Un estudio realizado por la Facultad de Ciencias Médicas y de la Salud de la Universidad de Copenhague, pone de manifiesto que los huevos grandes causan en las gallinas ponedoras dolorosas fracturas del hueso de la quilla, extensión del esternón (hueso del pecho). Según los resultados de la investigación, la mayoría de las gallinas ponedoras de Dinamarca sufren por esta cuestión, y consideran que se trata de un problema global para el bienestar animal.
Una gallina ponedora tiene un ritmo frenético de puesta, produce una media de 320 huevos al año, las gallinas camperas ponen unos 250 huevos, las de raza pura unos 200 huevos al año, y así la cifra va descendiendo dependiendo del tipo de gallina debido a su ciclo de puesta. De todas formas, durante años se ha trabajado para maximizar el rendimiento de las gallinas ponedoras, tanto en cantidad como en el tamaño de los huevos, y a su vez, reducir el coste de producción.
Los expertos comentan que los huevos demasiado grandes producidos por gallinas pequeñas pasan factura al bienestar de estas aves, pero no se habla de un grupo minoritario, ya que según los datos, el 85% de las gallinas ponedoras del país tienen una fractura en el hueso de la quilla, así se concluye tras examinar a casi 4.800 gallinas de diferentes granjas, detectando que 4.100 sufrían este problema. Los investigadores explican que esto se produce en gallinas de cualquier categoría, enjauladas, criadas en el suelo, las que viven en corrales o al aire libre, etc.
El hueso de la quilla fracturado se encuentra en todos los sistemas de producción, generalmente se trata de una fractura en la punta del hueso debido a la enorme tensión que sufre por la expulsión de huevos muy grandes que presionan desde dentro. Estas fracturas son muy dolorosas y tardan mucho en curar, las gallinas siguen poniendo huevos y no se les proporciona ningún tipo de cura y reposo, algo que probablemente no agrade a quien quiere que los alimentos de origen animal que consume, tengan todas las garantías de bienestar animal.
Cuanto antes entra una gallina en el sistema de producción de huevos, mayor es el problema, ya que son gallinas pequeñas cuyos cuerpos se encuentran sometidos a una elevada presión, por eso los expertos consideran que se debería posponer la puesta de huevos hasta que las gallinas fueran más robustas y tuvieran un hueso de la quilla más resistente. Muchos consumidores suelen buscar huevos de tamaño grande o extra grande, siendo las categorías más demandadas, lo que contribuye a que la industria avícola introduzca gallinas todavía pequeñas para el trabajo que deberán llevar a cabo.
Aunque en el estudio se habla de las gallinas ponedoras danesas, el problema de bienestar animal está generalizado en todo el mundo. Ahora, los investigadores esperan obtener fondos para iniciar un proyecto de intervención que permita estudiar y analizar el efecto de diferentes medidas para solucionar el problema y por ende, incrementar el bienestar animal. Así que, podemos imaginar que cada vez que compramos huevos muy grandes, estos tienen una gran probabilidad de haber sido puestos por gallinas que tienen el problema descrito en la investigación, y no importa a la categoría que pertenezcan, que sean ecológicos no es sinónimo de que no hayan provocado su daño, al menos así se ha constatado en la investigación.
Podéis conocer todos los detalles del estudio a través de este artículo publicado en la página de la Facultad de Ciencias Médicas y de la Salud de la Universidad de Copenhague, y en este otro publicado en la revista científica PLOS ONE.
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