Hemos hablado en varias ocasiones de estudios sobre transgénicos cuyas conclusiones indican que no son más productivos, que son peligrosos para el medio ambiente, que no se conocen sus efectos a largo plazo en la salud humana, etc. Pero paralelamente a estos estudios, también se desarrollan otros con la finalidad de mostrar los beneficios de este tipo de alimentos, es el caso de un estudio realizado en Alemania que ha sido financiado por el Ministerio Federal Alemán de Cooperación Económica y Desarrollo (BMZ) y el séptimo Programa Marco de la Unión Europea.
Dicho estudio llega a la conclusión de que los cultivos transgénicos son buenos para la agricultura y el medio ambiente, utilizan menos productos fitosanitarios que los cultivos convencionales y además contribuyen a mejorar la economía. En este sentido nos gustaría destacar que a consecuencia de los transgénicos, los insectos han desarrollado resistencia y según Syngenta, una de las grandes compañías dedicadas a la fabricación de insecticidas, se ha producido un incremento significativo de las ventas de productos destinados a tratar el maíz. Parece ser que los agricultores retoman de nuevo los sistemas de antaño para proteger el maíz, a pesar de que sea un maíz modificado genéticamente, de ello hablábamos en este post.
El estudio alemán se considera una de las revisiones más grandes que se han realizado hasta el momento sobre toda la documentación científica existente en relación a este tema, se trata de un meta análisis que ha revisado los estudios realizados desde el año 1995 hasta el mes de marzo del presente año. Según los resultados, los autores indican que gracias a los cultivos transgénicos se ha reducido en un 37% el uso de productos fitosanitarios, se ha incrementado el rendimiento de los cultivos en un 22% y los agricultores han aumentado sus ganancias en un 68%.
Hay que decir que durante los primeros años no se constató que los insectos hubieran generado resistencia y probablemente el rendimiento sería mayor, al menos en los campos donde hubiera taladro. Recordemos que Pere Arús, investigador agroalimentario del IRTA (Instituto de Investigación y Tecnología Alimentaria), explicaba que el maíz transgénico es hasta un 15% más productivo en aquellas zonas donde existe taladro, pero también explicaba que en aquellos campos de cultivo donde no había plaga de taladro los alimentos transgénicos no eran más productivos. Por otro lado, sería cierto que años atrás se utilizaban menos productos fitosanitarios, pero tras la resistencia adquirida por los insectos esto ha cambiado.
A esto hay que añadir los refugios que debían habilitar los agricultores para frenar que los insectos generen resistencia. Recordemos el plan puesto en marcha por la Agencia de Protección Medioambiental de Estados Unidos que obligaba a los agricultores que trabajan con maíz transgénico a cultivar maíz tradicional para que los insectos no ingieran las toxinas Bt (genes del Bacillus thuringiensis) contenidas en el maíz a fin de reducir el número de insectos que comen en estos cultivos, con ello se lograría reducir la descendencia de insectos que han adquirido la resistencia a la toxina. La agencia determinaba que para que el maíz transgénico siga siendo efectivo, se debían habilitar refugios o comederos con una superficie de un 20% del total de la superficie cultivada, si el tipo de maíz contenía dos tipos diferentes de toxinas Bt, el porcentaje se establecía en un 5%, de ello hablábamos en este post. ¿Habrán tenido en cuenta en esta investigación los datos mencionados?
Las conclusiones de este estudio contradicen a aquellos estudios que apuntan que los cultivos modificados genéticamente no son una buen opción para los países en vías de desarrollo. En el estudio alemán se apunta que los beneficios de los cultivos transgénicos son mayores en los países en vías de desarrollo que en los países desarrollados. En este punto nos gustaría recordar qué ocurría en la India con este tipo de cultivos, quizá este país sea una excepción en el estudio alemán.
Con este trabajo, que hemos conocido aquí, los autores esperan que se pueda generar confianza entre la población frente a la biotecnología, explican que es la solución para poder afrontar uno de los grandes retos de futuro, poder satisfacer las necesidades alimentarias de la población para el año 2050. La investigación determina que se puede llegar a incrementar en 14 puntos porcentuales el rendimiento de los cultivos en los países en vías de desarrollo utilizando la biotecnología, explican que las plagas y las malas hierbas son uno de los principales obstáculos que estos países tienen, de ahí que recomienden los cultivos transgénicos para superar estos problemas.
El trabajo ha sido publicado en la revista científica Plos One, en ella se proporcionan todo tipo de detalles y gráficas comparativas que muestran los supuestos beneficios de los alimentos transgénicos. Se apunta que quienes han corrido con los gastos de esta investigación no han tenido nada que ver con el diseño del estudio, la recogida y análisis de datos, la preparación del manuscrito o decisión de publicar, siendo ellos los únicos responsables de este trabajo. Posiblemente expertos que están en contra de este tipo de alimentos analicen el estudio para intentar encontrar errores de procedimiento o malas interpretaciones, seguro que no tardaremos en conocer una respuesta a este trabajo, esperemos que sus argumentos también sean científicos.
Foto | Brian Griesen