Desde hace algunos años se sabe que las promociones que realizan hipermercados y supermercados, en ocasiones no son tan rentables para los consumidores como se presentan. En el caso del Reino Unido, desde hace tiempo se denuncia que estos centros engañan a los consumidores mediante prácticas fraudulentas en las ofertas de sus productos alimenticios, haciendo creer al consumidor que está ahorrando cuando en realidad está pagando más.
Hoy conocemos una nueva denuncia realizada por Which, organización que vela y protege los intereses y derechos de los consumidores revisando los productos que comercializa la industria y realizando un seguimiento de ellos. La organización vuelve a denunciar que los supermercados realizan ofertas engañosas, con tácticas que exageran los descuentos que ofrecen en los productos alimenticios y manipulando a los consumidores, por lo que, al final, el ahorro en las compras es un timo con mayúsculas.
La organización ha analizado el precio y ofertas de 450 productos disponibles en siete supermercados online (Asda, Iceland, Morrisons, Ocado, Sainsbury’s, Tesco y Waitrose) a lo largo de un año, descubriendo que merece la pena ser prudentes ante los supuestos descuentos y ofertas que se aplican a los productos y que aparecen en todos los pasillos de los centros. No es que todas las promociones sean fraudulentas, pero es un porcentaje preocupante que hace que todas deban ser analizadas. La investigación ha encontrado que existen tres tipos generales de ofertas que son poco fiables y que los consumidores deben tener en cuenta, el 3×2, los buenos descuentos que hacen creer que el producto se comercializa a precio de ganga, y los productos que parecen estar en oferta perpetua, durante buena parte del año tienen un precio especial que en realidad no es tan especial.
Which comenta que la mayoría de ofertas monitoreadas en los 450 productos eran correctas, pero 65 de ellas correspondían a descuentos fraudulentos, encontraron ofertas sospechosas en seis de los siete supermercados analizados, tan sólo Sainsbury’s fue el centro que cumplió con las pautas establecidas por la Autoridad de Competencia y Mercados (CMA), organización responsable de fortalecer la competencia empresarial y prevenir y reducir las actividades anticompetitivas.
Una de las ofertas más populares es el 3×2, te llevas tres productos y sólo pagas dos, o la de comprar una segunda unidad de un producto con un 50% de descuento. Ambas sugieren que se está ahorrando dinero a largo plazo, aunque a priori se esté pagando más. El problema es que este tipo de ofertas se vuelven dudosas en el momento en el que los supermercados aumentan el precio cuando comienza la oferta, o justo antes de ponerla en marcha, de este modo el 3×2 o el 2×1 provoca que en realidad los productos cuesten más de lo que hubieran costado sin oferta.
Los supermercados intentan hacer creer a los consumidores que están ahorrando en las compras cuando no es así, la organización de consumidores pone algunos ejemplos. Los Kellogg’s Crunchy Nut Cornflakes de 500 gramos que se comercializaba en Islandia con una oferta de dos packs con descuento en la segunda unidad, resultaba por un precio de 2 libras por paquete, el supermercado destacaba que anteriormente el producto costaba 2’99 libras. Sin embargo, la semana anterior a la oferta, el paquete de estos cereales tenía un coste de 1’49 libras, lo que demuestra que los consumidores que cayeron en la trapa, pagaron mucho más que cuando no existía tal promoción.
Otro ejemplo es el de los grandes descuentos, un producto que supuestamente se comercializaba a 3’5 libras, se vende por 2 libras, lo que hace que los consumidores crean que se trata de una buena oferta o ganga. El análisis de Which muestra que existen muchos ejemplos de artículos con descuento que no contaban su verdadera historia, se trataba de productos que se comercializaban a 2 libras sin descuento. Un ejemplo es el queso cheddar Cathedral City de 350 gramos, un mes antes de la oferta se vendía a 2 libras, posteriormente el precio se aumentó a 3’5 libras para posteriormente promocionarlo con una oferta de venta de 2 libras.
Sobre los productos que parecen estar en oferta permanente, la estrategia es crear un sentimiento de urgencia, alentando al consumidor a comprar cuanto antes el producto, lo que llevaría a realizar una compra innecesaria. En los ejemplos encontrados, los productos estaban en oferta y a un precio más bajo más de la mitad del año, por ejemplo, un helado de fresa de Carte D’Or de 1 litro, se comercializó a 2 libras durante muchos meses, a pesar de que se mantenía en la publicidad que su precio real era de 3’5 libras y que ahora estaba en oferta a 2 libras.
En 2015 Which presentó una queja de la situación ante la Autoridad de Competencia y Mercados de la que hablábamos aquí, en 2016 la CMA trabajó con los supermercados, hipermercados y los servicios de Normas Comerciales para cambiar esta situación. Cierto es que este año la organización de consumidores ha encontrado menos casos de este tipo de fraudes al consumidor, pero es evidente que queda trabajo por hacer para eliminar completamente estas prácticas fraudulentas. Which comenta que informará puntualmente de sus descubrimientos a la CMA, como vía para luchar contra estas prácticas.
Probablemente (por no decir seguramente, porque tenemos pruebas) ocurre lo mismo en otros países como España, muchos supermercados, hipermercados y grandes superficies lanzan continuamente ofertas de 3×2, descuentos en la compra de la segunda unidad, productos que están durante muchas ocasiones al cabo del año en oferta, etc., sería interesante que las organizaciones de consumidores españolas analizaran las ofertas y pusieran al descubierto aquellas que resultan sospechosas o que son fraudulentas, de este modo los consumidores estarán prevenidos y se obligará a las empresas a que promocionen sus productos de forma honesta.