Nos han hablado en varias ocasiones sobre las medidas de seguridad que se adoptan, o pretenden adoptar, con los cultivos transgénicos, podemos citar por ejemplo la lectura del post Zonas de cultivos transgénicos o el post Normas de coexistencia entre cultivos transgénicos y cultivos tradicionales. El caso es que a pesar de las medidas de seguridad que se puedan adoptar, los transgénicos se escapan de los campos y se hacen evidentes en las plantas que crecen de forma silvestre. Según los investigadores de la Universidad de Arkansas (Estados Unidos), tras una inspección de los campos de cultivo de soja transgénica localizados en Dakota del Norte y una posterior revisión de diferentes regiones de este Estado, se han encontrado genes transgénicos en un 80% de las plantas que crecían de forma silvestre.
Esta particularidad muestra que las modificaciones genéticas han permitido a las plantas silvestres sobrevivir a los herbicidas haciéndolas más resistentes. Al parecer, en Estados Unidos no se regula el cultivo de alimentos transgénicos ante la creencia de que la transferencia genética al resto de la naturaleza no es dañina. Los transgénicos se escapan de los campos y se están creando plantas silvestres super resistentes que pueden convertirse en un verdadero problema. Sería interesante dar un vistazo al informe de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación) en el que se mostraba que uno de los peores enemigos de la agricultura son las malas hierbas, un mal que provoca pérdidas multimillonarias.
En el caso de la colza silvestre, los expertos atravesaron carreteras y caminos que cruzan el Estado, se realizaron 604 paradas en un recorrido de 5.000 kilómetros y encontraron colza en un 46% de las paradas. El 80% de la colza hallada en los márgenes de los caminos, en cementerios o terrenos baldíos entre otros, presentaba al menos un gen transgénico. La soja transgénica que se cultiva en los campos está modificada genéticamente para poder soportar la acción de los herbicidas, las dos variedades que más se cultivan son la RoundUp Ready de Monsanto y la LibertyLink de Bayer. Pues bien, dos de las plantas silvestres que se han analizado contienen genes modificados resultantes de la polinización cruzada.
Será también interesante recordar que en el documental La guerra de los cultivos transgénicos III, Monsanto aseguraba en Canadá, que la colza no ofrecía ningún peligro y garantizaba que era imposible que se pudiera producir una polinización cruzada, algo que se demostró posteriormente que era falso. La contaminación cruzada es un hecho, los márgenes de distancia que se aplican entre cultivos no son efectivos, de hecho, en una investigación francesa se demostraba que a 1.000 metros de altura se encontraba polen que podía pertenecer a los cultivos transgénicos y que podía viajar largas distancias y polinizar a otras plantas, de ello hablábamos en el mencionado documental.
La investigación estadounidense no hace más que avalar que la contaminación cruzada es un hecho, a pesar de que algunos investigadores indican que no existe riesgo de contaminación genética, las evidencias resultan aplastantes. Se cree que este es el primer estudio que ha identificado plantas transgénicas que crecen de forma silvestre y sin control en Estados Unidos. Ahora retomemos el informe de la FAO sobre las malas hierbas, ¿qué ocurriría si se produjera una transferencia de genes transgénicos a las malas hierbas?, el resultado podría ser desastroso.
La colza transgénica silvestre crece sin control y sin que pueda ser destruida, y no hablamos sólo de plantas que crecen cerca de los campos de cultivo transgénicos, ya que también se han encontrado plantas transgénicas, como indican los investigadores, “en el medio de la nada”. No debe sorprender esta situación dado que las semillas de la colza no pesan y pueden ser transportadas con facilidad por el viento, los pájaros o caerse de los camiones que transportan la recolección.
En BBC Mundo leemos que las autoridades competentes ya tenían constancia de esta situación, pero no lo consideraban un problema, es más, las correspondientes agencias reguladoras estadounidenses esperaban encontrar colza resistente a los herbicidas creciendo libremente en la naturaleza, así como nuevas variedades híbridas pertenecientes a diferentes especies. Los expertos indican que con el tiempo las diferentes variedades de colza silvestre pueden dificultar su control haciendo inviables los actuales herbicidas.
Desgraciadamente en Estados Unidos se afirma que un alimento transgénico cuya equivalencia en peso, imagen y contenido nutricional es similar a la de un alimento tradicional, es totalmente seguro, la diferencia de un solo gen no basta para indicar que se trata de dos especies diferentes y por tanto, no implicaría cambios que pudieran afectar a la alimentación humana. Pues bien, he aquí el primer problema, la resistencia a los herbicidas de plantas silvestres, ¿el siguiente paso será que otras variedades de hierbas también puedan poseer la resistencia?
El impacto medioambiental se está dando desde hace años y a medida que aumentan los cultivos transgénicos la transferencia genética es un hecho cada vez más constatado, sería interesante ver el documental Semillas transgénicas, sus problemas y consecuencias. En él podemos conocer algunos de los problemas derivados de la colza transgénica, el riesgo de los alimentos transgénicos se agrava a nivel medioambiental y de salud, en este último caso podemos citar varios estudio,s pero sólo citaremos uno de los más recientes, expertos de la OAGB (Asociación Nacional para la Seguridad Genética), la Academia de Ciencias rusa y el Instituto Severtsov de Problemas Ecológicos y Evolutivos, demostraban en una investigación que el consumo de alimentos transgénicos afecta al crecimiento y la capacidad reproductiva de los mamíferos, ¿qué ocurrirá con los animales que se alimenten con la colza transgénica silvestre?
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