Según un estudio realizado por Mintel, empresa especializada en la investigación de mercados, análisis, previsiones y marketing, la mitad de los consumidores del Reino Unido desconfían de la industria alimentaria, o lo que es lo mismo, sólo la mitad de los consumidores cree que esta industria les proporciona alimentos seguros y aptos para el consumo. Se puede decir que el nivel de desconfianza es elevado, aunque hay que recordar que apenas han pasado seis meses desde que saltó a los medios de comunicación el escándalo de las hamburguesas de vacuno con carne de caballo.
Los consumidores del Reino Unido son muy escépticos sobre la eficacia, la calidad y el buen hacer de la industria alimentaria del Reino Unido, en la investigación realizada por Mintel las cifras lo dicen todo, un 49% confía relativamente en esta industria, casi un 37% responden de forma indecisa, por lo que se podría decir que no confían plenamente. Otro dato interesante de la encuesta, sólo el 42% de los consumidores creen que la industria de la alimentación sería capaz de reaccionar con eficacia ante una crisis alimentaria, ejemplos a citar: el famoso escándalo de la carne de caballo o problemas de antaño como la encefalopatía espongiforme bovina. Si se habla de trabajo y colaboración en la cadena de suministro, sólo un 23% de los consumidores cree en la eficacia del sistema.
Son muchas las preguntas que se han realizado y las respuestas no hacen más que mostrar a la industria alimentaria de ese país que debe trabajar para volver a recuperar la confianza, no se habla de un porcentaje reducido, es demasiado elevado como para obviarlo. Seguimos con los datos, sólo un 36% de los consumidores consideran que los fabricantes son conscientes y saben a ciencia cierta de dónde proceden las materias primas con las que elaboran los alimentos, por otro lado un 34% consideran lo contrario. En este estudio no están sólo implicados los grandes fabricantes, las cadenas y minoristas también están afectados, los consumidores, al menos una buena parte, desconfían de ellas y no están de acuerdo en que desconozcan la procedencia de los ingredientes de los productos que ofrecen en sus establecimientos.
El análisis realizado por los expertos de Mintel delata que existe una interrupción generalizada de la confianza en la cadena agroalimentaria, por tanto, la reacción debe ser ofrecer mayor transparencia, información y confianza a los consumidores. Sin embargo, Mintel considera que va a ser un proceso costoso el poder recuperar la fe y la confianza, los británicos no toleran que se desconozca la procedencia de los ingredientes con los que se elaboran sus alimentos, y parece que el escándalo de la carne de caballo ha sido la gota que ha colmado el vaso, han pasado seis meses y quizá la industria esperaría que se pasara la tormenta, pero no ha sido así.
Casi un 77% de los consumidores adultos creen que la industria de la alimentación es demasiado dependiente de la cadena de producción, por edades, los resultados son similares, el 70% del segmento de jóvenes de entre 16 y 24 años de edad y el 84% de los adultos con edades comprendidas entre los 55 y los 64 años así lo considera. En el estudio también se delata que los consumidores están preocupados por el etiquetado de los alimentos, haciéndose eco de la incapacidad de los operadores para controlar sus cadenas de suministro. El 40% de los consumidores encuestados que confían en las cadenas de suministro y en los fabricantes, consideran que las etiquetas alimentarias son correctas y fiables, claro, tan fiables como las hamburguesas comercializadas en las que se indicaba carne de vacuno 100%, cuando en realidad contenían carne de caballo.
Hablando del correcto etiquetado y la información veraz, por sexos, los hombres confían más en el sistema con un 45% de los encuestados, en cambio sólo un 36% de las mujeres confían en el etiquetado, quizá será porque los hombres no hacen tanto la compra como las mujeres. Esta tónica se repite en otros aspectos, si hablamos de seguridad de los productos el 53% de los hombres considera que son seguros frente a un 46% de las mujeres, en cuanto a que los supermercados son conscientes del origen de los alimentos, un 35% de los hombres confían en ello, frente a un 29% de mujeres.
Hay más datos a destacar, pero el conjunto muestra que una buena parte de los consumidores del Reino Unido no confían en la industria alimentaria. Según leemos en el artículo de Mintel, se debe trabajar en cinco factores que recuperen la confianza, utilizar ingredientes del país siempre que sea posible, información sobre dónde, cómo y cuándo se han elaborado los productos en el etiquetado, incluir un sello o certificación de bienestar animal y detallar la ausencia de ingredientes artificiales. Por último, hay que destacar una noticia positiva, parece que el escándalo de la carne de caballo ha favorecido el interés por los alimentos locales, este segmento ha experimentado en sólo cuatro meses un incremento del 4% en la demanda.
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