Hoy conocemos un informe emitido por la Oficina del Inspector General del Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos, en el que se concluye que los alimentos contaminados y peligrosos para el ser humano por diferentes razones, sea por contener microrganismos patógenos relacionados con la transmisión de enfermedades alimentarias, por contener ingredientes en mal estado o contaminantes, etc., tardan mucho en ser retirados de las tiendas.
Este informe guarda relación con este otro emitido en el mes de septiembre por la misma oficina, en el que se concluía que las inspecciones de seguridad alimentaria de la FDA son ineficientes, se realizan pocas y cuando se detectan irregularidades y violaciones de la normativa alimentaria en las instalaciones de las empresas, no siempre se toman las medidas oportunas necesarias. En el nuevo informe se reafirma que la FDA no cuenta con un proceso eficiente y eficaz que permita garantizar la seguridad del suministro alimentario del país.
Para este nuevo informe se ha revisado el retiro de alimentos en mal estado de los establecimientos de alimentación entre el año 2012 y 2015, según los resultados, las compañías alimentarias tardaron nada menos que 57 días de media en retirar los alimentos que comprometían la salud de los consumidores, después de que la FDA les informara sobre el riesgo potencial que encerraban.
El autor del informe no hace más que reafirmar lo comentado en el informe del mes de septiembre, en él se asegura que la FSA no cuenta con políticas y procedimientos adecuados para garantizar que las empresas tomen medidas rápidas y efectivas para proceder a la retirada voluntaria de los alimentos que son peligrosos. Esto significa que estos productos pueden haber permanecido en la cadena de suministros durante semanas, por lo que irremediablemente, el riesgo de que se produzcan toxiinfecciones alimentarias u otros problemas de salud entre la población es muy elevado.
Un ejemplo que se cita es el de un caso de un producto lácteo para niños que contenía bacterias de listeria monocytogenes, uno de los patógenos causante de infecciones alimentarias cuya tasa de mortalidad alcanza un 30%. Parece ser que un niño murió y otros nueve enfermaron por este producto, pero pasaron nada menos que 81 días desde que la FDA detectó el problema hasta que la empresa procedió a retirar el producto de las estanterías de las tiendas de alimentación. Parece evidente que el RASFF (Sistema de Alerta Rápida para Alimentos y Piensos) de Europa es mucho más eficiente que el actual sistema estadounidense, quizá sería interesante tomar ejemplo de su funcionamiento e instaurar un sistema similar en los Estados del país.
En Estados Unidos cada año son hospitalizadas unas 130.000 personas por una enfermedad transmitida por los alimentos y unas 3.000 mueren por este problema. Las cifras son elevadas y obligan a realizar cambios para que la FDA cuente con prácticas efectivas que permitan realizar la retirada de los alimentos no seguros para los consumidores lo más rápidamente posible, se trata de una de las principales piedras angulares para proteger a los consumidores.
En el año 2011 el presidente Obama promulgó la Ley de Modernización de la Inocuidad de los Alimentos (The Food Safety Modernization Act (FMSA)), considerada la reforma más radical en los últimos 70 años, ley que confería a la agencia la autoridad necesaria para emitir una orden de retirada obligatoria de productos alimentarios cuando la empresa en cuestión no realizaba una retirada voluntaria del producto. Las investigaciones realizadas este año no hacen más que demostrar que la FDA no cumple con su responsabilidad de salvaguardar la cadena de suministro de alimentos en el país, de hecho, y según los estudios realizados, la FDA sólo ha utilizado en dos ocasiones esa autoridad para obligar a retirar rápidamente los alimentos peligrosos.
El problema es que, a pesar de que la FDA cuenta con más poder desde el año 2011, no tiene los procedimientos adecuados para garantizar que las empresas tomen medidas de forma rápida y efectiva. A esto hay que sumar que tampoco se ha supervisado que se hayan retirado los productos alimentarios comprometidos, ni que se hayan puesto en marcha procedimientos para recopilar documentación e informes sobre la actuación de las empresas cuando reciben un alerta.
Por todo esto, una vez más, el Departamento de Salud y Servicios Humanos del país recomienda a la FDA que utilice su supervisión estratégica coordinada de la retirada de productos del mercado, para asegurarse que se cumplen los plazos establecidos y se agilice la toma de decisiones. La FDA está de acuerdo con las conclusiones del informe, por lo que es de suponer que pondrá en marcha las medidas oportunas que mejoren la seguridad alimentaria en el país, podéis conocer todos los detalles del informe a través de este artículo (Pdf).
Como decíamos, han pasado seis años desde la introducción de la Ley de Modernización de la Inocuidad de los Alimentos, demasiado tiempo ha pasado sin que se hayan realizado mejoras en los procedimientos, por lo que es lógico que en el país se produzca cada año tal volumen de casos de enfermedades trasmitidas a través de los alimentos. Es de esperar que con dos toques de atención la FDA inicie los cambios oportunos, aunque también es posible que se le deba dar un tercer toque de atención, ya sabemos que la FDA tiene muchos temas pendientes desde hace años a los que no les ha dado solución.
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