El mes pasado hablábamos de la introducción de la ley sobre el desperdicio de alimentos en Francia, recordemos que había sido retirada por un tecnicismo legal. Con esta ley se pretende obligar a supermercados y grandes superficies a donar los alimentos próximos a caducar, pero todavía aptos para ser consumidos, a bancos de alimentos y organizaciones benéficas, destacábamos que con esta nueva legislación Francia se colocaba como el país más proactivo en la lucha contra el desperdicio de alimentos de la UE.
Pues bien, acaba de entrar en vigor otra nueva ley que muestra que el país galo está decidido a llevar a cabo las acciones que sean necesarias para reducir el desperdicio alimentario. Desde el pasado día 1 de enero los restaurantes franceses proporcionan bolsas para que los comensales se lleven sus sobras, es una medida que va a terminar con los desperdicios y sobras que se dejan en los platos y que irremediablemente solían acabar en la basura.
Esta nueva ley también fue propuesta por el concejal Arash Derambarsh, uno de los principales impulsores de la legislación sobre la donación de alimentos por supermercados y grandes superficies, y también promotor para que una ley similar se instaure en la Unión Europea. El concejal explica que a los franceses no les gusta andar por ahí llevando sus sobras en una bolsita, ya que no es algo que forme parte de la cultura gala, existe una especie de vergüenza burguesa por llevarse la comida que ha sobrado a casa, prefiriendo que lo que no se quiere comer se quede en el plato, para que sean los restaurantes los que tiren las sobras a la basura.
Se ha estado trabajado durante el año pasado para que la población tome conciencia de lo irresponsable que es tirar la comida a través de diferentes campañas, ahora es el momento de dar un giro más de tuerca, obligando por ley a que las sobras sean recuperadas por los comensales. Con ello se considera que se logrará reducir el desperdicio de alimentos que se genera en los restaurantes, o bien se come todo lo que hay en el plato, o las sobras se aprovechan en el hogar, sea para consumo propio o de una mascota. Además, futuras generaciones se acostumbrarán y con el tiempo esa vergüenza burguesa desaparecerá, dándole más valor a la comida.
No es que el desperdicio de alimentos en los restaurantes sea significativo, según las cifras de este estudio se desperdician unos 7’1 millones de toneladas al año en el país, un 6% corresponde a los consumidores, el 15% a los restaurantes y el 11% a las tiendas de alimentación. Lógicamente es más complicado controlar lo que hace la población con los alimentos en su casa, por ello se ha empezado a trabajar para reducir el desperdicio de alimentos en supermercados, grandes superficies y restaurantes.
Según las cifras oficiales de este informe del Conseil National de l’Alimentation, en el año 2010 unos 3’5 millones de franceses dependían de las donaciones de alimentos realizadas por organizaciones humanitarias, aunque se considera que esta cifra ha llegado hasta los 4 millones como consecuencia de la crisis económica. Sabiendo esto, es duro pensar que mientras unos pasan hambre, otros desperdician la comida como si sobrara. Según un estudio realizado a finales del año pasado, hasta el 95% de las personas encuestadas aseguraban que estarían dispuestas a solicitar una bolsita para llevarse las sobras, sin embargo, hay pocas evidencias de que esta haya sido una conducta habitual, una cosa es lo que se dice y otra lo que se hace.
Con la nueva medida se pretende reducir hasta en un 50% el desperdicio alimentario que los comensales generan en los restaurantes, según leemos en este artículo de la publicación digital Sud Ouest, la medida afecta a aquellos establecimientos que dan de 150 a 200 cubiertos al día, produciendo unas 10 toneladas de residuos orgánicos al año. Lo cierto es que se trata de una medida complicada y controvertida, los restaurantes preparan la comida esforzándose para que esté en su punto, si un cliente tiene una intoxicación alimentaria por haberse comido sus sobras horas después, ¿de quién será la culpa?
Hay que decir que algunos establecimientos ya han estado ofreciendo desde hace tiempo la posibilidad de que sus clientes se lleven las sobras, concienciados con el grave problema del desperdicio alimentario, pero no han sido muchos los clientes que se las han querido llevar. Con la nueva ley es posible que más de un comensal recoja sus sobras y seguidamente las tire a una papelera o un contenedor de basura para no cargar con ellas, ya veremos si la medida surge efecto y logra crear conciencia.