Cada vez son más los supermercados e hipermercados que se suman a la iniciativa de comercializar alimentos imperfectos, como por ejemplo las frutas y verduras que no entran en los estándares de mercado que determinan tamaño, color, forma u otros condicionantes exigidos por las reglas del mercado. También aparecen tiendas y supermercados que comercializan los excedentes de otros supermercados, productos a punto de caducar, con envases defectuosos, mal etiquetados o con otros defectos que provocaban que en muchos casos terminaran en la basura.
Como ya comentábamos aquí, una de las tendencias globales del sector de la alimentación para el año que viene es el uso de este tipo de productos por los consumidores cada vez más concienciados con la sostenibilidad, la reducción del desperdicio alimentario, y también por ser alimentos que resultan más económicos. Hablando del coste de estos productos, si en teoría se habrían tirado a la basura, deberían tener un descuento significativo, al menos de un 50%. Sobre este tema se ha elaborado un estudio en el que, entre otras conclusiones, se sugiere que los alimentos imperfectos deben comercializarse a un precio concordante, ya que de este modo se obtiene una respuesta favorable de los consumidores.
El estudio realizado por investigadores de la Universidad de Wageningen (Países Bajos) se basa en una encuesta realizada online en la que participaron 4.214 consumidores de cinco países europeos, Alemania, Países Bajos, Dinamarca, Noruega y Suecia. Se evaluaron las condiciones en las que los consumidores optaron por comprar estos productos alimentarios imperfectos, así como aquellos aspectos que podían animarles a elegir este tipo de productos con más frecuencia.
La investigación ha analizado en qué condiciones los consumidores compran o consumen alimentos que se alejan de los estándares de mercado habituales sin que la calidad o la seguridad se vean alteradas. Las preferencias por los productos varían dependiendo de si el consumidor está en un supermercado o en casa, y en función del tipo de imperfección que tenga el alimento. Los consumidores alemanes están más predispuestos a comprar alimentos imperfectos en un supermercado, mientras que los consumidores de Noruega y los Países Bajos están más dispuestos a comer alimentos considerados sub-óptimos. Los valores personales influyen en la compra, tienen más predisposición a comprar alimentos imperfectos aquellas personas concienciadas y comprometidas con la sostenibilidad y el medio ambiente.
Otro dato que se desprende de la encuesta es que los consumidores más jóvenes tienen disposición a adquirir y consumir estos productos considerados no adecuados según los estándares actuales de mercado. Por otro lado, las personas que compran los alimentos con regularidad y cocinan con regularidad, están más predispuestas a comprar en un supermercado alimentos imperfectos.
Sobre el precio, las preferencias de descuento varían dependiendo del tipo de producto, por ejemplo, en el caso de los alimentos próximos a caducar, los consumidores quieren que el descuento sea mayor que el que se aplica a frutas y verduras imperfectas, productos en envases defectuosos o mal etiquetados. Según las conclusiones, los consumidores son más sensibles a adquirir este tipo de alimentos cuando hay descuentos, por tanto, para obtener una respuesta positiva por parte de los compradores, se deben aplicar descuentos justos, de forma que el precio esté en consonancia con el tipo de producto y el error o defecto que presenta.
En el caso de frutas y verduras, quizá estos alimentos no cumplan con los estándares de mercado, pero esto no es algo que afecte a sus cualidades organolépticas, frescura y valores nutricionales, de ahí que algunos minoristas como Intermarché, consideren que no se deben infravalorar estos alimentos y quieran que se comercialicen al mismo precio que las consideradas frutas y verduras perfectas. Esto para muchos no tendrá sentido, si te dan a elegir entre un producto supuestamente perfecto y otro imperfecto al mismo precio, por lógica se tenderá a adquirir el primero.
Actualmente se aplica un descuento de entre un 30 y un 50% a frutas y verduras que no cumplen los estándares de mercado, quizá en los próximos años esos descuentos se reduzcan, de forma que el consumidor pagará algo menos, pero los supermercados obtendrán más rentabilidad que hoy en día, a fin de cuentas, lo que buscan es obtener el máximo beneficio posible. Con respecto a los alimentos próximos a caducar, éstos se deberían comercializar mucho más baratos, el descuento debería ser superior al 50%, sobre todo sabiendo que si no se vende, irremediablemente terminará en la basura, algo que no ocurre con frutas y verduras que se pueden procesar para elaborar otro tipo de alimentos.
Los investigadores concluyen que las frutas y verduras imperfectas no son necesariamente una causa de los residuos alimentarios, los consumidores están abiertos a adquirir y consumir los alimentos imperfectos, sea por no cumplir los estándares de mercado, por tener un envase defectuoso, por estar próximos a caducar, etc., siempre que se ofrezcan con un descuento coherente. Los expertos explican que estos defectos en los alimentos hace que se perciban de un modo diferente a los considerados perfectos en cuanto a gusto, atractivo y seguridad el contenido puede ser el mismo, pero el aspecto externo altera la percepción. Merece la pena recordar que en la percepción del sabor y de la calidad de los alimentos todo influye, el etiquetado, el color del envase, su diseño, el precio, etc., de ello hablábamos aquí.
La investigación ha generado muchas preguntas, ¿cómo se puede hacer que los consumidores confíen en el sabor y propiedades de los alimentos y no en su apariencia? ¿Cómo se puede enseñar a los consumidores a discernir entre calidad y sabor, y apariencia del producto y su seguridad? ¿Cómo se puede concienciar a los consumidores para que compren por igual productos perfectos e imperfectos? Todas estas preguntas son nuevas líneas de investigación que deberán abordarse a medida que se expanda la venta de alimentos imperfectos en los supermercados e hipermercados. El estudio que podéis consultar aquí, es extenso y ofrece mucha información sobre el tema, merece la pena leerlo.
Foto 1 | Pete
Foto 2 | Keith McDuffee