificaron el Pliego de Condiciones aludiendo que existía una contradicción en el texto aprobado con ocasión del registro de la IGP, que establece disposiciones que difieren de las establecidas en la solicitud de registro que fue aprobada.
Resulta que, hasta octubre del año pasado y desde que en 1996 se registraron el Turrón de Alicante y el Turrón de Jijona con Indicación Geográfica Protegida, el Pliego de Condiciones recogía qué variedad de almendras eran fundamentales para la elaboración de los turrones con IGP, decía así:
Son almendras del género (prunus amygdalus dulcis) repeladas – sin piel – pero limpias, sanas y sin materias extrañas, de las variedades agronómicas: i) Valencia (o comuna), ii) Mallorca, iii) Mollar, iv) Marcona, v) Planeta y vi) Largueta, con sus respectivas modificaciones varietales, de cada zona o localidad, variedades enmarcadas en regiones caracterizadas por la benignidad del clima mediterráneo – pudiendo proceder de Alicante, Castellón y Valencia. La almendra se incorpora repelada y tostada.
Pues bien, la modificación del Pliego de Condiciones aprobada por la Unión Europea desde el pasado 26 de octubre de 2023, en el apartado de las materias primas dice:
Almendras tostadas: almendras tostadas del género Prunus amygdalus dulcis limpias, sanas y libres de materias extrañas, pertenecientes a las distintas variedades agronómicas catalogadas comercialmente por el sector de suministro de almendra, con sus respectivas modificaciones varietales.
Esto significa que el Turrón de Jijona y el Turrón de Alicante se puede elaborar con almendras importadas de cualquier parte del mundo, con lo que ello representa, una calidad inferior, una huella de carbono mayor, una pérdida para el agricultor valenciano… Todo con el objetivo de reducir costes.
La Unió Llauradora denuncia que los fabricantes de turrón amparados en la IGP Jijona y Alicante no quieren pagar a los agricultores de la Comunidad Valenciana un precio que cubra al menos los costes efectivos de producción, como obliga la Ley de la Cadena Alimentaria. Se abastecen de la almendra que se importa en nuestro país y explican que el 70% de ella llega a la Comunidad Valenciana, siendo en 2023 una cifra de 72 millones de kilos y aseguran que con un precio cada vez más bajo. Ya sabemos que esto es así con la almendra y con la mayoría de productos agrícolas.
Pero, ¿La Unió tiene razón para quejarse y denunciar que los fabricantes de turrones amparados con la IGP, utilizan almendra importada y se aprovechan de utilizar el sello de Indicación Geográfica Protegida como sello de calidad? Pues moralmente podemos decir que sí, pero realmente pueden hacerlo.
Y es que la IGP (Indicación Geográfica Protegida) identifica un producto originario de un lugar determinado, una región o un país, que posea una cualidad determinada, una reputación u otra característica que pueda esencialmente atribuirse a su origen geográfico, y de cuyas fases de producción, al menos una, tenga lugar en la zona geográfica definida.
Es una de las diferencias con la Denominación de Origen Protegida (DOP), en un producto con DOP todas las fases de producción se realizan en la zona geográfica definida, pero en un producto con IGP sólo es necesario que una de las fases se realice en la misma zona geográfica. Por lo que, si el turrón se elabora y se envasa en el territorio reconocido por la IGP, ya hay al menos una de las fases (en este caso dos) que cumple con la norma, y la producción de la almendra puede darse en cualquier otro lugar.
Lo lamentable es que ni el gobierno ni la industria alimentaria sean capaces de proteger a nuestros agricultores y de valorar el trabajo que realizan y sus frutos, aun sabiendo que eso beneficiaría al tejido empresarial español, entre otras muchas cosas. Ya hemos comentado en muchas ocasiones la necesidad de ser más proteccionistas y menos complacientes con la entrada de los alimentos de terceros países, pero sólo nos queda hacerlo de forma individual.
Si queréis conocer más detalles sobre la información proporcionada por La Unió sobre este tema, podéis acceder a su web a través de este enlace. Nos gustaría poder escuchar también la voz de la industria del turrón de Jijona y de Alicante, si nos llega, también lo compartiremos con vosotros.