Un grupo de expertos del Instituto de Investigaciones Marinas y de la Universidad de Santiago de Compostela, acaban de dar a conocer el desarrollo de un nuevo método por el que los langostinos y las gambas serán identificadas a nivel genético.
Se trata de un nuevo sistema patentado, que permitirá diferenciar más de 20 especies de estos crustáceos mediante el análisis del ADN, concretamente la identificación se realiza a través de dos genes, uno responsable de codificar el ARN ribosómico largo mitocondria y otro responsable de codificar ARN de transferencia del aminoácido valina. Pero, ¿por qué los langostinos deben de ser identificados a estos niveles? La respuesta es obvia, para dar mayor información, confianza y transparencia al consumidor sobre un producto de gran calidad muy valorado en el mercado. Los investigadores han realizado diversos estudios en los que se muestran errores en el etiquetado de langostinos y gambas.
En un total de 41 productos alimentarios que contenían gambas y langostinos, se detectó que hasta un 24,4% de las etiquetas identificaban a estos ingredientes de forma errónea y en un 39% de los productos analizados, la información que se ofrecía estaba incompleta.
Según los expertos, identificar los crustáceos cuando están pelados resulta una tarea muy complicada, por lo que es difícil ofrecer la información correcta en las etiquetas de los productos de alimentación que contienen gambas o langostinos. En estos casos, las empresas recurren al denominado etiquetado genérico que indica solamente si son gambas o langostinos.
Para quienes son amantes de este tipo de productos saben que existen diferencias significativas a nivel organoléptico entre una y otra especie, por poner un ejemplo, lo mismo ocurriría con el jamón. No se puede etiquetar a todo el jamón de forma genérica y la mayoría de los consumidores sabemos que existen diferencias muy significativas de un jamón a otro.
Mostrar unas etiquetas completamente transparentes y con una información real sobre el contenido es el objetivo, y esta nueva patente contribuirá a ello. En un paso más, los investigadores realizan un estudio con otros marcadores genéticos (citocromo b y citocromo-oxidasa, ambos marcadores mitocondriales) que ampliarán más la información del «carné de identidad de gambas y langostinos».
Los pasos dados por los investigadores en materia alimentaria y las nuevas legislaciones, permitirán en un futuro próximo que el consumidor conozca perfectamente qué producto está consumiendo y qué ingredientes contiene. Si queréis consultar el estudio, los datos han sido publicados en la revista científica electrónica Food Chemistry.
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