En Canadá y Estados Unidos, más del 50% de los trabajadores del sector de la alimentación va a trabajar estando enfermo, así se desprende de una investigación realizada por el CRPP Center for Research & Public Policy y encargada por Alchemy, empresa cuyo cometido es ayudar a las empresas alimentarias a mejorar la seguridad y la productividad, sean fabricantes, procesadores, envasadores, distribuidores, minoristas, restaurantes, tiendas de alimentación, etc.
Según la encuesta realizada el pasado mes de julio a 1.203 trabajadores de varios sectores relacionados la alimentación, un 51% de los trabajadores acude siempre o frecuentemente a su puesto de trabajo a pesar de estar enfermo, a esto sumamos que un 38% acude a trabajar enfermo en ocasiones, dependiendo de la enfermedad que padezcan, y tan sólo un 5’6% aseguró que no acudían a su puesto de trabajo si estaban enfermos y sin hacer distinciones del tipo de enfermedad.
El principal motivo por el que los trabajadores de la industria alimentaria van a trabajar estando enfermos en el caso de Estados Unidos, es que pueden perder el sueldo de los días no trabajados y en el peor de los casos pueden hasta perder su puesto de trabajo, algo que no se pueden permitir. Esta situación se puede trasladar a otros países como España, donde la crisis económica ha golpeado al mundo laborar de forma significativa.
No es extraño que en Estados Unidos el índice de alimentos contaminados sea tan elevado, existen muchos factores y causas para que sea así. En este informe elaborado por el Center for Science in the Public Interest (SCPI) y del que hablábamos el pasado mes de junio, los expertos concluían que el patógeno de origen bacteriano identificado con mayor frecuencia en enfermedades y toxiinfecciones alimentarias fue la Salmonella en sus tres divisiones ecológicas o subespecies, a este patógeno le seguían el Clostridium, el Bacillus cereus, la Escherichia coli y finalmente el Staphylococcus. Según los investigadores, el mayor número de brotes sufridos entre el año 2003 y el año 2012 se produjo en restaurantes y otros establecimientos de comida, acaparando un 40% de todos los casos de toxiinfecciones alimentarias.
Acudir al puesto de trabajo en el sector alimentario sufriendo una enfermedad tiene consecuencias graves para la salud pública, de hecho, otros informes como el realizado en el año 2012 (Pdf) por los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos sobre la transmisión del norovirus a través de los alimentos, mostraban que los trabajadores del sector de la alimentación que estaban enfermos eran responsables del 53% de los brotes producidos en el país, apuntando además que podrían haber contribuido en un 82% de los casos de toxiinfecciones alimentarias relacionadas con el mencionado patógeno.
Curiosamente 9 de cada 10 trabajadores que participaron en la encuesta, aseguran sentirse responsables de la seguridad y bienestar de los clientes, sin embargo, un gran número de trabajadores acude a su puesto de trabajo estando indispuesto porque no pueden permitirse perder sueldo, por lo que evidentemente se anteponen las necesidades personales a la seguridad de los consumidores. Por cierto, también se apunta que un 46% de los trabajadores, acudían al puesto de trabajo a pesar de la enfermedad con el fin de no causar problemas a sus compañeros, todo un gesto de solidaridad que pasa factura a la seguridad alimentaria.
No es el primer estudio que relaciona el alto número de toxiinfecciones alimentarias con los trabajadores del sector de la alimentación que acuden a su puesto de trabajo debiendo quedarse en su casa por sus problemas de salud, una de las razones que destacan los investigadores son los salarios precarios, muchos de los empleos peor pagados de Estados Unidos se encuentran en la industria alimentaria, posiblemente si el sueldo fuera más elevado y digno, los trabajadores podrían tomarse un día de baja cuando estuvieran enfermos reduciendo el riesgo de contaminación alimentaria. Según leemos aquí, expertos de la Universidad de California explican que ya no se trata sólo de perder el sueldo, las sanciones, el despido u otro tipo de represalias por faltar un sólo día al puesto de trabajo, son otros condicionantes que provocan que una enfermedad no sea motivo para dejar de trabajar.
Parece que se empieza a ser consciente del problema, de momento, en cuatro Estados del país, California, Connecticut, Massachusetts y Oregon, y en algunas ciudades de Estados Unidos, han aprobado leyes que permiten a los trabajadores ausentarse del puesto de trabajo por enfermedad. A esto hay que sumar una nueva Ley Federal que permite a los trabajadores contar con siete días retribuidos con salario si se encuentran enfermos. Pero ya no se trata de legislar, las empresas alimentarias deben ser conscientes del problema, sobre todo sabiendo que son principal parte responsable del alto índice de contaminación alimentaria y propagación de enfermedades a través de los alimentos.
En algunas empresas se han empezado a mejorar las políticas relacionadas con estas cuestiones, pero sigue existiendo una gran oposición al hecho de tener que pagar el sueldo a un trabajador por haberse ausentado del puesto de trabajo a causa de una enfermedad, algo que ocurre sobre todo en el sector de la restauración y en otras empresas relacionadas con los alimentos. Mientras no cambie la legislación y la forma de pensar, el riesgo de sufrir una enfermedad por comer en estos países seguirá siendo muy elevado y difícilmente se podrá mejorar la seguridad alimentaria. Podéis conocer más detalles de la investigación a través de este artículo publicado en Alchemy Systems.
Foto | Chefsteps