Sainsbury’s, la segunda cadena de supermercados más grande del Reino Unido, ha cumplido 150 años, y como parte de la celebración ha presentado el informe ‘El Futuro de la Comida’. Este documento ha sido redactado por un grupo de futurólogos, una historiadora de los alimentos y un científico, y en él se expone lo que podríamos comer en el año 2025, en el 2050 y en el 2169.
Saltándonos el orden cronológico, una de las predicciones que realizan y que llama la atención es la que vaticina que los consumidores producirán su propia carne de cultivo celular en el año 2050, algo que seguramente a más de uno le parecerá bastante inverosímil. Según las conclusiones del documento, en la década de 2040 la mayoría de los mataderos serán reconvertidos en instalaciones para la producción de carne de cultivo. Posteriormente, en 2050, los consumidores tendrán en su casa su propio sistema para producir carne, pescado u otros alimentos.
Volviendo al orden cronológico, en el año 2025 se vaticina que veremos profesionales sanitarios prescribiendo consejos dietéticos como parte de un programa de salud preventiva. La biofortificación de los alimentos (aumentar el valor nutricional) se generalizará en un momento en que la nutrición podría ser reconocida como una herramienta eficaz para prevenir enfermedades crónicas de manera proactiva.
La comida respetuosa con el planeta será una premisa debido a la creciente conciencia medioambiental y las preocupaciones de salud y bienestar animal, se augura que una cuarta parte de la población británica será vegetariana y un 50% será flexitariana, es decir, flexibilidad sobre el modo en el que se es vegetariano, aunque son personas que consumen principalmente alimentos vegetales, incluyen de forma ocasional productos alimenticios de origen animal. Se prevé que se mantendrá la innovación en el segmento de los alimentos vegetales, de hecho, ya hace algunos años que en este campo se innova cada vez más.
El mercado de las proteínas alternativas crecerá un 25% y se augura que la “leche” de algas se convierta en la próxima bebida alternativa a la leche tradicional, que adquirirá un gran protagonismo poniéndose a la altura y superando a otras bebidas vegetales. Los insectos terminarán introduciéndose en la dieta habitual y los consumidores comenzarán a abastecerse de harina de grillo para elaborar sus recetas. Productos como el Kedondong o ciruela del Pacífico, las hojas de Moringa o las nueces de Bambara, estarán presentes en nuestras despensas, nuevos productos procedentes de cultivos alternativos cuya misión es acabar poco a poco con la dependencia de la humanidad de unos pocos cultivos, como el arroz, el maíz, la soja y el trigo.
En el año 2050, además de la producción doméstica de carne de cultivo celular, las medusas serán un producto habitual por su valor nutricional y por su abundancia en los mares. Se pondrán en marcha los cultivos personalizados, es decir, podremos cultivar zanahorias u otros productos en casa, de hecho, el algo que hace algunos años que se empezó a expandir. Podemos citar, por ejemplo, el proyecto Window Farms Project, cuya misión es convertir las ventanas de las ciudades en huertos urbanos verticales, fáciles de cuidar, de bajo consumo energético y utilizando materiales reciclados, aunque este es uno de muchos ejemplos. Los nuevos sistemas tecnológicos, como blockchain (estructura de datos en la que la información contenida se agrupa en conjuntos), y la creciente necesidad de información más personalizada, permitirán la ultra-personalización para los consumidores. La tecnología de impresión 3D en la alimentación será más cotidiana, se podrán crear en casa snacks y alimentos impresos en 3D, según nuestros gustos y exigencias.
En el año 2169 (quizá una fecha demasiado lejana) se prevé la aparición de granjas espaciales, la transformación de los desiertos en tierras agrícolas fértiles y sostenibles gracias a las nuevas tecnologías y los alimentos que se han conseguido producir en otros planetas como, por ejemplo, Marte. El informe habla también de implantes de microchips personalizados como norma, que analizarán y almacenarán los datos genéticos, estado de salud y otros eventos relacionados con el funcionamiento del organismo, además, se sabrá exactamente qué comer y qué beber en cualquier momento.
Prevén que se realizarán entregas a domicilio de todas las compras realizadas utilizando drones, y que se consumirá todo lo que necesita el organismo, vitaminas, minerales y otros nutrientes a través de parches o pastillas, siendo las comidas tradicionales reservadas a acontecimientos especiales (adiós al placer diario de comer). El informe de Sainsbury’s es bastante entretenido, las predicciones más cercanas tienen sentido, las más lejanas se pueden ver como historias de ciencia ficción, pero no olvidemos a Julio Verne, muchas de las predicciones que realizó en su época y que eran consideradas inverosímiles, se cumplieron.
A través de este enlace (Pdf) podréis leer el informe Future of Food Report de Sainsbury’s al completo.