Según una encuesta realizada por la asociación holandesa de consumidores Consumentenbond, la mayoría de los consumidores holandeses respalda la introducción de un etiquetado semáforo similar al del Reino Unido, concretamente, un 71% cree que es una buena idea mostrar el contenido de los principales valores nutricionales por colores en la parte frontal de los envases. Un 22% se muestra neutral o indiferente ante esta solución y un 5% considera que no es una buena idea utilizar un sistema de colores para informar sobre el carácter saludable de los alimentos.
Sobre el tipo de etiquetado para informar del carácter saludable de los alimentos, un 63% optaba por utilizar uno similar al del Reino Unido, un 29% prefería la etiqueta NutriScore utilizada en Francia, etiquetado que se basa en la codificación por cinco colores y letras que informan sobre el contenido en grasas, azúcares y sal, así como del carácter saludable del producto. El 8% restante eligió la etiqueta Keyhole de los países nórdicos, etiqueta cuyos criterios se basan en las recomendaciones de la dieta nórdica supervisadas por el Consejo Nórdico de Ministros, menos azúcares, menos grasas y más fibras dietéticas e integrales.
Consumentenbond considera importante la transparencia a la hora de informar a los consumidores, además, la información debe ser captada rápidamente y con un simple vistazo, algo que se consigue informando con una codificación por colores en la parte frontal del envase de los productos. La encuesta muestra que los consumidores quieren que se introduzca un etiquetado semáforo, pero la asociación de consumidores cree que el Gobierno del país debe investigar para saber qué sistema puede ser el más efectivo y fiable para los habitantes de los Países Bajos.
Otra cuestión interesante que se destaca en el estudio es que la mayoría de consumidores cree que el etiquetado debería ser implementado por una organización independiente, no por los fabricantes porque son parte interesada y no son creíbles. A diferencia de etiquetados como Keyhole de los países nórdicos, el sistema elegido debería aparecer en todos los productos que se comercializan en un supermercado. La etiqueta Keyhole fue adoptada por Noruega, Suecia y Dinamarca como etiqueta nutricional conjunta, y la utilizan los fabricantes con carácter voluntario, de ahí que sólo la porten unos 2.000 productos.
Un etiquetado sobre el carácter saludable de un alimento debe transmitir rápidamente, con un simple vistazo, la información más relevante, la organización de consumidores pone un ejemplo, en el caso de los productos refrigerados no debería hacer falta abrir la puerta para coger el producto e inspeccionarlo, ya que un simple vistazo bastaría para conocer si reúne las condiciones nutricionales deseadas, ese es el tipo de información necesaria y útil para el consumidor. La mayoría de los encuestados coinciden en los beneficios que puede ofrecer un etiquetado semáforo, aunque algunos consideran que ofrece demasiada información, otros creen que el hecho de que la información nutricional y la ingesta diaria recomendada se calcule en base al tamaño de la ración, resulta confuso. Por ejemplo, se habla de la dificultad para calcular una ración de 150 mililitros o que las raciones son diferentes para cada persona según su constitución y necesidades diarias, etc.
Quienes eligieron la etiqueta NutriScore consideraban que era la opción más acertada porque era más fácil de entender y también resultaba más fácil de realizar cálculos en base a las necesidades personales. Apuntan que aprecian la gama de los factores de ponderación, es decir, lo antes comentado, el contenido en grasas, azúcares y sal, así como el carácter saludable del producto. Pero curiosamente, destacan un punto débil de este etiquetado, la falta de transparencia, ya que el sistema en sí no muestra en qué se basa para proporcionar las recomendaciones, siendo muy importante para otorgar credibilidad que aparezca un listado de los factores que se analizan.
Sobre el etiquetado Keyhole (el de menor aceptación), la mayoría de los consumidores holandeses creen que su información es deficiente, simplista y generalizada, es decir, da poca información y no es de gran ayuda para los consumidores, algo que, por supuesto, no opinan sus creadores. En los Países Bajos se utiliza con carácter voluntario un etiquetado o marca de verificación de dos tipos, el Blauwe Vinkje y el Groene Vinkje, aunque le queda poco recorrido, ya que se ha anunciado su eliminación para octubre del este año. En este etiquetado, los fabricantes pagaban una cuota al gobierno holandés para convertirse en miembros que pudieran utilizar estos logotipos, algo que no veían con buenos ojos muchos consumidores.
Veremos si tras la eliminación del Blauwe Vinkje y el Groene Vinkje se baraja la introducción del etiquetado semáforo, algo que pide la asociación de consumidores Consumentenbond y muchos consumidores, como se muestra en la encuesta realizada. Para un buen número de la población, sería interesante que este tipo de etiquetado se introdujera en todos los países y, además, con carácter obligatorio, aunque lamentablemente la industria alimentaria no está de acuerdo con ello y realiza propuestas absurdas, como el etiquetado semáforo a conveniencia que proponía la industria alimentaria a principios de año.
Podéis conocer más detalles de la noticia a través de este artículo publicado por la asociación de consumidores y en su estudio (Pdf).