A pesar de que actualmente la irradiación es un proceso del que desconfían muchos consumidores, en un futuro no muy lejano los alimentos irradiados serán los preferidos, y se buscará en los supermercados el logotipo que los identifica para poder adquirirlos. Esta es la conclusión de especialistas como Michael Osterholm, Director del Centro de Política e Investigación de Enfermedades Infecciosas de la Universidad de Minnesota (CIDRAP, Estados Unidos). La comercialización de los alimentos irradiados empezó en la década de los 60, y a pesar de contar con las correspondientes autorizaciones, su presencia en los mercados se podría considerar testimonial (al menos el logotipo que los identifica como irradiados).
Los alimentos irradiados se enfrentan a obstáculos de todo tipo, problemas impuestos por los productores y los consumidores, los primeros temen una reducción de la venta de sus productos, los segundos asocian la irradiación a procesos nucleares que pueden afectar a su salud, mayor precio en los alimentos, o que no es necesario aplicar este tipo de técnicas dado que creen que la seguridad alimentaria actual es más que suficiente, nada más lejos de la realidad. Recordemos el post sobre la carne contaminada en Estados Unidos, en su lectura podíamos saber que hasta un 25% de los diferentes tipos de carne que se comercializan en varias ciudades estadounidenses estaban contaminadas con Staphylococcus aureus, microorganismo que desarrolló resistencia a los antibióticos, los investigadores aseguran que este tipo de problemas no se hubieran dado con la irradiación aplicada en la carne.
La aplicación de dosis exactas de radiaciones ionizantes con rayos ultravioleta, rayos X o rayos gamma, garantizaría la eliminación de un 99’99% de los microorganismos, se destruye el ADN celular de las bacterias responsables de las enfermedades o infecciones alimentarias más importantes como la Escherichia coli O157: H7 o la Salmonella, sin alterar las cualidades de los alimentos, ni sabor, ni composición, como valor añadido se lograría aumentar la vida útil de los productos, algo que hoy en día es demandado por industria y consumidores. Se buscan todo tipo de soluciones, envases inteligentes, técnicas de conservación, pero se mantiene alejado el proceso de la irradiación. La lista de alimentos en los que se puede aplicar la irradiación es amplia, carnes, huevos, verduras, mariscos y especias, sin embargo, parece que de todos ellos, sólo las especias irradiadas son las que mayor presencia tienen en las tiendas de alimentación estadounidenses y europeas, único producto aceptado en la UE.
La irradiación alimentaria o pasteurización fría de los alimentos se realiza al final de la cadena de producción alimentaria, antes de que se proceda al envío de los alimentos, con el proceso se logra garantizar la eliminación de un 99’99% de los microorganismos, si se hubiera aplicado como una medida habitual no se hubiera producido el número elevado de brotes infecciosos en Estados Unidos y Europa durante los últimos años. La radiación aplicada en los alimentos se mide por la unidad kilogray (kGy), medida que indica la absorción de radiación, dependiendo del tipo de alimento es menor o mayor la aplicación de radiaciones ionizantes, cabe destacar que incluso los alimentos que se envían al espacio para alimentar a los astronautas, han sido irradiados como una garantía para poder preservarlos durante el máximo de tiempo.
Quizá la instauración del proceso es larga y tiene sus complicaciones, pero los expertos vaticinan que se convertirá en una de las medidas de seguridad ampliamente utilizadas y terminará siendo aceptada por los consumidores, suponemos que en la política de la irradiación de los alimentos se contempla ofrecer mayor información sobre el proceso a los consumidores, que conozcan la tecnología, el grado de seguridad que ofrece, los beneficios económicos o de tiempo, etc. Todo esto permitiría que los productores y procesadores no temieran la reducción de ventas por irradiar sus productos y la actual desconfianza que genera el proceso. Como decíamos, dado que el aumento de las alertas alimentarias por contaminación bacteriana va en aumento, los gobiernos tienen la obligación de apoyar aquellos procesos que mejoren la calidad alimentaria, en este caso las radiaciones ionizantes son una buena alternativa, pero se debe poner en marcha un proceso en el que se dé a conocer a los consumidores con más claridad la tecnología, las ventajas y beneficios que ofrece y cómo se lograría reducir a la mínima expresión la creciente contaminación bacteriana de alimentos.
Por supuesto y para no generar más desconfianza, tras el primer paso indicado, informar debidamente a los consumidores a través del etiquetado de que se trata de un alimento que ha sido sometido a la irradiación. Desgraciadamente, en la actualidad en Europa se importan alimentos que han sido irradiados y se comercializan sin utilizar el logotipo correspondiente, como decíamos, el temor por la percepción de los consumidores es una constante. Si esto es así, ¿por qué no empezar a dar a conocer debidamente el proceso y poner en marcha una campaña a nivel mundial?, antes o después esta decisión se tomará, ya que está en juego la seguridad.
Es necesario volver a destacar que la irradiación de los alimentos no es un proceso milagroso y que se deben seguir las mismas pautas higiénicas alimentarias habituales, como por ejemplo lavar las verduras irradiadas antes de su consumo, la irradiación sanitiza los alimentos y prolonga su vida útil, pero no es algo que se mantenga de forma indefinida.
Los Centros para el Control de Enfermedades en estados Unidos y otros países no tienen en el programa la irradiación de los alimentos como una prioridad, algo que expertos como Michael Osterholm quiere cambiar, la irradiación en el último proceso de la cadena alimentaria debe instaurarse si se desea eliminar los microorganismos patógenos y reducir el creciente índice de contaminación alimentaria y sus consecuencias. La irradiación contribuiría a solventar los fallos y descuidos que se producen durante el proceso de la cadena de producción de alimentos siendo una última línea defensiva, esta razón es argumentada por quienes están en contra indicando que las pautas higiénicas de las empresas se relajarían ante el “milagroso” proceso final, es también un modo de que los productores reduzcan el coste de producción, algo que los opositores de la técnica no desean. A esto responden las empresas que irradian alimentos indicando que los productos deben cumplir una serie de criterios antes de ser sometidos a la irradiación o pasteurización fría, de lo contrario no se irradian.
Antes o después los alimentos irradiados serán los preferidos por todas las ventajas que ofrecen, la proliferación de intoxicaciones alimentarias podría obligar a ello. Los expertos nos explican que incluso con pautas higiénicas extremas, la contaminación se produce, a esto hay que añadir la resistencia a los antibióticos de los microorganismos, un problema serio que podría evitarse con este proceso, el Staphylococcus aureus o estafilococo áureo que desarrolló la resistencia a los antibióticos habría sido eliminado en el proceso de irradiación.
En el ámbito europeo, como nota positiva cabe destacar que la EFSA respalda la irradiación de los alimentos y determina que no existen riesgos para la seguridad de los consumidores, pero como decíamos, no se pone en marcha una campaña informativa que mejore la percepción de la población, se habrían evitado problemas como los brotes infecciosos de E. coli producidos en Europa y concretamente en Alemania a causa de unos germinados.
A través de Food Safery News podemos saber que Michael Osterholm tiene la convicción de que todos los beneficios que ofrece el proceso, terminarán haciendo que los alimentos irradiados sean los preferidos por los consumidores y buscarán el logotipo que los identifica, ¿en cuánto tiempo?, todo depende de las políticas que adopten los gobiernos en este ámbito. Será interesante leer como información adicional los post Alimentos irradiados en España e Irradiación en verduras.
¿Qué opináis? ¿Terminará siendo la irradiación un proceso aceptado por los consumidores?
Foto | Ahmed Rabea
Foto 2 | Nutloaf