No hace ni seis meses que conocíamos esta alerta alimentaria de brotes germinados de alfalfa contaminados con Listeria y Salmonella, y hace un par de días la AESAN volvió a emitir una nueva alerta que afecta a los brotes germinados de alfalfa de Tugas y de nuevo por presencia de Salmonella (Número de lote: 5140012S106E; fecha de caducidad: 03/05/2024). Esto lleva a preguntarnos, ¿merece la pena consumir un alimento que es tan susceptible a contaminarse con Listeria monocytogenes y/o Salmonella spp?
La mayoría de personas que consumen brotes germinados frescos lo hacen porque se le otorgan muchos beneficios para la salud, contienen diversos nutrientes esenciales, vitaminas, minerales y antioxidantes, favorecen la digestión, contienen compuestos antioxidantes, fortalecen el sistema inmunológico, son bajos en calorías y, además, son muy fáciles de incorporar especialmente en ensaladas y bocadillos.
Pero tienen una parte negativa, la primera es que los brotes germinados frescos tienen una vida útil relativamente corta, se recomienda consumirlos en un plazo de tres o cuatro días y dada la cantidad que se suele añadir a las recetas, es fácil que se quede el paquete abierto en la nevera y parte del alimento termine estropeándose y, en consecuencia, en la basura.
Claro, que si se tienen en cuenta algunos consejos para prolongar la duración de los brotes germinados se pueden conservar bien hasta una semana, pero hay que tener la certeza de que se compran bien frescos y en buenas condiciones, que se conservan en frío en todo momento, que el recipiente en el que se conserve esté ventilado, que no cojan exceso de humedad (no se deben lavar hasta el momento de consumirlos), que no estén cerca de alimentos que emitan etileno…
Pero, ¿y si cuando compramos los brotes germinados ya estén contaminados? ¿Cuál puede ser la causa? Pues lo cierto es que la contaminación de brotes germinados con Salmonella o con otros patógenos bacterianos puede suceder en cualquier eslabón de la cadena de producción, desde la siembra, hasta la venta al por menor. Puede ser que las semillas estén contaminadas, que no se mantengan las condiciones de higiene adecuadas durante el cultivo, que se dé una contaminación cruzada durante la producción, manipulación, transporte, almacenamiento…
Y como podemos comprobar, esto puede pasar, porque ya hemos conocido muchas alertas alimentarias en muchos productos, a pesar de que se realizan continuos controles de seguridad en la cadena de suministro, sucede. Así que para minimizar riesgos, todos los eslabones de la cadena, incluidos los consumidores, debemos mantener unas prácticas estrictas de higiene y seguridad alimentaria.
También hay que ser conscientes de que hay alimentos que son más susceptibles a la contaminación por Salmonella y otros patógenos bacterianos debido a las condiciones en las que se producen, y en el caso de los brotes germinados ya sabéis que está presente la humedad y la temperatura moderada, que encantan a la Listeria, la Salmonella y la E. coli.
Una duda que puede surgir entre los consumidores es que si lavando los brotes germinados con algún producto específico o cocinándolos, las bacterias se pueden eliminar. Y la respuesta no puede ser un rotundo sí. Claro, que parte de los beneficios de este alimento fresco se pierden durante el proceso de cocción, como la vitamina C, algunas vitaminas del complejo B, flavonoides, carotenoides y algunos fitonutrientes y enzimas más.
De todos modos, según los expertos en nutrición, los brotes germinados conservan una cantidad de nutrientes significativa incluso después de cocinarlos, haciendo, además, que algunos sean más biodisponibles para el organismo, es decir, que se asimilen mejor. En cuanto a lo de lavar los brotes frescos, todos podemos confesar que en más de una ocasión los hemos puesto en nuestra ensalada sin lavarlos.
Es interesante saber que los brotes germinados en conserva o encurtidos son menos susceptibles a la contaminación por Salmonella que los frescos, dado que su procesamiento puede contemplar la adición de ácido, sal, calor… que puede eliminar las bacterias patógenas. No obstante, no se puede garantizar que los brotes encurtidos o en conserva estén libres de riesgo y puedan ser una fuente de enfermedad transmitida por el alimento.
Recordad este post: ‘El vinagre no es efectivo para desinfectar los alimentos, ni tampoco las superficies’.
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