Según un estudio de Kantar Worldpanel, consultora internacional que está especializada en el conocimiento de los consumidores, el análisis y la investigación de mercado, etc., los españoles en la cocina son fieles a la Dieta Mediterránea. En este estudio que tratan sobre los cambios de hábitos de consumo de los hogares españoles durante los últimos cuatro años, se apunta que aunque el estilo de vida moderno obliga a realizar modificaciones de las rutinas alimenticias, los españoles se mantienen fieles a la Dieta Mediterránea, también se destaca que los consumidores han adelantado la hora de las comidas, ahora se hacen menos platos pero son más completos y se cocinan de forma más saludable.
Los datos de Kantar Worldpanel contrastan con los ofrecidos por la FAO y el CIHEAM en un informe presentado en junio del presenta año, en él se explicaba que la región mediterránea estaba experimentando una transición alimentaria que provocaba que la población se alejase cada vez más de los alimentos que forman parte de la Dieta Mediterránea, reduciendo el consumo de legumbres, verduras y frutas, y aumentando el de carne y productos lácteos. En este informe presentado en el marco del programa “Feeding Knowledge” (Alimentar el conocimiento) de la Expo de Milán, se apuntaba como causas del abandono de la dieta la globalización alimentaria, los cambios en el estilo de vida y el cambio del papel desempeñado por la mujer en la sociedad.
La Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y el Centro Internacional de Altos Estudios Agronómicos Mediterráneos (CIHEAM), consideraban urgente actuar y por ello lanzaron una llamada a la acción con el título Med Diet EXPO, solicitando que se realicen mayores esfuerzos para preservar los agro ecosistemas del Mediterráneo, de todo ello hablábamos aquí.
Volviendo al estudio de Kantar Worldpanel, los datos han sido tomados de la investigación sobre los hábitos de consumo de 12.000 hogares españoles, según los resultados, un 62,2% de las amas de casa repiten menús similares casa semana, siendo este dato un 5’4% mayor que en el año 2011. Por otro lado se destaca que los platos que más se consumen no han cambiado durante los últimos años, siguen siendo las ensaladas, las pechugas de pollo, las lentejas (los platos de cuchara han resurgido por la crisis económica), la sopa de pasta, los macarrones, la merluza y la tortilla de patatas. Otro dato significativo es que el aceite se ha visto perjudicado por la caída de los alimentos fritos, sin embargo, ha aumentado su consumo en crudo (ya sabemos que es mucho más saludable), por ejemplo en los desayunos.
A partir de la investigación sobre los hábitos de consumo de los hogares españoles, la consultora ha diseñado el menú completo del día típico de los españoles, por la mañana para el desayuno leche con pan, galletas o bollería (no se especifica si es casera o industrial), a media mañana fruta, para la comida ensalada y pollo a la plancha, para la merienda (sobre todo para los niños) bocadillo, bollería y zumo, para la cena sopas, cremas y finalmente algún capricho dulce antes de acostarse.
Según el estudio de Kantar Worldpanel, la Dieta Mediterránea no es sólo el consumo de determinados alimentos, también comprende hábitos de compra, en el informe detalla una media de veces al año que se van a comprar determinados productos, compramos frutas 113 veces, pan fresco 95 veces, carne fresca y carne procesada unas 54 veces, etc. Este es un dato cuestionable, ya que no es indicativo de seguir la Dieta Mediterránea, sobre todo si no se especifica cuál es el volumen de compra. Según el estudio, la creciente preocupación por la salud se ha trasladado a la forma de cocinar, durante los últimos cuatro años ha caído el volumen de fritos en la cocina, en consecuencia se incrementan las alternativas más saludables como la cocina a la plancha, los alimentos hervidos o los alimentos crudos, como por ejemplo las ensaladas.
El estudio aporta algunos datos más sobre el número de comidas y cenas que se realizan en casa, la reducción de la cantidad de platos, etc., pero estos datos son dudosos indicadores de seguir la Dieta Mediterránea. En definitiva, entre este estudio y el facilitado por la FAO y el CIHEAM parece existir una clara diferencia, para unos la Dieta Mediterránea se mantiene y para otros peligra hasta el punto de que puede desaparecer por varias razones.
Como información adicional, merece la pena dar un vistazo a las 10 recomendaciones básicas de la Dieta Mediterránea:
1- Utilizar el aceite de oliva virgen extra como principal grasa de adición. Es el aceite más utilizado en la cocina mediterránea. Es un alimento rico en vitamina E, beta-carotenos y ácidos grasos monoinsaturados que le confieren propiedades cardioprotectoras. Este alimento representa un tesoro dentro de la dieta mediterránea, y ha perdurado a través de siglos entre las costumbres gastronómicas regionales, otorgando a los platos un sabor y aroma únicos.
2- Consumir alimentos de origen vegetal en abundancia: frutas, verduras, legumbres y frutos secos. Las verduras, hortalizas y frutas son la principal fuente de vitaminas, minerales y fibra de nuestra dieta y nos aportan al mismo tiempo, una gran cantidad de agua. Es fundamental consumir 5 raciones de fruta y verdura a diario. Gracias a su contenido elevado en antioxidantes y fibra pueden contribuir a prevenir, entre otras, algunas enfermedades cardiovasculares y algunos tipos de cáncer.
3- El pan y los alimentos procedentes de cereales (pasta, arroz y especialmente sus productos integrales) deberían formar parte de la alimentación diaria. El consumo diario de pasta, arroz y cereales es indispensable por su composición rica en carbohidratos. Nos aportan una parte importante de energía necesaria para nuestras actividades diarias. Hay que tener en cuenta que sus productos integrales nos aportan más fibra, minerales y vitaminas.
4- Los alimentos poco procesados, frescos y de temporada son los más adecuados. Es importante aprovechar los productos de temporada ya que, sobre todo en el caso de las frutas y verduras, nos permite consumirlas en su mejor momento, tanto a nivel de aportación de nutrientes como por su aroma y sabor.
5- Consumir diariamente productos lácteos, principalmente yogurt y quesos. Nutricionalmente hay que destacar que los productos lácteos son excelentes fuentes de proteínas de alto valor biológico, minerales (calcio, fósforo, etc.) y vitaminas. El consumo de leches fermentadas (yogurt, etc.) se asocia a una serie de beneficios para la salud porque estos productos contienen microorganismos vivos capaces de mejorar el equilibrio de la microflora intestinal.
6- La carne roja se tendría que consumir con moderación y si puede ser como parte de guisos y otras recetas. Y las carnes procesadas en cantidades pequeñas y como ingredientes de bocadillos y platos. Las carnes contienen proteínas, hierro y grasa animal en cantidades variables. El consumo excesivo de grasas animales no es bueno para la salud. Por lo tanto, se recomienda el consumo en cantidades pequeñas, preferentemente carnes magras, y formando parte de platos a base de verduras y cereales.
7- Consumir pescado en abundancia y huevos con moderación. Se recomienda el consumo de pescado azul como mínimo una o dos veces a la semana ya que sus grasas – aunque de origen animal- tienen propiedades muy parecidas a las grasas de origen vegetal a las que se les atribuyen propiedades protectoras frente enfermedades cardiovasculares. Los huevos contienen proteínas de muy buena calidad, grasas y muchas vitaminas y minerales que los convierten en un alimento muy rico. El consumo de tres o cuatro huevos a la semana es una buena alternativa a la carne y el pescado.
8- La fruta fresca tendría que ser el postre habitual. Los dulces y pasteles deberían consumirse ocasionalmente. Las frutas son alimentos muy nutritivos que aportan color y sabor a nuestra alimentación diaria y son también una buena alternativa a media mañana y como merienda.
9- El agua es la bebida por excelencia en el Mediterráneo. El vino debe tomarse con moderación y durante las comidas. El agua es fundamental en nuestra dieta. El vino es un alimento tradicional en la dieta mediterránea que puede tener efectos beneficiosos para la salud consumiéndolo con moderación y en el contexto de una dieta equilibrada.
10- Realizar actividad física todos los días, ya que es tan importante como comer adecuadamente. Mantenerse físicamente activo y realizar cada día un ejercicio físico adaptado a nuestras capacidades es muy importante para conservar una buena salud.
Podéis conocer más detalles del estudio “Los españoles en la cocina” a través de este artículo publicado en la página web de la consultora.
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Foto 2 | Lentejas con hinojo y aguacate