Según un estudio desarrollado por el Centro para la Diversidad Biológica y The Ugly Fruit & Veg, organización que lucha para acabar con el desperdicio alimentario a través de diversas iniciativas, como la promoción de las frutas y verduras “imperfectas”, los supermercados de Estados Unidos fracasan a la hora de reducir el desperdicio de alimentos. Parece ser que los minoristas se centran en reciclar o donar los alimentos, en vez de prevenir su desperdicio, además, se apunta que ni siquiera analizan el desperdicio alimentario que se produce en todos los movimientos de su cadena de abastecimiento.
En este estudio se realizó una serie de preguntas a las 10 cadenas de supermercados más grandes de Estados Unidos para conocer cómo actuaban ante el problema de los desperdicios alimentarios, en base a las respuestas, a cada uno se le otorgó una puntuación, lo que deriva en una clasificación de los supermercados que mejor actúan ante el desperdicio alimentario. Para realizar la clasificación se tuvieron en cuenta tres aspectos generales, la información que compartían públicamente sobre el desperdicio de alimentos (responsabilidad), qué estaban haciendo para evitarlo y qué recuperaban y reciclaban, aunque también se tuvieron en cuenta otros aspectos como las iniciativas en las cadenas de suministro, los programas de donación, de alimentación animal, los compromisos con otras empresas, etc.
Los resultados muestran que ninguno obtuvo una clasificación “A” y sólo uno (Walmart) logró obtener una clasificación “B” gracias a los esfuerzos que realizaba en materia de prevención y recuperación y reciclaje. Ahold Delhaize, Kroger y Alberston Companies lograron una “C”, Target Stores, Trader Joe’s, Whole Foods Market, Costco y Publix una “D” y finalmente, el peor valorado fue Aldi, que obtuvo una “F”. Los supermercados tienen una gran influencia en cada eslabón de la cadena alimentaria, lo que sucede con los alimentos que no se comercializan, en los alimentos que adquieren los consumidores, etc. La actuación de los minoristas es clave para reducir el desperdicio de alimentos, algo que se debe realizar a través de la prevención, la responsabilidad y el esfuerzo que se realice por la recuperación de los alimentos.
Según el estudio, sin un seguimiento y sin información transparente sobre la cantidad de comida que se desperdicia, los supermercados no pueden responsabilizarse ante los clientes, inversionistas o ante ellos mismos sobre los objetivos que se marcan. Por ello, es prioritaria la transparencia corporativa y el cumplimiento de objetivos específicos para lograr reducir el desperdicio de alimentos informando públicamente sobre los progresos que están realizando, algo que, según este estudio, es prácticamente inexistente entre las cadenas de supermercados estadounidenses. Ante esta situación, difícil será poder alcanzar el reto anunciado por USDA (Departamento de Agricultura de Estados Unidos) para reducir el desperdicio alimentario en un 50% para el año 2030.
Los datos del estudio muestran que 9 de las 10 mayores cadenas de supermercados del país no informan sobre el volumen de desperdicios alimentarios que generan, la única que informaba de esta cuestión era Ahold Delhaize, aunque a pesar de ello obtuvo una calificación “C”. Los cuatro minoristas que obtuvieron una “C” fueron los únicos que tenían compromisos específicos para la reducción del desperdicio alimentario, siendo Kroger el que lidera este grupo por su compromiso con el desperdicio cero para el año 2025.
Cuatro de los 10 minoristas no cuentan con iniciativas para poner a la venta las frutas y verduras imperfectas, algo que sería de gran utilidad para reducir el desperdicio. Todos los minoristas cuentan con programas para la donación de alimentos, Aldi (el peor clasificado) es el minorista que no ha informado sobre un programa de reciclaje de alimentos o un programa para reutilizar alimentos no comercializados para consumo de los animales o para usos industriales. Walmart es el único minorista que realiza una serie de iniciativas con el objetivo de reducir el desperdicio de alimentos, como concienciar a sus trabajadores y a los consumidores sobre el problema o estandarizar el etiquetado sobre la fecha de consumo, entre otras.
En el informe del que se habla en la página del Center for Biological Diversity se apunta que si se eliminara el desperdicio de alimentos, se lograría ahorrar dinero, así como otros recursos valiosos, tierra, agua, energía… se podría luchar con más efectividad contra el hambre, se reducirían las emisiones de gases de efecto invernadero, etc. Recordemos que, según este estudio, hasta el 40% de todos los alimentos que se producen en Estados Unidos son desechados, lo que equivale a tirar a la basura unos 165.000 millones de dólares cada año.
Este tipo de estudios son interesantes y no estaría mal que se realizara uno sobre los minoristas que operan en nuestro país para saber hasta qué punto están comprometidos con la reducción del desperdicio de alimentos. A través de este documento (Pdf) podréis conocer todos los detalles del estudio en el que se ha analizado y puntuado a cada minorista en base a los parámetros antes citados.