Según los resultados de una investigación realizada por expertos del Centro Nacional de Investigación del Bambú (China), los brotes de bambú son un recurso alimenticio infravalorado, a pesar de que tienen un gran potencial para mejorar la seguridad alimentaria del futuro. No obstante, es algo que todavía se debe desarrollar porque hay diversos inconvenientes.
Los expertos explican que los brotes de bambú tienen una larga historia como fuente de alimento, son un recurso nutricional sostenible, tienen un elevado nivel de fibra, proteínas, vitaminas y otros componentes bioactivos (antioxidantes) de gran valor, además, tienen un reducido nivel de grasas, toda una serie de propiedades que hace que sean un ingrediente a tener en cuenta en términos de nutrición y por sus beneficios para la salud.
Como sabemos, se calcula que en 2050 la población mundial alcanzará los 10.000 millones de personas, lo que supone un gran reto para alimentarlos de un modo sostenible, de hecho, en la actualidad ya supone un reto alimentar a la población en un marco de sostenibilidad. Desde hace algunos años, varios investigadores apuntan la necesidad de cambiar nuestro sistema alimentario reduciendo la dependencia de los animales productores de alimento y centrándonos en los alimentos de origen vegetal, y es que los resultados apuntan que la carne y otros productos de origen animal son los menos eficientes para alimentar a la humanidad.
Los investigadores consideran que si se cambia a un modelo alimentario basado en alimentos vegetales, se incrementaría significativamente la posibilidad de disfrutar de una alimentación más sostenible y saludable. En este sentido, el bambú podría jugar un importante papel en la alimentación de la creciente población mundial, y es que en el estudio, además de ensalzar sus cualidades nutricionales, también se habla de su versatilidad en la cocina, los brotes se pueden encurtir, fermentar, exprimir, usar en crudo…
Se resalta que uno de los mayores beneficios de los brotes de bambú posiblemente sea su carácter sostenible, se trata de una planta de rápido crecimiento, de hecho, algunas variedades de bambú (en China hay más de 400 especies) en un sólo día pueden crecer nada menos que un metro. El bambú no necesita una gran cantidad de recursos para poder crecer y tienen una gran adaptabilidad a los diferentes tipos de suelo, pero a pesar de todos los beneficios descritos, según el estudio, este ingrediente tiene limitaciones para la industria alimentaria.
Si bien una gran parte del bambú no es comestible, los expertos apuntan que con investigación, se podrían producir ingredientes funcionales a partir de las partes no comestibles. Otro problema es el cianuro que contiene los brotes de bambú, dependiendo de la variedad el contenido es menos o mayor y se puede eliminar poniendo los brotes a fermentar, secar, en remojo o hirviéndolos, proceso que en algunas investigaciones se concluye que mejora las cualidades microbiológicas y organolépticas del ingrediente, destruye las toxinas y aumenta la digestibilidad y la biodisponibilidad de los nutrientes.
Para los expertos que han realizado la investigación (y quizá se podría hablar de conflicto de intereses dada su pertenencia al Centro Nacional de Investigación del Bambú), no hay duda de que a la hora de hablar de un alimento vegetal sostenible, el bambú ofrece muchas posibilidades en la producción, el comercio, la exportación, la alimentación, la salud, etc. Así se concluye tras realizar una revisión exhaustiva sobre el historial de consumo, procesamiento, composición nutricional, beneficios para la salud, aplicaciones como los productos funcionales, uso como ingrediente en productos alimenticios, etc.
Cierto es que en los últimos años se han desarrollado muchas aplicaciones alimentarias con valor añadido gracias a los brotes de bambú, pero como ya hemos comentado, existen muchos desafíos para la industria a la hora de ampliar la producción de alimentos funcionales a base de brotes de bambú. Probablemente se incrementará la investigación para lograr aprovechar un recurso, quizá una opción sería el uso de la edición genética para el diseño de un tipo de bambú que se adaptara a las necesidades alimentarias. Sin embargo, recordemos que hoy por hoy, existen otros alimentos vegetales que tienen muchas más posibilidades de desarrollo y menos complicaciones que los brotes de bambú.
Os recomendamos acceder a este estudio titulado “Los brotes de bambú y sus aplicaciones alimentarias en la última década: un recurso comestible del bosque infravalorado para alimentar a las personas del futuro”, resulta una lectura interesante para ampliar los conocimientos sobre los brotes de bambú.
Foto 1 | Jenny Hones
Foto 2 | Pelican