La leche de soja es una leche vegetal que se obtiene a partir de esta leguminosa originaria de China y agua, por lo que realmente no se trata de leche aunque muestre un aspecto similar. La prueba más clara (y seguramente gracias a las normas de etiquetado que se están poniendo firmes) es que en los envases no pone leche de soja, se denomina bebida de soja.
La leche de soja o bebida de soja mejor dicho, ha crecido mucho en los últimos tiempos en cuanto a consumo, es la bebida elegida por muchos vegetarianos y por personas que sufren intolerancia a la lactosa. También ha sido recomendada para personas con problemas digestivos, ya que parece ser que esta bebida es más fácil de digerir que la leche de vaca debido a que la leche animal necesita las enzimas de lactasa para digerir la lactosa.
También la publicidad ha tenido mucho que ver en el aumento del consumo de la bebida de soja, y es que la soja está de moda, ahora se pueden encontrar productos que cuentan entre sus ingredientes con la soja, la venden como el alimento más completo, el ideal, pero no lo es, no existe un alimento completo. Hace unos años, el bromatólogo Abel Mariné de la UB, reconoció que la soja estaba de actualidad gracias a las innumerables publicaciones científicas en torno a sus beneficios, pero esto no debe entorpecer la dieta Mediterránea, es decir, la soja o sus derivados no deben sustituir a otros alimentos si no existen problemas de salud.
Lo que puede resultar extraño es que si la bebida de soja es tan saludable y tan completa ¿por qué necesitan enriquecerla?, ¿se ha demostrado que sea asimilable por el organismo todo lo que se ha añadido?. Tenemos delante nuestro un tetra brick de bebida de soja que cuenta con varias leyendas para conquistar a los consumidores: Rica en Omega 3 y Omega 6”, “0% colesterol”, “100% vegetal, sin lactosa”, “Fuente natural de isoflavonas”, “Enriquecida con Calcio y Vitaminas A y D”.
Dando la vuelta al producto aún hay más ‘ganchos’, que no decimos que sean falsos, pero tampoco nos indican dónde podemos contrastar afirmaciones como: “Según estudios recientes puede ayudarte a aliviar los síntomas de la menopausia, por su alto contenido en isoflavonas”. Y otro dato importante del envase, al menos en este indica que “la bebida de soja está elaborada con soja no transgénica”, otro tema también muy preocupante, ya que no dejan de crecer los cultivos de soja transgénica.
La soja es un gran alimento, pero como de cualquier otro, no se puede abusar, y como con cualquier otro alimento puede haber personas a las que no les beneficie, como ejemplo podemos recordar un estudio que no es concluyente, pero que sugiere que la soja reduce el número de espermatozoides.
El problema está en que la soja contiene una sustancia química que actúa de forma similar a los estrógenos (hormonas sexuales femeninas), los fitoestrógenos, que precisamente se encuentran en las isoflavonas, pero como hemos dicho, esto continúa en fase de estudio.
La soja se ha ganado muchos favoritismos, pero también han surgido detractores. Sobre ello hay mucho que investigar todavía, por lo que no hay recomendaciones generales sobre cuánto y cómo consumir soja y sus derivados, cada persona tiene sus necesidades y parece que ni el personal médico puede ponerse de acuerdo.
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