La leche de Galicia de marcas blancas es un habitual en los centros de distribución, empresas como Leite Río, la mayor industria láctea de Galicia, destinan hasta el 85% de sus ventas a marcas blancas pertenecientes a grandes cadenas de distribución como puede ser Eroski, Carrefour o El Corte Inglés entre otras. La razón parece bastante obvia, la grave crisis económica por la que atravesamos ha obligado a destinar la mayoría de la producción al sector de las marcas blancas. Jesús Lence, administrador de la empresa que hemos mencionado, asegura que es algo obligado, los consumidores quieren precios bajos y si no se trabaja así, no hay más remedio que cerrar.
Esta situación se generaliza en la industria láctea gallega, un 80% de los seis millones de litros de leche que se envasan diariamente se destinan a las Marcas del Distribuidor (MMD). Este tipo de productos se venden bajo la marca propia de la cadena que lo comercializa, como ejemplos podemos poner Aliada, la nueva marca de El Corte Inglés o los productos Hacendado de Mercadona.
Las campañas realizadas por las empresas de marca para mostrar las diferencias entre los productos de marca blanca y los productos de marca, parecen no haber logrado sus objetivos, recordemos el mensaje que aparecía en el anuncio de televisión “Consume productos de marca, ganamos todos”, este y otros anuncios han intentado concienciar a los consumidores de que la marca es símbolo de calidad, seguridad, valor… aspectos que no están tan constatados en los productos de marca blanca, además aseguran que no fabrican para marcas blancas. El sector lácteo gallego destina gran parte de su producción a las marcas blancas y teniendo en cuenta la calidad del producto, es lógico decantarse por la leche de Galicia de marcas de distribuidor.
De la noticia publicada en el periódico digital La Voz de Galicia podemos deducir que quizá unas pocas marcas no fabriquen para las Marcas del Distribuidor, pero sí lo hacen la gran mayoría, con lo que muchos productos de marca blanca serán de gran calidad y el ejemplo lo tenemos con la leche gallega. En sólo dos años se ha incrementado en más de un 30% la producción destinada a las MMD llegando al 80%, pero esto no es todo, se espera que en poco tiempo se alcance el 90% de la producción dedicada exclusivamente a llenar los envases de las marcas blancas.
Corren malos tiempos para los productos de marca, es posible que ofrezcan un valor y calidad constatados, pero también se constata la necesidad de ahorrar por los consumidores intentando reducir el gasto destinado a la alimentación o cualquier otra cuestión, por ello crecen las ventas de marcas blancas. A todo esto hay que añadir la contienda entre marcas de distribución intentando captar la atención de los consumidores con precios sorprendentes, recordemos el post Carrefour baja el precio de sus productos, hasta un 25% de rebaja en los 10.000 productos que comercializa.
Las marcas blancas se están haciendo con el mercado, hablando de los productos gallegos, también se puede hablar de las conserveras. Estas empresas han pasado de destinar hace un par de años un 35% de su producción a las marcas blancas, a un 50% en el presente año. Por el contrario, las marcas propias gallegas han caído durante el último año un 11%, pero se espera que caigan mucho más. Basta con saber que en lo que llevamos de año las Marcas del Distribuidor han acaparado un 76% del total de ventas que han realizado las conserveras.
¿Que ganan los productores ofreciendo sus productos a las MMD?, poder vender, ya que bajo la marca original se incrementan los precios y se reducen las ventas, pero también pierden. Dependiendo del sector y de la competencia existente, las cadenas de distribución aprovechan la situación para forzar al máximo los precios que les pagan a los productores. Recomendamos dar un vistazo al IPOD (Índice de Precios de Origen Destino) para conocer las fluctuaciones del mercado y la especulación que se da en muchos productos, en este caso se habla de frutas y verduras, pero seguramente se obtendrían resultados muy parecidos con otros productos de alimentación.
En el caso del sector conservero, estas empresas pueden negociar con las cadenas de distribución con toda tranquilidad, ya que son líderes en el mercado y la competencia poco daño les puede hacer. En cambio, el sector lácteo gallego sufre la competencia de otros países y deben ajustarse en los precios si quieren vender, situación que aprovechan las grandes cadenas de distribución.
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