El negocio de los productos veganos alternativos a la carne crece año tras año, la razón es que cada vez más consumidores quieren evitar total o parcialmente el consumo de alimentos de origen animal, sea por motivos de salud, medioambientales, en favor del respeto y el bienestar animal, etc. Pero lo cierto es que nada tiene que ver la percepción que se pueda tener de estos productos con la realidad, ya que no son necesariamente saludables ni honestos, puesto que también se utilizan para su comercialización técnicas de marketing que son engañosas.
En este sentido, hoy nos hacemos eco de un análisis de 15 productos veganos populares realizado por la organización de consumidores alemana Foodwatch. La organización ha utilizado el etiquetado NutriScore en los productos testados, y según los resultados, sólo dos han logrado obtener el color verde en el valor nutricional, lo que resulta bastante revelador. Más de la mitad de los productos alternativos a la carne recibieron una calificación D naranja o E roja, lo que nos da una idea de su real carácter saludable.
Recordemos que este etiquetado trabaja con una codificación de cinco colores que van del rojo al verde en cinco niveles y cinco letras (A, B, C, D, E), el color verde informa de la óptima calidad nutricional del producto en cuestión, el rojo destaca el abuso de grasas, sal o azúcares en los productos alimenticios, por lo que no es recomendable un consumo regular, ya que no pueden formar parte de una dieta sana y equilibrada. Si tenemos en cuenta las calificaciones obtenidas en los productos veganos alternativos a la carne, no hay duda de que el consumo debería ser muy esporádico.
Como ya hemos comentado en varias ocasiones, la mayoría de los alimentos veganos contienen numerosos aditivos y están altamente procesados, tienen baja calidad nutricional, un contenido deficiente en proteínas y algunos tienen niveles muy elevados de sal, se puede hablar de ellos como ultraprocesados. Es necesario recordar que la OMS (Organización Mundial de la Salud) solicitaba en 2021 que se llevaran a cabo investigaciones sobre los posibles efectos desconocidos para la salud de los aditivos y subproductos alimentarios derivados del procesamiento industrial de las denominadas “carnes” vegetales.
Recordemos también que el año pasado se dio a conocer un estudio del IARC (Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer), entidad intergubernamental de la OMS, que llevó a cabo una investigación en la que se concluía que el consumo de alimentos ultraprocesados se asociaba a la multimorbilidad. Sin embargo, esta investigación destacaba que no todos los alimentos ultraprocesados se asociaban a este problema, citando como ejemplo los productos 100% vegetales creados como alternativa a la carne y que se consideran ultraprocesados. Pero también es cierto que se trataba de un estudio observacional y no demostraba causalidad, por lo que es necesario seguir investigando en este sentido.
Sobre estas líneas podéis ver la lista de productos analizados por Foodwatch y la puntuación que han obtenido según el etiquetado NutriScore, algunos de ellos son bastante conocidos en el mercado español, por ejemplo, la Beyond Burger de la empresa Beyond Meat. En la lista también se facilita el lugar en el que se ha adquirido el producto y el precio, podemos comprobar que son precios elevados, y es que, como ya hemos comentado en otras ocasiones, los productos veganos sustitutos de la carne suelen ser más caros que la carne.
Sobre las técnicas de marketing engañoso, la organización de consumidores cita marcas como Rügenwalder Mühle, que anuncia en el frontal del envase de su mortadela vegana de la marca Schinken Spicker, que está elaborada a base de pipas de girasol, sin embargo, en la lista de ingredientes sólo tiene un 2% de proteínas de estas semillas. Por ello, Foodwatch considera que debería anunciarse en realidad como «a base de fibras de bambú». Dando un vistazo a los ingredientes de este producto podemos ver que este ultraprocesado está elaborado con agua, aceite de colza, fibras de bambú, carragenatos, goma tara, konjak, extractos de especias, proteínas de girasol, sal, aromas naturales, glucosa, fibras de cítricos, proteínas de patata, colorantes…
No hay duda de que la industria de los alimentos alternativos a la carne debe mejorar sus productos, de hecho, no hace mucho podíamos saber que para algunas empresas del sector, una de las prioridades es aumentar el valor nutricional de la ‘carne de origen vegetal’, de ello hablábamos aquí. Pero habría que añadir otras cuestiones, como la reducción del uso de aditivos e ingredientes innecesarios, la reducción de la sal, etc. Por supuesto, también deberían evitar esas técnicas publicitarias fraudulentas si realmente quieren diferenciarse en la industria alimentaria.
En definitiva, las carnes vegetales obtienen una mala nota según NutriScore, es de suponer que las empresas tomarán nota e intentarán mejorar sus productos, porque ahora mismo se consideran poco o nada recomendables para ser consumidos regularmente como parte de una dieta sana y equilibrada. Podéis conocer todos los detalles del estudio a través de este artículo publicado en la página web de Foodwatch.