Según una investigación realizada por Foodwatch Holanda, algunos dietistas-nutricionistas están patrocinados por la industria alimentaria, lo que supone un conflicto de intereses que ponen en riesgo los consejos supuestamente independientes sobre alimentación que proporcionan a sus pacientes o a la sociedad. Según el estudio de la organización de consumidores, la Asociación Holandesa de Dietistas (NVD diëtisten) que representa a todos los profesionales de este sector en los Países Bajos, tiene como patrocinadores a compañías como Nestlé, Unilever y FrieslandCampina, algo que no tiene sentido, por lo que pide a NVD diëtisten que rompa los lazos con la industria alimentaria.
Los consejos dietéticos y nutricionales deben jugar en favor de la población en general y de las personas que los solicitan en particular, y no de la industria alimentaria, pero si las recomendaciones las proporciona un profesional que trabaja con la industria del azúcar y, además, obtiene beneficios de las empresas antes citadas, es posible que (de forma consciente o inconsciente) estén influenciados, de hecho, se entiende que ese es el objetivo del que paga, ¿no? Foodwatch Holanda comenta esto porque el expresidente de la Asociación Holandesa de Dietistas, que actualmente es presidente honorifico de EFAD (Federación Europea de Asociaciones de Dietistas), es también vicepresidente del Consejo Científico del Centro de Conocimiento sobre Azúcar y Nutrición (KSV), es decir, que trabaja para el lobby del azúcar.
Foodwatch comenta que muchos dietistas-nutricionistas trabajan de forma honesta y con total integridad, pero otros tienen conflictos de intereses, ya que aceptan el patrocinio de empresas que ofrecen productos poco saludables, hasta el punto de que muestran la relación que tienen con estas empresas proporcionando, por ejemplo, una serie de consejos (que ofrece Coca Cola) sobre cómo se debe afrontar el consumo de refrescos.
Los dietistas-nutricionistas son los profesionales sanitarios especializados para ayudar a mejorar la nutrición y salud de sus pacientes, sus conocimientos les permiten diseñar dietas saludables y personalizadas, pero el hecho de que no se rehuya el patrocinio y la cooperación con la industria alimentaria puede poner en entredicho lo antes comentado. Los patrocinios pueden afectar al trabajo científico y político de la NVD diëtisten, hay que tener en cuenta que esta organización pertenece a una iniciativa para evitar la comercialización de alimentos poco saludables dirigidos a los menores, lo que puede influir en la iniciativa y no ser tan efectiva como debiera.
Claro, que no es la única asociación de dietistas-nutricionistas que está patrocinada por la industria alimentaria, por ejemplo, la asociación de dietistas de Australia está patrocinada por compañías alimentarias y así lo declara abiertamente, aunque algunos de sus miembros creen que la asociación no debería aceptar patrocinios. La EFAD (Federación Europea de Asociaciones de Dietistas) también recibe el patrocinio de empresas como Kellogg’s, Bayer, Nestlé o Nutricia, entre otras, el recorrido sigue y varias asociaciones de diferentes países (incluido España) del mundo se encuentran en la misma situación.
Según Foodwatch, una campaña llevada a cabo por dietistas en colaboración con Coca Cola, apuntaba que el azúcar podía formar parte de un patrón alimentario saludable, eso sabiendo que el azúcar está presente en muchas bebidas y productos alimenticios y que es un potencial riesgo para la salud. Esta campaña fue muy criticada y ponía al descubierto que los dietistas no debían aceptar patrocinios u otros favores de la industria alimentaria. Claro, que todo esto no debe sorprender, recordemos que algunas organizaciones de salud son financiadas por la industria de los refrescos, que los sobornos a investigadores son una práctica habitual en la industria alimentaria, o que la manipulación de investigaciones científicas es algo que la industria alimentaria ha hecho desde hace décadas.
Y lo mismo ocurre en España, algunos dietistas-nutricionistas como Carlos Ríos, Aitor Sánchez, Virginia Gómez, Lucía Martinez o Juan Revenga, entre otros, denuncian los conflictos de intereses existentes en asociaciones y otras entidades relacionadas con la salud, que cuentan con el respaldo económico de la industria alimentaria y, por ello, recomiendan productos poco saludables. Lo denunciado por Foodwatch Holanda en este estudio,se replica en otros países, menos mal que hay muchos profesionales que son honestos y no se dejan seducir por determinados intereses.
A Foodwatch le preocupan los conflictos de intereses en la ciencia, la política, la medicina, la nutrición, etc., consideran que su investigación deja claro el peligro de los conflictos de intereses en el sector de los sanitarios especializados en nutrición. La industria alimentaria invierte dinero en él porque cree que merece la pena, y porque algo obtendrán a cambio, por eso, los dietistas no deben ser tan ‘ingenuos’ y tienen que asegurarse de que su credibilidad está fuera de toda duda, eso es un deber moral y social e implica romper lazos con la industria alimentaria.
Foodwatch pide que dejen de minimizar riesgos, que dejen de hablar bien de lo que realmente es malo para la salud, que se opongan al patrocinio y aborden el problema desde dentro de las asociaciones, con ello, su trabajo sí tendrá los resultados esperados.