La National Cattlemen’s Beef Association (Asociación Nacional de Ganado Vacuno de Estados Unidos) ha recibido con satisfacción el Proyecto de Ley Federal de la Carne Real, presentada en la cámara baja del Congreso de Estados Unidos por dos de sus miembros, Anthony Joseph Brindisi y Roger Marshall. Se trata de una ley que obligaría a etiquetar como carne de imitación la ‘carne’ vegetal y la procedente del cultivo celular, los envases de estos productos deberán incluir la palabra imitación inmediatamente antes o después del nombre del alimento en cuestión.
Además, en este proyecto de ley se establece la necesidad de que se incluya una declaración en el etiquetado en la que se indique claramente que el producto (sea una alternativa vegetal o carne producida a partir de cultivo celular) no deriva ni contiene carne tradicional. Según el presidente de la Asociación Nacional de Ganado Vacuno (NCBA), cada vez hay un mayor número de productos alimenticios que se presentan como una alternativa a la carne tradicional, pero que claramente tratan de engañar a los consumidores sobre lo que compran. Por ello, considera que es necesario proteger a los consumidores de las prácticas engañosas de comercialización, para que los productores de ganado puedan competir en un campo de juego honesto e igualado.
La NCBA agradece a los dos congresistas que hayan presentado el Proyecto de Ley Real MEAT Act 2019 y lleven a cabo los esfuerzos oportunos para traer transparencia y legalidad al mercado de las alternativas a la carne tradicional. El proyecto ha provocado las críticas del sector de la carne vegetal y de la carne a base de células, así como de entidades como el Good Food Institute (GFI), organización que trabaja con investigadores, inversores y empresarios para el desarrollo de proyectos alimentarios innovadores, seguros y respetuosos con el medio ambiente.
Los responsables del GFI comentan que no existen evidencias de que los consumidores tengan dudas a la hora de comprar las alternativas vegetales, además, consideran que esta ley es un nuevo intento de beneficiar a los productores ganaderos y no a los consumidores, como se pretende hacer creer. Sobre la carne de producción celular, de momento no se puede decir nada porque no está en el mercado, pero recordemos que, según comentan desde este instituto, la carne es carne, sea de granja o de laboratorio, la diferencia sólo radica en su método de producción, por lo que tampoco tiene sentido aplicar la ley en los productos de esta nueva y floreciente industria.
Los responsables del Proyecto de Ley comentan que la ausencia de una definición federal de lo que es carne de vacuno o sus productos derivados, ha creado una oportunidad para que se produzca una confusión en el mercado y un fraude del consumidor. Pero lo cierto es que como ya hemos comentado, no existen evidencias de que los consumidores que adquieren este tipo de alternativas a la carne, crean que están adquiriendo productos cárnicos, no se han recibido quejas sobre compras accidentales de una carne vegetal creyendo que era carne tradicional. Estas alternativas alimenticias detallan los ingredientes con los que se elaboran los productos y, además, describen claramente sus productos, indicando que su origen es vegetal y que no contienen carne animal. En ocasiones se utiliza terminología cárnica en los productos veganos que intentan imitarlos simplemente para una mayor comprensión de los consumidores.
Según el Proyecto de Ley Federal de la Carne Real, es necesario establecer una definición a nivel nacional de la carne de vacuno y que se aplique a los productos alimenticios correspondientes. Probablemente se definiría la carne como procedente de un sistema de ganadería tradicional, donde los animales nacen, son criados y sacrificados para el consumo humano, definición que proporciona la USCA (Asociación de Ganaderos de Estados Unidos). La ley pretende reforzar las disposiciones existentes en el etiquetado para eliminar posibles confusiones, aclarando la naturaleza del producto a través de medidas como añadir la descriptiva “de imitación”.
También pretende que el Gobierno tenga una mejor capacidad para hacer cumplir la ley, para ello tendrán que trabajar codo con codo la FDA (Agencia de Medicamentos y Alimentación) y el USDA (Departamento de Agricultura), claro, que hay que tener en cuenta que ya se informó en su momento de que la carne de cultivo estaría sometida a un marco regulatorio acordado conjuntamente entre la FDA y el USDA, lo que indica que este marco regulatorio deberá incluir algunos puntos que actualmente no constan.
Quienes promueven esta ley argumentan que las familias estadounidenses tienen derecho a saber qué contienen los alimentos, por lo que un etiquetado preciso ayuda a los consumidores a tomar decisiones informadas y garantizar el acceso a un suministro de alimentos seguro, abundante y asequible. Es evidente que se intenta hacer creer que la industria de los alimentos alternativos a la carne quiere engañar al consumidor, algo totalmente falso y también injustificado por las razones argumentadas. Pero da igual, aunque se añada la descriptiva “de imitación” eso no cambiará el creciente deseo de muchas personas de consumir menos productos cárnicos, en beneficio de la salud y del planeta.
A través de este enlace (Pdf) podréis leer el Proyecto de Ley al completo, y en este otro (Pdf) la presentación que realiza la NCBA.