Poco a poco la lista de países que toman medidas contra las bebidas energéticas aumenta, desde hace años varios investigadores han advertido de los riesgos que existen con este tipo de bebidas y se ha estado pidiendo que se restrinja su publicidad y acceso, especialmente a los menores de 18 años. Quizá el primer país que tomó las medidas más contundentes hasta el momento fue Arabia Saudí, prohibió la publicidad de bebidas energéticas, limitó su venta y distribución, y obligó a las marcas a incluir en los envases advertencias sanitarias sobre sus posibles efectos perjudiciales, la marca que no aceptase estas condiciones no podría ofrecer sus bebidas en ese mercado.
Ahora se suma un nuevo país en la lucha contra el consumo de este tipo de bebidas, desde principios de mes Lituania prohíbe la venta de bebidas energéticas a menores de 18 años, también se prohíbe la publicidad en todos los medios a los que tengan acceso los menores de edad y se restringe su venta en lugares como eventos deportivos, cines, teatros y todos aquellos lugares a los que puedan ir los menores. La nueva reglamentación de este país se basa en un estudio realizado por la EFSA (Agencia de Seguridad Alimentaria de la Unión Europea) el año pasado, en el que se concluye que casi el 70% de la compra de este tipo de bebidas en la UE las realizan los adolescentes. Esto se suma a los estudios que relacionan el consumo con distintos riesgos para la salud.
Como en el caso de los Emiratos Árabes, desde el pasado mes de julio todas las compañías que ofrecen sus bebidas energéticas en el país tienen la obligación de incluir en los envases advertencias como «no consumir mezclada con alcohol». Esta nueva reglamentación entró en vigor después de que una investigación sugiriera que la mezcla de una bebida energética con alcohol puede ser una combinación potencialmente peligrosa para la salud, ya que la cafeína puede enmascarar los efectos del alcohol llevando a los jóvenes a un estado de embriaguez denominado «borracho despierto», facilitando que se incremente aún más el consumo de bebidas alcohólicas, podéis conocer más detalles a través de este artículo publicado en Wiley Online Library.
Aquí podemos leer que el consumo excesivo de bebidas energéticas como Monster o Red Bull, entre otras, se ha relacionado con problemas del corazón, con la depresión, con la hipertensión, provoca convulsiones y palpitaciones entre otros efectos. La OMS (La Organización Mundial de la Salud) también se pronuncia sobre este tema y advierte que las bebidas energéticas se podrían convertir en un problema de salud pública si no se regula su consumo entre los más jóvenes.
Que Lituania haya tomado estas medidas tiene sentido, a través de este estudio elaborado por Canadean, una empresa especializada en estudios y análisis de mercado, podemos saber que Lituania es el mayor consumidor de bebidas energéticas en la zona del Báltico, con un volumen estimado para este año que ronda los 6 millones de litros. Hace sólo 10 años el consumo se cifraba en 600.000 litros anuales. Ahora Lituania se pone a la cabeza de los Estados Bálticos (los países que rodean el Mar Báltico) en la lucha contra los estilos de vida poco saludables, empezando por la severa regulación sobre las bebidas energéticas.
La industria de las bebidas energéticas recibe otro duro golpe con la nueva reglamentación, pero es posible que sigan sufriendo nuevos varapalos, países como Letonia y Estonia redactaron en su momento una legislación similar a la de Lituania, en principio debía entrar en vigor a principios de este año, pero se pospuso debido al revuelo que causó entre los productores e importadores, quizá a raíz de la actuación en Lituania, termine entrando en vigor.
Lo cierto es que la venta de bebidas energéticas a menores de 18 años de edad en otros países crece imparable, algunos de ellos ya han tomado medidas. En el caso de la Unión Europea merece la pena dar un vistazo a este estudio de la EFSA dado a conocer el año pasado. Se realizó a raíz de una solicitud de la Comisión Europea para que determinara el nivel de interacción entre la cafeína, el alcohol y otros ingredientes presentes en las bebidas energéticas, la finalidad también era determinar los niveles de consumo seguro según el grupo poblacional. A continuación os transcribimos las principales conclusiones del estudio:
Adultos (18-65 años): Aproximadamente el 30% de los adultos entrevistados eran consumidores de bebidas energéticas. Entre éstos, el 12% son consumidores crónicos (el consumo se establece en 4-5 días o más a la semana), el consumo medio mensual es de 4,5 litros. Alrededor del 11% lleva a cabo un consumo “agudo elevado” (suelen beber al menos 1 litro en una sola sesión).
Los adolescentes (10-18 años): Aproximadamente el 68% de los entrevistados son consumidores de bebidas energéticas, de éstos el 12% realizan un consumo “crónico alto”, con un consumo medio de 7 litros al mes, y el 12% eran consumidores «agudo alto».
Niños (3-10 años): Aproximadamente el 18% de los entrevistados eran consumidores de bebidas energéticas, de ellos un 16% presentan un consumo «crónico alto», con un consumo medio de 0,95 litros semanales, lo que representa casi 4 litros al mes.
Consumo combinado con alcohol: los patrones de consumo combinado fueron similares entre los adultos (56%) y los adolescentes (53%).
El consumo asociado a las actividades deportivas: Aproximadamente el 52% de los adultos y el 41% de los adolescentes declaraban consumir este tipo de bebidas cuando realizaban actividades deportivas.
Contribución de las bebidas energéticas a la exposición total de cafeína: Aproximadamente el 8% en los adultos, el 13% en los adolescentes y el 43% en los consumidores infantiles.
Poco a poco se endurecerán las medidas contra las bebidas energéticas, quizá los fabricantes deban replantearse un cambio de formulación para garantizar la salud de los consumidores y evitar la pérdida de cuota de mercado. Podéis conocer más detalles sobre la legislación contra las bebidas energéticas en Lituania, a través de este artículo publicado en Business Insider.
Foto | Bad Soull