Hace tres años, la Asociación Central de Artesanos Panaderos de Alemania anunciaba que tenía la intención de que el pan alemán fuera incluido en la lista del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de la UNESCO. Ahora es la Confederación Nacional de Pastelerías y Panaderías Francesas (CNPBF) la que solicita que la baguette sea Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, solicitud que ha sido apoyada por el presidente de Francia, Emmanuel Macron, que asegura que la baguette es envidiada en todo el mundo por sus características, sabor, etc.
Los panaderos franceses quieren que la baguette sea Patrimonio Cultural Inmaterial y la razón de ello es proteger la calidad de la barra de pan tradicional de Francia, de los grandes supermercados, de las cadenas de distribución y venta al por menor de pan, que se están adueñando de un producto típico de las panaderías tradicionales del país galo y están poniendo en peligro la preservación de la experiencia y las habilidades de los panaderos para elaborar la auténtica baguette.
El presidente de la CNPBF se lamenta al ver la calidad del pan (baguette) que venden en los establecimientos antes citados, pan congelado que procede de otros países y que no se elabora conforme a las reglas de elaboración de la baguette tradicional. En 1993 se estableció que la baguette tradicional francesa sólo podía elaborarse utilizando únicamente cuatro ingredientes: harina, levadura, sal y agua, también deben respetarse los tiempos de levado, la forma de manipulación, etc., algo que, según comenta el presidente, no se cumple, denigrando a un producto que en la actualidad elaboran unas 33.000 panaderías artesanales que emplean a 180.000 personas y que se encargan de servir este pan tradicional en toda Francia.
Dado que esta red territorial de panaderías francesas se considera única en el mundo, hay que luchar por ella y preservarla, por eso, un primer paso es solicitar que la baguette sea incluida en el Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Según los estudios, el consumo de este tipo de pan se ha reducido en las últimas décadas, siendo en la actualidad tres veces menor que en la década de los 50, esto se atribuye, en parte, al creciente peso de los grandes supermercados y tiendas de conveniencia en la venta de pan, ya que se ofrece a precios más económicos, pero sin la calidad de la baguette tradicional. Pero lo cierto es que el consumo de pan, sea la variedad que sea y en muchos países, se ha reducido notablemente por varias razones, falta de cultura gastronómica, por la creencia de que engorda, porque hay otras opciones alimentarias, etc.
A través de la Confédération nationale des boulangeries et boulangeries françaises, podemos saber que Dominique Anract, presidente de esta entidad, plantea dar los pasos oportunos para solicitar la inclusión de la baguette como Patrimonio Cultural Inmaterial, considerando que existen muchas posibilidades de conseguirlo, ya que en el listado de la UNESCO se han incluido alimentos y bebidas, estilos de alimentación, tradiciones… podemos poner como ejemplo la Dieta Mediterránea, la pizza napolitana, la cultura de la cerveza belga o la gastronomía francesa.
De momento no se han dado conocer los planes, ya que este tipo de procesos requieren de tiempo, se ha de elaborar un expediente técnico en el que se documentan razones culturales, históricas y sociales, posteriormente debe ser entregado a la UNESCO (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura) y tras su revisión y aprobación, el expediente debe pasar al comité responsable de la evaluación, examen y posterior veredicto sobre la solicitud.
Seguramente no tardaremos en conocer la hoja de ruta del proyecto que, por cierto, puede tener complicaciones si se analiza la historia de la baguette, así como la fecha de reconocimiento de la receta original de este tipo de pan. Podéis conocer más detalles de la noticia en la página web de Boulangerie.