Estamos en una época en la que constantemente nos encontramos con nuevos productos de conveniencia en los supermercados, por ello, no es extraño que el consumo de estos productos aumente, a mayor oferta mayor demanda, sobre todo porque lo que se vende es comodidad y una respuesta inmediata al deseo de comer. Por si quedan dudas, con el nombre de ‘productos de conveniencia’ se define una categoría de bienes de consumo de uso habitual o de compra frecuente que no requieren de tiempo ni esfuerzo en la decisión de compra, por ejemplo, los productos alimenticios, los productos de higiene personal, etc.
Pues bien, la consultora Nielsen, especializada en el comportamiento de los consumidores y en el análisis de mercado, ha compartido su informe titulado “La cesta convenience de la compra”, en el que concluye que los productos ‘listos para comer’ ganan espacio en la cesta de la compra, cifrando su crecimiento en 2017 en un 9’5%, mientras que el conjunto del gran consumo sólo creció un 3’7%.
Como podéis intuir, nos parece una mala noticia (aunque no es ninguna sorpresa), pues este crecimiento en la venta de productos de conveniencia se traduce en un aumento del consumo de productos ultraprocesados, y ya sabemos que esto significa que la alimentación de la población sigue por mal camino, en lugar de mejorar siguiendo la tendencia de cambiar hábitos alimentarios para mejorar la salud personal y la del planeta, empeora con la excusa de la falta de tiempo para dedicar a la compra y a la cocina.
El informe de Nielsen refleja que uno de cada cuatro hogares españoles apuesta por la comodidad, y no les importa que eso afecte a su salud y a su bolsillo, pues como bien sabemos, los productos ultraprocesados contienen una serie de ingredientes de baja calidad nutricional, suelen ser ricos en azúcares añadidos, grasas refinadas, sal y aditivos, también suelen ser densos en calorías y pobres en nutrientes, y todo ello repercute inevitablemente en la salud de quienes lo consumen. Además, el gasto de estos productos ha hecho que los españoles invirtieran en la cesta de la compra casi un 9% más.
Lo cierto es que en el informe “La cesta convenience de la compra” no se especifican todos los productos que se contemplan como ‘listos para comer’, de todas formas, aunque se incluyan conservas como las legumbres o el pescado enlatado al natural, que son procesados saludables, así como las ensaladas de cuarta gama, el tofu (que también está muy de moda, aunque hay opciones más ‘naturales’ y otras menos saludables), algunas salsas para cocinar o el café en monodosis, destacan que los productos innovadores son los que más crecen en la cesta de la compra.
Como explican aquí, hay varios productos de conveniencia que son básicos en la cesta de la compra de los consumidores, en su cocina, como las mencionadas ensaladas listas para comer, que se encuentran en 8 de cada 10 hogares, o el café en monodosis, que se consume en 4 de cada 10 hogares. El informe también deja entrever que según el tipo de familia o su formación, varían los productos alimenticios que se eligen por comodidad, siendo más congelados y refrigerados cuando hay niños, y platos en conserva cuando son singles maduros.
El Top 10 de los productos ‘listos para comer’, en el que se reflejan los productos de conveniencia cuyo consumo ha crecido notablemente, por encima del 12% (aunque en algunos casos estas cifras son espectacularmente altas porque parten de un consumo muy bajo), está encabezado por los platos que se ofrecen como alternativa a la carne (albóndigas vegetales, hamburguesas, bocaditos de soja…), especialmente para vegetarianos y veganos, con un crecimiento de un 62’5%.
El sushi, que ya se puede encontrar preparado en casi cualquier supermercado, ha crecido en ventas en un 49’5%. Y este no es el único plato oriental que se refleja en este informe, por lo visto hay otras especialidades gastronómicas, entre ellas, los rollitos, los fideos, las sopas… que han aumentado sus ventas en más de un 22%.
También han crecido las ventas de otros productos alimenticios ‘listos para comer’ más tradicionales, como los congelados a base de arroz o de verduras, las croquetas, las legumbres cocidas al natural o las sopas y cremas refrigeradas (gazpacho, salmorejo y demás), mientras que otros productos preparados menos saludables, como las pizzas, parece ser que han crecido por debajo de la media, pero han crecido.
Conclusión, cuanto más crecen las ventas de productos preparados y listos para comer, más se desplazan los alimentos que no necesitan etiquetas para indicar sus ingredientes, es decir, se consume menos comida real (hortalizas, pescado, carne, legumbres, cereales…). Estamos robando el tiempo a la cocina, pero no nos iremos de rositas.
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