El próximo día 13 de julio, la Comisión Europea propondrá la libertad de elección sobre transgénicos en la Unión Europea, es decir, un cambio de política en materia de alimentos modificados genéticamente del que ya hemos hablado en Gastronomía & Cía. Se pretende dar más libertad a los gobiernos comunitarios para que decidan si permiten o no el cultivo de transgénicos en su territorio.
En el mes de febrero podíamos conocer un comunicado de la Unión Europea en el que se transmitía la intención de adoptar un nuevo sistema de evaluación y autorización de alimentos transgénicos. Se trataba de una noticia que sorprendía, dado que se realizaba un giro en la política sobre transgénicos y la decisión sobre aceptar o no el cultivo de alimentos transgénicos se renacionalizaba (algo a lo que hasta la fecha, el presidente de la Comisión Europea José Manuel Durao Barroso se había opuesto). Sorprendente cambio de política pero con gato encerrado. Posteriormente, en el mes de junio nos hacíamos eco de que España se oponía al nuevo sistema y no estaba de acuerdo con la renacionalización y que cada país individualmente pudiera elegir si aceptar o no el cultivo de este tipo de alimentos, de ello hablábamos en el post Peligra el nuevo sistema de evaluación y autorización de alimentos transgénicos.
Como decíamos hay gato encerrado, o al menos así lo creemos, en este caso se ha aplicado el “divide y vencerás”, un país podrá prohibir el cultivo de alimentos transgénicos pero no podrá impedir su importación y su comercialización si la Unión Europea lo ha aprobado previamente. Es decir, se tendrán que aceptar forzosamente y no se podrá impedir, la propia UE reconoce que este cambio de política servirá para agilizar la autorización de alimentos modificados genéticamente, ya que hasta el momento, en la Unión Europea no hay mayoría suficiente para aceptarlos, más descarado es imposible.
La organización ecologista Amigos de la Tierra califica la libertad de elección sobre transgénicos, una propuesta vacía y peligrosa, por un lado se permite vetar el cultivo de los alimentos transgénicos, pero no su importación y comercialización, cualquier país que se oponga a ello se enfrentará a litigios legales con las empresas biotecnológicas que desean introducir a la fuerza sus productos y con las nuevas leyes en la mano tendrán que aceptar… en teoría. Las organizaciones ecologistas piden al parlamento Europeo y a los países comunitarios que se vete el nuevo sistema de evaluación y autorización de alimentos transgénicos, la mencionada libertad de elección sobre transgénicos en la Unión Europea no es más que un modo de obligar a aceptar los alimentos transgénicos.
Recordemos que países como Grecia, Alemania, Francia, Austria, Hungría y Luxemburgo, han aplicado el principio de precaución y no aceptan este tipo de alimentos hasta que no se realicen estudios más exhaustivos que determinen su seguridad. La UE pretende además presentar recomendaciones para suavizar las reglas de coexistencia entre los alimentos transgénicos, los alimentos ecológicos y los alimentos industriales, algo que deja totalmente desprotegidos a los agricultores ecológicos y tradicionales, es más, la Comisión Europea reconoce que existe un impacto negativo de su proyecto para aquellos agricultores que no cultiven transgénicos, hay que echarle cara al tema. Parece evidente que lo que parecía un cambio de política favorable, es en realidad un intento de introducir más y más rápido los alimentos desarrollados por las grandes multinacionales biotecnológicas.
La propuesta será aprobada el martes, pero ya conocemos la opinión de algunos países, España ya se pronunció y de ello hablábamos en el mencionado post Peligra el nuevo sistema de evaluación y autorización de alimentos transgénicos, seguramente ante los puntos de la propuesta (que resultan favorables tanto para la aprobación como para la introducción de este tipo de alimentos) no resultará extraño que ahora España vote favorablemente, no es la primera vez que no se hace lo que se dice.
A través de la publicación digital Finanzas podemos saber que las propuestas deben ser aprobadas conjuntamente por el Parlamento Europeo y el Consejo de Ministros de la UE, ya veremos qué ocurre.
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