A finales del año pasado, un grupo de investigadores del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) y del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) de Argentina, dieron a conocer una nueva leche de diseño para prevenir enfermedades, además de estar enriquecida con elementos beneficiosos para la salud como minerales, vitaminas, etc., contiene biomoléculas de ácido linoleico conjugado (CLA) y ácido vaccénico (AV), un ácido graso esencial y un ácido graso insaturado respectivamente, que ofrecen propiedades preventivas muy beneficiosas, anti cancerígenas, antidiabéticas, mejora del sistema inmunológico, etc.
La nueva leche contra las enfermedades o también denominada “súper leche” se obtiene alimentando a las vacas con una formulación específica que comprende subproductos de la industria del aceite, harinas de pescado, cascaras de soja, etc. Los investigadores destacan especialmente que se trata de una leche que se obtiene de forma natural y no se incluye ningún elemento químico o aditivo.
La leche en cuestión presenta ventajas para el consumidor pero además se puede desarrollar de un modo factible sin que suponga una gran inversión a nivel tecnológico o de instalaciones. Los expertos aseguran que la formulación de la alimentación no es cara y está disponible para las pequeñas y medianas empresas.
Esta investigación nos recuerda a la Leche de oveja más saludable, en su lectura podíamos conocer el estudio realizado por investigadores del CSIC (Centro Superior de Investigaciones Científicas), en el que se variaba la alimentación de los animales para obtener una leche de mayor calidad y efectos beneficiosos para el ser humano, también se utilizaba ácido linoleico conjugado o CLA obtenido a partir del aceite de soja.
A todo esto casi podríamos añadir el estudio que indicaba que la leche está condicionada por la calidad de vida de las vacas y por su alimentación, expertos del Reino Unido demostraban que se podía obtener leche de mejor calidad simplemente dejando pastar a las vacas libremente. Ya sólo faltaría llamar a las vacas por su nombre, algo que al parecer permitía incrementar la producción de leche significativamente, hasta 258 litros por año. Así lo indicaba el estudio realizado por la Universidad de Newcastle. Con todos estos estudios, la conclusión parece lógica, ofrecer alimentos de calidad en una formulación específica a los animales y darles un trato más digno, alejado de las tradicionales granjas industrializadas, incrementaría la producción y su calidad.
Pero retomando el tema de la súper leche o leche de diseño, los resultados se trasladarían a los productos derivados, mantequillas, yogures, quesos, serían alimentos más saludables y de mayor calidad nutricional. Los investigadores indican que no se trata de una leche medicinal y que no debe contemplarse como tal, en todo caso, como un alimento preventivo de grandes cualidades que puede comercializarse a un precio relativamente económico. En todo caso, las pruebas ya realizadas y los derivados lácteos elaborados, han proporcionado resultados muy satisfactorios.
Es difícil saber si los productores estarán interesados en aplicar la nueva formulación y si ésta será secundada en otros países, pero sería una buena apuesta.
Foto | Rainer Ebert