El año pasado la UPA (Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos) denunciaba la venta a pérdidas de los pollos, la organización aseguraba que los grandes centros de distribución utilizaban este alimento como reclamo para poder atraer a los clientes a los establecimientos. Ahora se vuelve a denunciar que los centros de distribución venden el pollo por debajo de los costes de producción, por lo que UPA ha presentado en la AICA (Agencia de Información y Control Alimentarios) la correspondiente denuncia por la venta del pollo a pérdidas a Mercadona, Carrefour, Hipercor, Lidl, Alcampo y Día.
Parece ser que la UPA ha realizado un seguimiento durante 13 meses de los precios del pollo desde el origen hasta que llega a los lineales de los centros de distribución mencionados, los datos obtenidos parecen demostrar que efectivamente, la carne de pollo se está comercializando por debajo de los costes de producción. Dado que los centros de distribución citados han seguido la misma práctica, la UPA considera que no encaja con la legislación de competencia de comercio y cadena alimentaria.
En el seguimiento realizado se ha analizado el precio del pollo en la granja, en el matadero, en la distribución, en el almacenaje, en la logística y en la venta al público, para ello se ha elaborado un informe detallado sobre el seguimiento realizado, así como la evolución de la producción de los pollos en origen. Nos muestran varias tablas con un seguimiento semanal con los datos oficiales publicados por el Ministerio de Agricultura sobre el precio de la carne de pollo en cada uno de los eslabones de la cadena alimentaria. Se han establecido en el estudio seis categorías en los costes de la distribución, coste plataforma distribución, mano de obra, coste transporte a la tienda, mermas en la tienda, otros gastos y beneficio neto.
La UPA ha querido desarrollar el estudio de una manera más conservadora y ha eliminado algunos conceptos, mermas de tiendas, otros gastos y beneficio neto. De los datos obtenidos relativos a los costes se han tenido en cuenta los más bajos, la UPA explica que para tener beneficios es necesario que las empresas que comercializan la carne de pollo deben sumar los siguientes valores, el precio oficial de salida del matadero, el coste propio de la distribución minorista y el IVA que se aplica, al resultado final hay que añadir el beneficio aplicado por cada centro de distribución.
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Los resultados muestran que todos los centros de distribución siguen el mismo patrón y no tienen en cuenta la evolución de los precios en origen, semana a semana el precio de la carne de pollo varía, pero como norma general por debajo del coste de producción, lo que delata una actividad de venta a pérdidas. De las 56 semanas analizadas 37 correspondían a la venta a pérdidas, la UPA considera que el estudio refleja unas pérdidas totales de 18’7 millones de euros para el sector, además considera que estas prácticas desleales han provocado que se cierre una de cada cinco granjas avícolas durante los últimos siete años. Con estos datos la UPA va a pedir al director de AICA y a la ministra de agricultura, que apliquen la ley para evitar estas prácticas causantes, según la UPA, del cierre de muchas explotaciones, así como de las pérdidas económicas indicadas.
La Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA) quiere concienciar a los consumidores y explica que el canal de la gran distribución miente a los consumidores y a la vez acaba con la ganadería y el tejido agroindustrial en general. Los pocos céntimos que los consumidores ahorramos con este tipo de ofertas con la carne de pollo, la gran distribución se los cobra con creces a través del resto de productos que se adquieren. Explica que no es posible ni legal vender el kilo de pollo a 60 céntimos menos de lo que cuesta producirlo. Quizá no es posible, pero es una práctica habitual y ocurre con otros productos alimentarios susceptibles de captar la atención de los consumidores, como por ejemplo las naranjas o el aceite.
Evidentemente la crisis económica y la necesidad de ahorrar, son cuestiones que provocan que los consumidores miren los precios y se comercialicen carnes más económicas, pero no nos queda claro el tema de las pérdidas, se supone que los productores perciben el precio pactado y las ventas se han incrementado, si no se baja el precio en origen como ocurre con otros alimentos, ¿por qué no pueden utilizar las cadenas de distribución este y otros alimentos como reclamo? En todo caso, también se agradecería que del mismo modo que existe disconformidad por vender los alimentos a un coste inferior al de la producción, en este caso la venta a pérdidas de la carne de pollo, se emitiera la queja correspondiente cuando los productos alimentarios se han comercializado a precios abusivos. En estos casos, en raras ocasiones los productores, organizaciones o sindicatos se han pronunciado.
A través de este documento (Pdf), podréis acceder al informe sobre la cadena de valor de la carne de pollo.
Foto | Jlastras