Una investigación realizada por periodistas de la publicación digital The Guardian, pone al descubierto algo que ya se había denunciado anteriormente, varias empresas como Wal-Mart, Tesco o Carrefour, han estado comercializando pescado y marisco obtenido con mano de obra esclavizada en Tailandia. Los trabajadores han sido obligados a trabajar durante años bajo amenaza de violencia extrema y sin recibir ninguna retribución económica, toda la producción se comercializa en Estados Unidos, Reino Unido y otros países europeos.
Los tailandeses están sufriendo la esclavitud del marisco desde hace bastantes años, los trabajadores se compran y venden como si fueran animales y son retenidos en contra de su voluntad en los barcos de pesca, forman parte esencial de la cadena de suministro en la producción de gambas y camarones que son comercializados por los principales minoristas de todo el mundo. Aidan McQuade, directora de Anti-Slavery International (organización que lucha contra la esclavitud moderna), explica que si compramos gambas o camarones procedentes de Tailandia debemos saber que estos productos son fruto del trabajo que realizan los esclavos.
Las investigaciones que ha realizado los periodistas desvelan que el Grupo Charoen Pokphand en su división de alimentación, el mayor productor de camarones del mundo con sede en Tailandia, compra harina de pescado para alimentar a los camarones en los criaderos procedente de proveedores que poseen, operan o compran los barcos de pesca tripulados por esclavos. Algunos de estos hombres que han logrado escapar de esos barcos que abastecen a empresas como la mencionada y otras muchas, han sufrido jornadas de trabajo de 20 horas diarias, palizas de forma regular, torturas e incluso se habla de asesinatos como si fueran ejecuciones.
En el artículo y en el vídeo se revela que incluso se les proporcionaba metanfetaminas para que rindieran el máximo de horas posibles. Se han recabado varios testimonios de inmigrantes procedentes de Birmania y Camboya, parece ser que estas personas habían pagado a otras para que les ayudarán a encontrar trabajo en Tailandia, ya sea en fábricas o en la construcción. En lugar de eso, fueron vendidos como esclavos a los capitanes de barco que se dedican a la pesca. Los periodistas han recogido varios testimonios y la verdad es que es difícil dar crédito a todo lo relatado.
The Guardian ha identificado a las empresas que comercializan los alimentos fruto de la esclavitud, Wal-Mart, Tesco, Costco, Aldi, Carrefour… todas comercializan gambas congeladas o cocidas y alimentos preparados que integran este ingrediente, son empresas que, según el periódico, admiten el trabajo esclavo como parte de la cadena de suministro. Anteriormente ya se había dado la voz de alarma sobre la esclavitud en la industria pesquera tailandesa por parte de organizaciones no gubernamentales, también se ha reflejado en informes de la ONU, pero parece que no se ha hecho nada al respecto.
Se han realizado decenas de entrevistas con pescadores, dueños y capitanes de barco, dueños de fábricas alimentarias y funcionarios tailandeses que operan en los puertos, mucha información que pone al descubierto que Tailandia es uno de los principales países del mundo que opera con esclavos, a pesar de que la esclavitud es ilegal en todos los países del mundo. Tailandia cuenta con una posición privilegiada, siendo el mayor exportador de camarón de todo el mundo, su industria pesquera mueve 500.000 toneladas de camarones cada año, ¿cuántos esclavos hay detrás?
No existe un registro oficial de cuántos trabajadores son esclavos en los barcos de pesca, pero sí se sabe, según el gobierno del país, que en esta industria trabajan unas 300.000 personas, de ellas el 90% son inmigrantes, personas vulnerables a ser engañadas, vendidas como ganado y ser esclavizadas. El aumento de la demanda y la exigencia de abaratar precios por parte de los países industrializados, ha hecho que se busque mano de obra barata, así lo señalan grupos que defienden los derechos humanos.
El reportaje publicado en The Guardian es extenso, además de ver el vídeo, os recomendamos leer la publicación. Si compramos gambas, camarones u otros productos pesqueros procedentes de Tailandia, quizá estamos alimentando esta industria pesquera esclavista.
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